La votación para la exaltación al Salón de la Fama en 2017 será más latinoamericana que nunca.
Los catchers puertorriqueños Iván Rodríguez y Jorge Posada, y los toleteros dominicanos Manny Ramírez y Vladimir Guerrero debutarán el próximo año en la papeleta para el Salón de la Fama del béisbol de Grandes Ligas.
También figurarán por primera vez el venezolano Magglio Ordóñez y el colombiano Edgar Rentería, en la que será la última aparición en la boleta de Tim Raines, quien se quedó corto por 23 votos este año.
Rodríguez debería ser una elección segura: considerado uno de los mejores receptores en la historia del béisbol, el boricua bateó .296, con 311 jonrones y recibió 13 Guantes de Oro. Sin embargo, algunos votantes podrían dudar por las sospechas de que utilizó fármacos para mejorar el rendimiento, como denunció su ex compañero en los Rangers, José Canseco.
Posada, por su parte, jugó 17 años con los Yanquis de Nueva York, con los que conquistó cinco títulos de la Serie Mundial. Bateó .273, con 275 cuadrangulares y 1.065 remolcadas.
Ramírez tiene pocas posibilidades de ser exaltado, tomando en cuenta el desempeño que han tenido en la votación otras tres superestrellas de la llamada «Era de los Esteroides» vinculadas con el dopaje: Barry Bonds, Roger Clemens y Sammy Sosa.
Bonds y Clemens recibieron menos del 50% de los votos (se necesita el 75% para ingresar a Cooperstown), mientras Sosa obtuvo apenas el 7%. Ramírez probablemente siga el mismo camino.
El jardinero dominicano conectó 555 cuadrangulares en 19 temporadas, en las que fue uno de los bateadores más temido de las mayores. No obstante, fue suspendido por 50 partidos en 2009 por arrojar positivo a una sustancia prohibida.
En abril de 2011 se retiró para no cumplir con una sanción de 100 partidos por un segundo positivo, aunque después aceptó una suspensión reducida de 50 encuentros y en 2012 jugó en las menores con los Atléticos de Oakland.
Guerrero nunca estuvo vinculado con el uso de esteroides, aunque sus estadísticas lo colocan justo en la frontera de lo que los votantes podrían considerar como un jugador digno del Salón de la Fama: dotado de un cañón por brazo, el guardabosque conectó .318 con 449 bambinazos en 16 años, principalmente con los Expos y Angelinos.
Ordóñez difícilmente reciba mucho respaldo en la votación. El jardinero se retiró con promedio de .309 y 294 cuadrangulares. Lo mismo debe suceder con Rentería, recordado por un hit en el 11er inning del séptimo partido que ganó la Serie Mundial de 1997 para los Marlins de Florida.
Raines, por su parte, se robó 808 bases en 24 temporadas, incluyendo más de 70 en cada campaña entre 1981-96. También ganó dos Series Mundiales con los Yanquis, y colgó el bate con promedio de .294.
Recibió 69,8% en los resultados de la votación anunciados el miércoles.