Más de un 50% del territorio del Gran Santo Domingo se encuentra en zonas de alta vulnerabilidad ante un sismo de gran intensidad.
Los sectores que bordean el río Ozama, Distrito Nacional, son los que presentan la más alta peligrosidad, de acuerdo a los resultados preliminares del Estudio de la Amenaza Sísmica y Vulnerabilidad Física del Gran Santo Domingo.
La explicación es que La Ciénaga, Guachupita, Gualey, Los Guandules, El Arrozal, Borojol y en toda esa parte baja que bordea el torrente existen suelos arcillosos, arenas y un material deficiente donde se debe tener cuidado al construir.
Según el director del Servicio Geológico Nacional (SGN), Santiago Muñoz, los suelos arenosos y arcillosos, se comportan como agua cuando hay un sismo por la amplificación de las ondas, lo que hace que se vuelvan densos, y el impacto sea mayor.
“La gente hace edificaciones informales y tú ves que construyen hasta tres pisos y aumentan la vulnerabilidad, con eso hay que tener mucho cuidado”, advierte Muñoz.
En el Distrito Nacional, de acuerdo con el estudio, hay áreas como Los Prados donde las autoridades deberán prestar mayor atención a las edificaciones existentes y las que están por construir, pues es un lugar compuesto por un suelo arcilloso.
“En esa zona si se va a construir una edificación muy elevada tendrá que tener un buen soporte y hacer un estudio bien detallado para hacer una edificación sismo resistente”, indicó el geólogo.
Conforme a la referida investigación, al perforar en la avenida Núñez de Cáceres, donde se encuentra el Instituto de Innovación en Biotecnología e Industria (IIBI) y en el parqueo de la Instituto Nacional de Ciencias Exactas (INCE), el suelo resultó también de un material arcilloso, lo que la convierte en una zona vulnerable.
“Es una zona endorreica, donde el agua no tiene salida, entonces, el agua se acumula, y eso ha ido reuniendo toda esa arcilla”, explicó el experto a Diario Libre.
En Santo Domingo Este, Los Tres Brazos, también próximo al río Ozama, quedó dentro de los lugares más vulnerables para residir de cara a un evento sísmico. Sin embargo, el resto de este municipio -un 60%- está comprendido de rocas calizas, resistentes a seísmos.
Las rocas calizas predominan además en la avenida 27 de Febrero, el borde del Parque Mirador Sur y en el 70% del Distrito Nacional.
Santo Domingo Norte, está compuesto mayormente por una mezcla de rocas calizas trituradas con marga (sinónimo de arcilla), lo que significa que en un terremoto de gran magnitud puede haber más amplificación de las ondas que donde existe rocas calizas, pero menos que en las zonas arcillosas.
En Santo Domingo Oeste, prevalece una mezcla de rocas calizas con margas y arcillas. Por ejemplo, en las áreas próximas al río Haina, el suelo contiene un material arcilloso.
Desde 2003, cuando la Oficina Nacional de Evaluación Sísmica y Vulnerabilidad de Infraestructura y Edificaciones (ONESVIE) entró en función ha evaluado cerca de 9 mil edificaciones del Estado, sin embargo, sólo mil de estas corresponden al Gran Santo Domingo.
“Allá se priorizó las edificaciones que estaban en las provincias Santiago, Puerto Plata, Salcedo por donde pasa la falla Septentrional que era donde se esperaba que iba a colapsar”, explicó a este medio Freddy Santana Martínez, director de ONESVIE.
En Santo Domingo evalúan el edificio Juan Pablo Duarte (Huacal), debido a que es el inmueble al que mayor cantidad de personas acude diariamente. Ahí el suelo resultó ser roca caliza, sin embargo, el edificio, según el SGN necesita ser reforzado con escaleras internas para que en caso de un sismo, las personas no tomen los ascensores para salir.
También destacan que están en el proceso de evaluación detallada del edificio donde está la Comisión Nacional de Emergencia, la Defensa Civil, el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) y la ONESVIE.
Hicieron la evaluación al edificio del Palacio Nacional y el Sistema Dominicano de la Seguridad Social el cual encontraron está preparado para enfrentar un sismo fuerte, así como el de la Superintendencia de Bancos, Ministerio de Turismo, Medio Ambiente y de Deportes.
En San Cristóbal recuerdan que evaluaron 328 escuelas, de las cuales, un 8% advirtieron en 2014 que necesitaba una intervención urgente, sin embargo, a la fecha no se ha trabajado con estas.
“Como nuestra entidad no cuenta con recursos económicos para hacerle frente al costo que representa reparar esas escuelas, pasamos la información al Ministerio de Educación, a la Presidencia de la República y al Ministerio de Obras Públicas, pero todavía no tenemos noticia de que se haya licitado alguna”, agregó la ingeniera Johanny Hernández, de la ONESVIE.
Relevaron que el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) asumió la evaluación detallada de 24 de las 40 escuelas que se necesita intervención en esa provincia para presentarle el informe al Gobierno del presupuesto que se requiere para mejorarla.
Esas escuelas tienen un nivel de vulnerabilidad alta. El director de la ONESVIE especifica que si se presentara un sismo de gran magnitud esos recintos escolares no resistirían.
“Creemos que entre marzo y abril de esas veinticuatro que intervino INTEC ya vamos a saber qué pasa en ellas, incluso pensamos que algunas de esas se van a declarar de emergencia, que no van a poder dar clases”, sostuvo Santana.
En San Pedro de Macorís evaluaron 141 escuelas -en el municipio San Pedro de Macorís valoraron 47 escuelas; en San José de los Llanos, 38; Guayacanes, 9; Ramón Santana, 20; y Consuelo 16-, de las cuales un 16% presentan peligrosidad ante sismos de gran magnitud.
Para este año tienen contemplado evaluar las escuelas de la provincia Monte Plata, La Vega y el municipio Santo Domingo Este.
A pesar de que esta entidad hizo una propuesta detallada sobre la escuela José Dubeau, en Puerto Plata, la cual cayó con el sismo que hubo en 2003, el Ministerio de Educación no prestó atención.
“La hizo en el mismo sitio a pesar de que ONESVIE le había dicho que ahí no la hiciera porque eso estaba a menos de medio kilómetro de la falla Septentrional. Está en las mismas condiciones, y la hicieron igual, o sea, que fue una inversión prácticamente perdida”, manifestó Santana.
Hacer el reforzamiento ahora a la nueva edificación sale por un monto de RD$50 millones.
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