En Toy Story 4, los juguetes evolucionan también

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Es inútil preguntar “por qué más” en la industria del cine, pero también es difícil no ver con sospecha una cuarta entrega de “Toy Story” si la trilogía era tan perfecta.

¿Qué más podíamos pedir de Woody y Buzz? ¿Qué más necesitábamos nosotros como audiencia? Si había otra, ¿igualaría la alegría desenfrenada y la satisfacción emocional de las primeras tres? Y si era mala, ¿mancharía a las otras?

Por supuesto que puede parecer algo dramático ponerse tan emotivo con el legado de una serie de películas animadas sobre juguetes antropomórficos, pero Pixar y Disney lograron esto al crear algo tan precioso y perdurable. Me da gusto reportar que los temores eran infundados. “Toy Story 4” es fabulosa y se siente increíble estar de nuevo con la pandilla.

Requirió un esfuerzo enorme tras bambalinas lograr estar aquí, nueve años después de que “Toy Story 3” nos dejara a muchos llorando en nuestras butacas. Se suponía que el director despedido de Pixar John Lasseter, quien estuvo a cargo de las primeras dos, iba a dirigir esta película, y a tres años de empezado el guion cambió de manos (lo que explica por qué hay ocho guionistas en esta nueva entrega). Eventualmente el proyecto pasó a manos del animador, actor de doblaje ocasional y director debutante Josh Cooley.

Sin embargo, nada de ese desorden se nota en pantalla. Un flashback nos cuenta lo que le pasó a Bo Peep (Annie Potts) hace tantos años y nos recuerda dónde quedamos en la historia: con Woody (Tom Hanks), Buzz (Tim Allen), Jessie (Joan Cusack) y el resto de los juguetes siendo regalados a una niña, Bonnie, cuando su adorado Andy se va a la universidad.

Pero resulta que la conversación de Andy con Bonnie sobre su juguete favorito, Woody, no tuvo mucho impacto sobre la niña pecosa de 5 años. A la hora de jugar, ella prefiere a Jessie y suele dejar a Woody en el clóset con el resto de los juguetes que ya no le llaman la atención. “Recuerdas cuando jugábamos a la casita”, dice nostálgica una sillita (Carol Burnett) cuando se dan cuenta de que a Woody le ha salido su primera pelusa por falta de uso.

Esto desata pánico en Woody, que trata con todas sus fuerzas de volverse esencial en la vida de Bonnie. Cuando en una clase de manualidades crea un muñeco con una cuchara-tenedor al que llama Forky que se convierte en su nuevo juguete favorito, Woody se convierte en el guardián del utensilio. Tony Hale le da una voz perfecta a este alocado integrante de la pandilla que insiste en regresar a la basura (es su destino como cubierto desechable, después de todo).

“Toy Story 4” presenta todo un nuevo grupo de personajes divertidos, como el acróbata canadiense Duke Caboom (Keanu Reeves), la muñeca de los años 50 Gabby Gabby (Christina Hendricks) y las aterradoras marionetas para ventrílocuo que fungen como sus asistentes. También están Combat Carl (Carl Weathers), Bunny (Jordan Peele) y Ducky (Keegan-Michael Key). Y si ponen atención podrán conocer al elefante Melephant Brooks (Mel Brooks) y al rinoceronte Carl Reineroceros (Carl Reiner).

Un viaje en carretera lleva a todos los juguetes a una nueva locación donde Woody encuentra Bo Peep por primera vez en casi una década. Resulta que ella disfruta su libertad como juguete perdido y lleva una vida feliz y frugal conociendo a nuevos niños y moviéndose de un lugar a otro. Esto es suficiente para que incluso el juguete más leal cuestione su propia existencia. Y mientras esto pasa, atraviesan las aventuras más divertidas para tratar de regresar a Forky con Bonnie.

Puede que el ingenio y la irreverencia característicos de “Toy Story” no sean tan agudos como en el pasado, pero hay momentos verdaderamente inspirados que te harán sonreír mientras saboreas la diversión inesperada. Cooley y los guionistas incluyeron brillantemente algunos elementos aptos para niños de películas de terror, lo cual le da una dimensión fresca a este viaje.

Si existe una queja, es que la lucha de Woody y Bo por recuperar a Forky nos aleja de la mayoría de los juguetes originales gran parte de la película, aunque Buzz encuentra la manera de ser parte de ella. Pese a que no alcanza exactamente los picos emotivos de las películas anteriores, la conclusión es efectiva y bien ejecutada.

Que esto sirve de lección para los escépticos de las franquicias: a veces más es de hecho mejor. Woody necesitaba un cierre que ni siquiera él podía comprender. Y, al parecer, nosotros también.

“Toy Story 4”, un estreno de Walt Disney Co., tiene una clasificación G (apta para todas las edades) de la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos (MPAA, según sus siglas en inglés). Duración: 100 minutos. Tres estrellas de cuatro.

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