“Antes del amanecer”: cómo nació una de las historias de amor más poderosas del cine

La película se estrenó hace exactamente 25 años. Su director, Richard Linklater, la filmó en busca de una respuesta a una pregunta que lo obsesionaba: ¿podría alguna vez volver a ver a la mujer que conoció en Filadelfia una noche de 1989? La inigualable química entre Julie Delpy y Ethan Hawke hizo el resto: una gran trilogía sobre el amor y el paso del tiempo

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Las grandes películas de amor son aquellas que no presentan finales cerrados o desenlaces con moño que nos aseguren con un puñado de palabras romances eternos. Las grandes películas de amor no dan respuestas o fórmulas mágicas para evitar salir con el corazón roto. Las grandes películas de amor nos dejan interrogantes en forma de souvenirs que nos acompañan noche y día posando sobre la mesa de luz: ¿Qué le dice al oído Bob Harris (Bill Murray) a Charlotte (Scarlett Johansson) antes de despedirse, en los últimos minutos de Perdidos en Tokio (2003, Sofia Coppola)? ¿Pudieron volver a vivir juntos Brontë (Andie MacDowell) y Georges (Gérard Depardieu) luego de esa triste separación forzada cuando él es deportado de Estados Unidos por engañar a migraciones en Matrimonio por conveniencia (1990, Peter Weir)? Antes del amanecer, estrenada hace un cuarto de siglo, el 27 de enero de 1995, es una gran película de amor porque abre unos enormes signos de pregunta: ¿lograron reencontrarse Jesse (Ethan Hawke) y Celine (Julie Delpy) seis meses después en la estación de Viena?

Esa duda no nos dejó dormir de corrido durante nueve años. Cada hipótesis elaborada definió al espectador respecto a su mucha o poca fe en los vínculos amorosos: quienes aseguraban que al otro día se olvidarían el uno del otro y aquellos que creían más en la relación de Jesse y Celine que en la llegada a la luna del Apolo 11. Cuando el director tejano Richard Linklater filmó Antes del amanecer lo hizo para intentar hallar una respuesta que lo obsesionó durante seis años: ¿podría alguna vez volver a ver a la mujer que conoció en Filadelfia aquella lejana noche de 1989? Ni él se llama Jesse ni ella Celine, ni tampoco recorrieron las callecitas de la capital austríaca. Pero cuando Linklater, con 29 años, se cruzó en el camino y por un solo día con Amy Lehrhaupt le prometió que realizaría una película sobre esa mágica noche que empezó en una juguetería. Ella se rió y no lo tomó en serio, a pesar de que Linklater ya había filmado dos películas independientes. ¿Volvieron a verse años después como Jesse y Celine? El director de Escuela de Rock co-escribió Antes del amanecer con la ilusión de que Amy viera su película, se encuentre en algunos fragmentos y por fin lo contacte. Solo el tiempo diría si lograrían el reencuentro, al igual que sucedió en la ficción con el joven estadounidense que recorría Europa sin rumbo y la soñadora chica francesa que le temía a la muerte las 24 horas del día. PlayCréditos iniciales de Antes del amanecer, con el tren en marcha

Conocer al otro a partir del libro que lee

La primera imagen de Antes del amanecer son las vías de un tren que parecen moverse. Es solo una ilusión, es el tren aquello que está en pleno movimiento y el espectador se sube a un vagón al comenzar la película. Inicia un viaje sin saber a dónde ni con quién. Pero enseguida el director Richard Linklater nos sienta para que podamos vislumbrar un fastuoso paisaje por la ventana.

No es cualquier transporte el tren: en 1895, justo cien años antes, los Hermanos Lumière filmaron La llegada de un tren a La Ciotat, una de las primeras películas de la historia del cine primitivo. Si bien la primera película fue La salida de la fábrica, se ha difundido muchas veces que el tren que parece venirse hacia nosotros es el documental que dio inicio a todo. Lo cierto es que el tren es lo que le da inicio a la historia de amor de Jesse y Celine, antes de que ellos lo sepan. El espectador sí lo sabe por el tagline escrito en el afiche: “¿Puede el romance más grande de tu vida durar solo una noche?”. Podría, pero lo cierto es que no solo permaneció más noches en los protagonistas: en cada uno de nosotros ese romance lleva vigente 25 años.

El cine es imagen más tiempo pero en el amor el tiempo es abstracto: un minuto puede equivaler a cincuenta meses y cincuenta meses a un minuto. ¿Qué determina la percepción del tiempo? ¿Cuánto dura la espera? En un viaje la contabilidad del tiempo es clave: la cantidad de horas en las que uno está sentado en un avión, barco o tren. La diferencia horaria de la ciudad a visitar con tu país de origen. La cuenta regresiva amenazante que se activa cuando faltan pocos días para el retorno a casa. En Antes del amanecer el tiempo y su enigmática percepción es tan protagonista como los puentes y miradores para el suspiro del turista. Al principio Jesse y Celine no están sentados cerca en el tren. Es la discusión de un matrimonio alemán (¿acaso un futuro posible de Jesse y Celine si siguen juntos?) la escena que arrastra a Celine a elegir otro sector para leer concentrada su amado libro.

Jugando al flipper-con el director, Richard Linklater haciendo una participación, en
Jugando al flipper-con el director, Richard Linklater haciendo una participación, en «Antes del amanecer»

No hay mejor manera de describir a una persona que a través de su biblioteca, teoría que en un viaje se adapta al libro elegido para que te acompañe durante las horas de viaje. Los protagonistas de Antes del amanecer se presentan entre ellos (y ante nosotros) a través de las portadas de los libros que leen. Celine aferrada a Madame Edwarda. Le mort/Histoire de l’oeil, de Bataille (1928); Jesse, entregado a la autobiografía del sufrido actor alemán Klaus KinskiAll I need is Love (1988). “Lástima que no te conocí antes. Me gusta hablar contigo”, le dice Jesse a Celine cuando se va acercando la estación de Viena, su lugar de destino. Se despide pero no tarda en regresar al asiento compartido con Celine cargando en una mano su abrigo. “Tengo una idea loca pero si no te lo pregunto será una obsesión. Quiero seguir conversando, no sé cuál será tu situación pero siento que tenemos una conexión”, le confiesa, y así le propone pasear juntos por la ciudad un 16 de junio, hasta la mañana siguiente. “Considéralo como un viaje por el tiempo del futuro hacia ahora para saber lo que te perderás”. Será por el peinado hacia atrás, por cómo le brillan los pelos rojos de su barba cuando le da el sol, por la valentía de seguir un pálpito o por su mala pronunciación del francés que Celine acepta detener su trayecto, buscar su equipaje y acompañar a este extraño de ojos claros sin ni siquiera saber su nombre.

¿Cómo convivir con un desconocido tantas horas? Con el juego de preguntas: cómo fueron sus primeras atracciones sexuales, si alguna vez se enamoraron, qué enoja a cada uno. Hay que aprovechar cada minuto y microsegundo hasta que sean las 9.30 de la mañana. Jesse quiere correrle el pelo de la cara a Celine en un gesto de inesperado enamoramiento, pero se inhibe una y otra vez. El brazo retrocede cuando sus dedos están por rozar los mechones de la rubia francesa. Una escena fugaz y casi imperceptible que se repite en las tres películas de lo que tiempo después será una trilogía. ¿Por qué? Porque Jesse y Celine, como esos amores que te cambian la forma de ver el mundo, siempre se están conociendo de nuevo. Estén juntos hace nueve años, o hace cinco minutos.

Hablar hasta que duela la garganta

¿Cuántos vínculos diferentes se pueden tener con alguien que uno ama? Lo especial de Jesse (Ethan Hawke) y Celine (Julie Delpy) es que pueden tener miles, a diferencia de otros romances cinematográficos. Son la chispa que envuelve a los mejores amigos, cómplices en una aventura ordinaria que se transformará en extraordinaria, amantes que no tienen nada que perder, socios en el remate de un chiste espontáneo, testigos del romance de una noche, y en definitiva dos extraños con exceso de amabilidad. ¿Y cuántos vínculos diferentes entablamos con ellos como espectadores y creyentes en el amor?

A partir de 1995, viajar dejó de ser solo caminar con una cámara de fotos colgada del cuello y un mapa impreso en una mano. A partir del choque entre el estudiante estadounidense y la francesa rubia de pelo con ondas viajar se convirtió en una posibilidad de romance, y a través de ella poder sentirnos protagonistas de una película de Richard Linklater. Pero Antes del amanecer también es sobre el vínculo entre Julie Delpy, Ethan Hawke y el director tejano.

Richard Linklater, Julie Delpy y Ethan Hawke
Richard Linklater, Julie Delpy y Ethan Hawke

En el año del estreno, en 1995, los tres mantuvieron una charla en la que se preguntaban si durante el rodaje fueron realmente amigos. Para encontrar una respuesta indagan sobre el significado de la amistad, y hasta buscan la palabra en el diccionario. Linklater la define como la familia que uno elige. Delpy y Hawke se preguntan si sus personajes en la película son amigos también. “En realidad, el romance y la amistad en la película no son tan diferentes. Se entienden entre ellos. Ellos se gustan. No es solo una cuestión de sexo”, responde Delpy. “Podrían ser grandes amigos o amantes de apoyo”, expresa el director. Y agrega “Cuando estás enamorado, le estás pidiendo a otra persona que satisfaga todas tus necesidades no satisfechas, que te haga sentir completo y que te sientas bien con todo, y nadie puede hacer eso”. Piensan los tres en voz alta la diferencia entre amor y amistad, un tema que supo definir a la perfección Borges cuando en aquella entrevista de 1980 afirmó que la amistad no necesita frecuencia, pero el amor sí. “El amor está lleno de ansiedades, un día de ausencia puede ser terrible”, lanzó como una verdad dolorosa en televisión.

¿Y cómo se hace para vivir con una ausencia de 3285 días? Jesse y Celine estuvieron separados por esa exagerada cantidad de noches, y, más allá de que siguieron con sus rutinas, posiblemente resistieron tanto tiempo sin olvidarse del otro porque ellos no solo estaban unidos por el estallido de un romance. También los une una singular amistad. Esa es la razón por la que, como explicó Borges usando de ejemplo su relación con Bioy Casares, no necesitaron tener una frecuencia para impedir que muera el entusiasmo de verse y tener en la punta de la lengua cientos de temas de conversación.

Reírse a dúo de los malos chistes

Las canciones gritan lo que no nos animamos a decir. Jesse y Celine eligen un disco y se encierran en una cabina a escuchar Come Here, de Kath Bloom. “Del norte sopla un viento/que dice que es amor/lo que siento”, retumba en ese cubículo que intenta contener los latidos acelerados de dos veinteañeros. Jesse mira enamorado a Celine cuando ella está distraída, y viceversa. Una mezcla de timidez, miedo y torpeza. PlayEscena de Antes del amanecer: Jesse y celine escuchando en una cabina la canción Come Here de Kath Bloom

Linklater descubrió el folk de Bloom a fines de los años 90 (justo cuando conoció a su Celine, Amy Lehrhaupt) y el incluir esa canción de amor del disco Moonlight (1984) en la película impulsó a la cantante estadounidense a volver a componer y a sacar un álbum luego de diez años de pausa (Come Here: The Florida Years). Jesse y Celine visitan un pequeño cementerio. ¿Existe una cita más íntima y profunda que recorrer con alguien que te gusta el entramado de las tumbas, leyendo cada epitafio? Por supuesto que no. Como aquel texto de la escritora argentina Mariana Enríquez (perteneciente al libro Alguien camina sobre tu tumba), donde investigaba con fascinación a sus 25 años las esculturas del cementerio de Staglieno con un italiano que conoció en el viaje a Génova de pura casualidad, igual que en Antes del amanecer y también a mediados de los años 90.

Jesse y Celine siguen charlando con los muertos de testigos, en el llamado “cementerio de los sin nombre” de principios de siglo XX. Se besan en las alturas cuando comienza a caer el sol. Bailan al ritmo de Yakety Sax (la famosa canción del saxofonista Boots Randolph que sonaba cuando se metía en problemas Benny Hill) en un parque de diversiones. Una mujer les lee las líneas de las manos. Entran a una iglesia vacía mientras suenan las campanas. Juegan al pinball en un bar de mala muerte. Hablan con teléfonos imaginarios. Discuten sobre feminismo. Charlan enlazando un tema con otro para exprimir cada segundo de estar juntos.

Risas en
Risas en «Antes del atardecer»

A Linklater lo enoja que mucha gente piense que los diálogos entre los personajes son improvisados. Nada más lejos: Julie Delpy y Ethan Hawke repiten cada palabra del guion escrito por el director y Kim Krizan. A partir de Antes del atardecer, el guion lo escribe el trío Delpy-Hawke-Linklater. ¿De qué manera? Delpy escribe los diálogos de Hawke y viceversa, y Linklater supervisa el resultado final. “Podés estar con alguien diez años y no conocer a esa persona, y Antes del amanecer trata sobre una noche donde intentarán conocerse más que si han estado juntos por diez años”, explicó Julie Delpy. Antes de que se separen, prometiéndose verse seis meses después, Jesse le dice a Celine: “Si alguien me diera a elegir ahora entre no volver a verte y casarme contigo…me casaría contigo”.

Quienes vimos la trilogía sabemos que no podrán coincidir el próximo diciembre, pero en el futuro vendrán nuevos destinos turísticos para conocer y descubrir a partir de la mirada propia y ajena. “Yo recuerdo mejor esa noche que años enteros”, le confiesa Jesse a Celine en Antes del atardecer, nueve años después de aquel 16 de junio de 1994. Amor es saber elegir y atesorar los recuerdos indicados.

Nadie puede resistir más de una despedida

Nadie puede resistir más de una despedida. Por eso Jesse y Celine deciden no volver a separarse ni vivir en diferentes continentes. Antes del atardecer (2004) juega con el tiempo real que tienen los protagonistas antes de que un avión los distancie: apenas 90 minutos. Un avión que no logrará distanciar sus cuerpos en ese inolvidable final donde Celine canta e imita a Nina Simone. Balancea sus anchas caderas de un lado a otro mientras le dice a Jesse “Bebé, vas a perder el avión”. Y él la observa contonear su cintura con una sonrisa enorme de quién sabe qué pasará los próximos nueve años con esa persona que lo hace sentir en casa. Sin importar que la suya quede a 5800 kilómetros de ese departamento de París. PlayEscena final de «Antes de atardecer», con Julie Delpy imitando a Nina Simone

Como en Antes del amanecer, acá de nuevo una canción grita lo que los personajes no se animan a decir. Celine canta un vals (A Waltz for a Night) que dice “Tú fuiste para mí esa noche todo lo que siempre soñé en mi vida”. En esta secuela, la cual según el trío Linklater-Delpy-Hawke solo a ellos le importaba que existiera, el director pone en escena lo que él soñó que ocurriera con su chica de un día: a partir de la creación de una obra que narra la historia de cómo se conocieron se concreta el reencuentro. Jesse representa ese deseo a partir de una novela que escribe (This Time) y que presenta en la famosa librería de París Shakespeare and Co., esperando que Celine aparezca entre el público para verlo después de no saber del otro durante 78840 horas.

“No te puedes distanciar de lo que muestras. Lo que filmas siempre es lo que quieres, la expresión de lo que defiendes”, escribió el director alemán Wim Wenders en El acto de ver. La ficción es una manera de materializar el deseo. A diferencia de Antes del amanecer, en la secuela no hay besos. ¿Quién necesita un beso cuando entre Jesse y Celine sucede ese cruce de miradas? Ya no son veinteañeros, Jesse tiene un hijo y una mujer que lo espera para cenar y Celine perdió algo de su espíritu soñador entre un calendario y otro. Pero algo no cambió: la conexión entre ellos está intacta. Los diálogos fluyen sin silencios incómodos. 90 minutos no son suficientes, por eso deciden dejar de administrar ese poco tiempo y abandonar las cuentas regresivas. Un largo adiós a toda posibilidad de una dolorosa despedida. Richard Linklater, en cambio, tuvo que despedirse, muchos años después, una vez más de Amy Lehrhaupt. No recibió noticias de ella luego del estreno de Antes del amanecer, tampoco cuando llegó a los cines la secuela. Esa segunda despedida se hizo esperar.

Eligiendo discos en
Eligiendo discos en «Antes del amanecer»

Es curioso que Antes del amanecer menciona a la muerte sin cesar. En la visita al cementerio, Celine dice que si nadie de tu familia sabe que estás muerto entonces sos un no muerto, y la gente pensará lo mejor y peor de vos. Pero mucho antes de admirar cada epitafio, uno de los primeros diálogos entre los dos también es sobre la muerte. Jesse relata que cuando murió su bisabuela, él la pudo ver sobre un arco iris, sin embargo sus padres le aseguraron que lo había imaginado. “Eso me hizo saber cuán ambiguo era todo, incluso la muerte”, expresa él.

En Antes del atardecer mencionan todo aquello que murió adentro de ellos entre la estación de Viena y la caminata por París. Nueve años más tarde, con el esperado estreno de la última parte de la trilogía en 2013, Antes de la medianoche, los protagonistas piensan en voz alta qué cosas murieron en la pareja. “Si nos conociéramos hoy por primera vez en el tren… ¿me hablarías, me pedirías que me bajara del tren contigo?”, le pregunta Celine a Jesse. Ahora, recorriendo a la par viñedos de Grecia, suman varios años de convivencia, dos pequeñas hijas mellizas y un adolescente de trece años que criar, un par de reproches y un puñado de asignaturas pendientes.

Linklater, Delpy y Hawke preparando juntos
Linklater, Delpy y Hawke preparando juntos «Antes de la medianoche»

La conexión entre ellos permanece, y también el juego de las preguntas. Porque todos los días se eligen de nuevo como si se encontraran de casualidad en el vagón de un tren. Ya no son los veinteañeros risueños que tienen sexo sobre el pasto de una plaza de la capital austríaca, pero tampoco se han convertido en el matrimonio de alemanes que se maltrataba en el tren a Viena. Jesse y Celine son una pareja que dejó de vivir de fantasías y suposiciones ideales para construir una realidad juntos. Sea donde sea ellos, siempre se están reencontrando, aún amaneciendo todas las mañanas en la misma cama.

Amy Lehrhaupt murió tres meses antes de que se estrenara Antes del amanecer, en un accidente de moto cerca del puente de Brooklyn. Quince años después, Richard Linklater supo que su Celine había fallecido, y sin llegar a ver la película que le prometió hacer. La noticia llegó a él a través de una carta de puño y letra escrita por un amigo de ella. Era uno de los pocos, y quizás el único, que conocía la historia de aquella noche de 1989, en Filadelfia. La duda de si a Amy Lehrhaupt le hubiera gustado la película lo acompañará de por vida a Linklater, pero el director supo crear una historia que burló a la muerte a través de la ficción.

Las risas siguen en
Las risas siguen en «Antes de la medianoche»

“Si la muerte es inminente, siempre le sacará protagonismo al amor”, escribió Lorrie Moore en su texto La mejor canción de amor del milenio. En la trilogía de Jesse y Celine las ausencias no opacan al amor, todo lo contrario: Antes de la medianoche (2013) está dedicada a Amy Lehrhaupt: la mujer del romance de una noche que generó tres películas y un vínculo amoroso que acaba de cumplir 25 años.

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