Bares y gimnasios de Buenos Aires ya pueden recibir público

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Después de siete meses de restricciones que los sumió en una profunda crisis, bares, restaurantes y gimnasios de Buenos Aires habilitaron este lunes la entrada de público a sus instalaciones en momentos en que los casos del nuevo coronavirus disminuyen en la capital, aunque no en el interior de Argentina.

Según las nuevas aperturas permitidas en el marco de la cuarentena vigente desde el 20 de marzo, estos establecimientos podrán tener un máximo de 25% de concurrencia.

Los locales gastronómicos -que desde hace semanas atendían a comensales en terrazas y otros espacios abiertos- venían pidiendo a las autoridades la posibilidad de hacerlo dentro de los establecimientos, lo mismo que los gimnasios.

Algunos vecinos tomaban café mientras leían el diario en cafeterías, un hábito muy extendido en la capital argentina.

En esos locales y en los restaurantes las mesas deben guardar una distancia de dos metros y estar ocupadas por un máximo de cuatro personas que no pueden permanecer más de una hora y media. También tienen que asegurar la ventilación cruzada, sin aire acondicionado.

En Buenos Aires cerraron definitivamente sus puertas más de 1,200 locales gastronómicos, según la Asociación de Hoteles Restaurantes, Confiterías y Cafeterías de la República Argentina.

En tanto, para acceder a los gimnasios -asediados por una crisis que ha ocasionado el cierre de unos 200- habrá que pedir turno y en sus instalaciones no podrán desarrollarse actividades de contacto físico. Esos lugares también deberán contar con ventilación que no consista en la recirculación de aire.

Los gimnasios emplearon el primer día de habilitación para informar al público sobre los protocolos que implementarán a medida que se pongan en funcionamiento durante los próximos días.

En esta etapa de mayores flexibilizaciones, las escuelas podrán recibir cupos limitados de niños de algunos niveles y las universidades e institutos terciarios se reabrirán para ciertos talleres y actividades.

Además, comenzarán a funcionar los museos y las piscinas de natación, aunque estas últimas sólo al aire libre y con estrictos protocolos que establecen una persona cada 15 metros cuadrados.

Las autoridades señalaron que pese a que la situación de la pandemia ha mejorado, no hay que confiarse.

“Buenos Aires tiene una curva que viene descendiendo, pero lo que nosotros tenemos que comenzar a trabajar entre todos es en cómo mitigar o evitar un potencial rebrote”, señaló el ministro de Salud de la ciudad, Fernán Quirós, en referencia a la situación que aqueja a Europa.

Buenos Aires llegó a reportar más de 1.300 casos de COVID-19 diarios en julio y agosto, pero desde fines de ese último mes registró una tendencia a la baja y en los últimos día se reportaron cerca de 500.

Pero la pandemia se ha extendido a las provincias del interior.

En la actualidad en el país sudamericano hay más de un millón de infectados, lo que lo sitúa en sexto lugar en el ranking internacional, según datos publicados por el Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas de la Universidad Johns Hopkins. Los fallecidos son cerca de 29.000.

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