Beneficios de consumir vitamina D

Esta vitamina ayuda a reducir los riesgos de padecer enfermedades autoinmunes

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En tiempos del COVID-19 se insiste en reforzar nuestro sistema immune del que dependerá, así como la carga viral recibida, la respuesta con que afrontemos ese virus fatal que tanta gente querida nos ha arrebatado.

Y en este sentido, vale destacar la función de la vitamina D por ser un potente modulador del sistema immune.

Conforme a investigaciones de la Universidad de Oregon, existe evidencia científica considerable de que la vitamina D posee una variedad de efectos en la función del sistema inmune que podrían mejorar la inmunidad innata e inhibir el desarrollo de enfermedades autoinmunes.

Así, su deficiencia puede comprometer la integridad del sistema inmunológico y conducir a respuestas inmunes inapropiadas.

Estudios sugieren que niveles insuficientes de vitamina D pueden tener un efecto adverso en la secreción de insulina y tolerancia a la glucosa en la diabetes mellitus tipo 2 (no dependiente de insulina).

De acuerdo a la misma fuente, ante la deficiencia de vitamina D , la absorción de calcio no puede ser incrementada lo suficiente para satisfacer las necesidades del cuerpo.

Fuentes de vitamina D

Exponernos al sol estimula la producción de vitamina D3, de hecho, puede proveer a la mayoría de las personas de su requerimiento entero de esta vitamina.

Un estudio reporta que las concentraciones séricas de vitamina D, luego de la exposición a una dosis eritemal mínima de luz, es equivalente a ingerir aproximadamente de 10 mil a 25 mil unidades de vitamina D.

Las personas con un color de piel oscuro sintetizan notablemente menos vitamina D con la exposición a luz solar que aquellas con piel de color más clara.

Las investigaciones arrojan que los adultos mayores tienen una capacidad reducida para sintetizar vitamina D a partir de la exposición a la luz solar.

Fuentes de alimentos

La vitamina D podemos encontrarla de forma natural en pocos alimentos, entre ellos, el pescado graso como salmón, sardinas, aceites de hígado de pescado, huevos de gallina que han sido alimentadas con vitamina D y hongos expuestos a la luz solar o radiación UVB.

En Estados Unidos, la leche y la fórmula infantil son fortificadas con vitamina D. Sin embargo, otros productos lácteos como el queso y el yogur, no siempre son fortificados. Algunos cereales, panes y jugos de frutas, pueden también ser fortificados con vitamina D.

Resulta difícil determinar estimados precisos de la ingesta recomendada promedio, debido a la alta variabilidad del contenido de vitamina D de los alimentos fortificados.

Recomendaciones

El Instituto Linus Pauling recomienda que adultos sanos tomen 2 mil unidades de vitamina D suplementaria a diario. La mayoría de los multivitamínicos contienen 400 unidades de vitamina D y los suplementos de un solo ingrediente se encuentran disponibles para la suplementación adicional.

Exponernos al sol, la dieta, nuestro color de piel, el indice de masa corporal, tienen un impacto variable y sustancial sobre los niveles corporales de vitamina D, según la fuente.

Por eso, para ajustarnos a las diferencias individuales y asegurarnos un estatus adecuado de vitamina D corporal, el Instituto Linus Pauling hace sus recomendaciones específicas y puntuales. Lo mejor es consultar a nuestro médico de cabecera quien recomendará los análisis de rigor para determinar nuestro real requerimiento diario de vitamina D, que irá de la mano con nuestra condicón general de salud y estilo de vida. Recordemos que todo exceso puede ser perjudicial para la salud. Nunca la automedicación ha sido saludable.

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