Científicos temen final catastrófico si no se actúa contra cambio climático

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MIAMI (FL, EEUU). La Tierra puede tener un final catastrófico si no se actúa con rapidez para controlar el cambio climático y la contaminación, coincidieron varios científicos en una conferencia.

El planeta Tierra puede tener un final catastrófico si no se actúa con rapidez para controlar el cambio climático y la contaminación, coincidieron hoy varios científicos en una reunión en Miami.

El “irrefutable” fenómeno del cambio climático por la acción humana y la “horrible” polución del aire, especialmente en las grandes urbes de China e India, son los más destructores vectores del planeta, advirtió Richard A. Muller, científico del Instituto de la Tierra de Berkeley, de la Universidad de California.

Muller preguntó a la audiencia, reunida en la Facultad de Derecho de la Universidad católica de St. Thomas, por qué una “tragedia” como la muerte de 1,3 millones de personas cada año en China como consecuencia de la contaminación del aire, especialmente en Pekín, no tiene eco en los medios.

En la conferencia de dos días “Clima, naturaleza y sociedad” intervienen científicos, líderes empresariales y dignatarios religiosos como el cardenal Peter Turkson, presidente del Consejo Pontificio de Justicia y Paz, para analizar el impacto del cambio climático en la ciencia y la sociedad.

Se trata de la “mayor crisis y catástrofe del mundo, y, sin embargo, nadie le pone la atención debida”, dijo Muller, quien se declaró convencido de que si se logra resolver un problema que afecta sobre todo a países en desarrollo, “el mundo se habrá salvado”.

El científico consideró clave para ganar la batalla la restricción, en primer lugar, del uso del carbón, “el mayor responsable de la polución del aire”, así como de otros combustibles fósiles como el petróleo, pero sin penalizar a los países dependientes de su producción.

“Este es el mejor medio de combatir el cambio climático y el calentamiento global” y esto implica una obviedad: “Todo esfuerzo que no pase por ayudar a los países en desarrollo no será efectivo para la lucha con el cambio climático y el calentamiento global”.

No se mostró partidario de la política de cargar con impuestos la emisión de carbono ni muy entusiasmado con las energías renovables, sino que abogó por un plan de medidas conducente a la “conservación de la energía, el uso de la nuclear y el fracking (una técnica que consiste en inyectar agua y productos químicos a gran profundidad para romper la roca de pizarra que alberga gas natural).

Además, arremetió contra la “propaganda” y “desinformación” de los grupos y campañas políticas contrarios a la energía nuclear.

“¿Saben cuál es el pronóstico a 50 años de potenciales muertes por radiación nuclear por el accidente de la central japonesa de Fukushima?”, se preguntó el profesor, para responder que son solo 28 casos.

“Si actuamos ahora y con tecnología en los países en desarrollo, China e India, tendremos la oportunidad de parar el calentamiento global”, afirmó contundente Muller, autor de una decena de libros.

Calentamiento global

Un calentamiento global que se comporta como una “bola de nieve sobre una pendiente, que crece más y más y se acelera su marcha”, expresó el profesor Chris Langdon, del Departamento de Biología Marina y Ecología de la Facultad Rosentiel de la Universidad de Miami.

Al igual que Muller, Langdon advirtió de que el calentamiento global de origen humano está causando la acidificación de los océanos y una constante erosión de los arrecifes coralinos.

La amenaza a las riquezas naturales y la biología del planeta que entraña el “cambio climático por la actividad humana” resulta “evidente y lo demuestran numerosas pruebas y la observación científica de los hechos”, agregó Langdon.

Langdon, aunque cauto en las predicciones científicas, apuntó que el nivel del mar crece a un ritmo de unos dos o tres centímetros por década y que, “a finales del siglo”, es probable que “haya crecido varios metros”, lo que supondrá, por ejemplo, que grandes zonas de la costa sur de Florida quedarán sumergidas.

Si bien resulta “muy difícil predecir el ritmo de derretimiento de los cascos polares” por el calentamiento global, el proceso “se acelera más y más”, puso de relieve.

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