Comienza el voto anticipado en Florida, donde Biden y Trump corren cabeza a cabeza

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El voto anticipado comenzó ese lunes en Florida, el más poblado de los estados clave de la elección estadounidense y donde Donald Trump y Joe Biden corren cabeza a cabeza en los sondeos, lo que genera escalofríos en caso de que la elección sea muy pareja.

A quince días de los comicios del 3 de noviembre, el presidente republicano visitó Arizona, otro estado muy codiciado, en el marco de la maratónica serie de actos que inició una semana después de asegurar que se «curó» del covid-19.

En este territorio donde venció en 2016 -pero en el que los sondeos le sitúan ahora por detrás del demócrata Biden-, Trump se comprometió a rescatar a la golpeada economía por el coronavirus y criticó a su contrincante por pretender «que los socialistas campen en nuestro país».

«Sois afortunados de que sea vuestro presidente», lanzó el magnate conservador a sus seguidores, la mayoría sin mascarillas y sin guardar distancia social en un mitin al aire libre en Prescott, al norte de Phoenix.

El exvicepresidente demócrata, de su lado, no tenía ninguna cita en su agenda y, según la prensa, dedicó la jornada a prepararse para el debate final del jueves. Quien sí viajó a Florida fue su compañera de fórmula, Kamala Harris, de vuelta a la carretera tras cuatro días de pausa por casos de covid en su entorno.

Factor Florida

La batalla se juega en los ocho o nueve estados oscilantes, pero quizás en ningún sitio tan intensamente como en Florida, que otorga 29 votos del Colegio Electoral, considerados cruciales para lograr los 270 necesarios para llegar a la Casa Blanca.

Consciente de que no puede perder en este territorio donde ganó ajustadamente en 2016, Trump multiplicó allí sus actos y acortó la ventaja de Biden en dos encuestas realizadas por institutos considerados más favorables a los republicanos.

El demócrata, que viajó tres veces a Florida para cortejar especialmente a los jubilados, tiene una ventaja de 1.4 puntos en promedio contra 4.5 hace dos semanas.

Ya en la mañana, numerosos electores con mascarilla hacían fila ante la alcaldía de Miami Beach.

«Llevo cuatro años esperando para votar», dijo Jackeline Maurice, una mujer en sus 40 años que se tomaba selfis frente a la alcaldía con la calcomanía que decía «yo voté».

En tanto, en Hialeah, una localidad mayoritariamente cubana en el oeste de Miami, Ulysses Liriano hacía cola para votar por Trump, como muchos otros en una larga fila que rodeaba el edificio.

«Trump ha hecho mucho cambio para nosotros en nuestro país. Ha ayudado mucho con la economía», dijo el hombre de 51 años, que llevaba una gorra con la bandera estadounidense.

Refiriéndose a la pandemia, añadió: «Fue una inconveniencia lo que pasó ahora con corona y quieren usar eso contra él. ¿Qué más quieren que haga? (…) Ha habido más de 200,000 personas muertas. Pero, ¿y si hubiera habido más?».

Más de 2.5 millones de floridanos, de un electorado de 15 millones, votaron ya por correo, la gran mayoría registrados como demócratas.

Por esto el voto anticipado presencial será vigilado muy de cerca, puesto que se espera que sea el momento en que empezarán a votar los republicanos, quienes desconfían de la oficina de correos.

Aun a pesar de la pandemia, el voto anticipado bate récords en los estados donde ya comenzó.

‘Todos esos idiotas’

Más de 28 millones de estadounidenses de todo el país ya sufragaron por correo o personalmente. Esa cantidad podría representar casi un quinto de la participación total, según la organización independiente Elections Project.

Son los demócratas quienes instan a votar masivamente antes del 3 de noviembre como medida de precaución por la pandemia.

En contrapartida, el campo de Trump denuncia, sin mostrar pruebas, que los demócratas buscan «amañar» los resultados y promete que sus votantes irán en masa a las urnas el día de la elección para así desmentir las encuestas que dan por derrotado a su candidato.

El presidente está rezagado en las encuestas a nivel nacional y en la mayoría de los estados que son decisivos para la victoria.

En una conversación telefónica con miembros de su equipo de campaña, Trump atacó una vez más este lunes a Anthony Fauci, un miembro muy respetado de su propia unidad de crisis de coronavirus.

La gente «está harta, harta de escuchar a Fauci y a todos esos idiotas», dijo el presidente, en momentos en que la pandemia deja casi 220,000 muertos en Estados Unidos.

«Si lo hubiéramos escuchado, habríamos tenido 700,000 u 800,000 muertos», dijo, según medios estadounidenses que tuvieron acceso a esta conversación.

Del otro lado, los demócratas han hecho de su respeto al virus uno de los ejes de su campaña frente a la controvertida gestión de Trump, calificada por la compañera de fórmula de Biden, Kamala Harris, en su mitin en Orlando como «el mayor fracaso de cualquier administración presidencial en la historia de Estados Unidos».

Biden, quien se enfrentará a Trump el jueves en su debate final, incidió igualmente este lunes en la necesidad de un cambio.

«Juntos podemos acabar con los últimos cuatro años de oscuridad, división y caos», escribió en su cuenta de Twitter, seguida por más de 11 millones de usuarios. «Podemos unirnos, curar nuestras heridas y empezar a sanar», añadió.

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