Ha comenzado la Semana Santa o Semana Mayor, considerada por la Iglesia católica como los días más sagrados del año litúrgico. En este tiempo, los creyentes conmemoran la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, y se comprometen a orar, ayunar, reflexionar y fortalecer su vínculo con Dios.
En República Dominicana, más allá del descanso o la tradición cultural, la Semana Santa sigue siendo un llamado profundo a la renovación espiritual. Así lo explicó Jesús Castro Marte, obispo de la Diócesis de Nuestra Señora de la Altagracia en Higüey, en una entrevista para el periódico Hoy, donde reflexionó sobre la trascendencia de este tiempo sagrado para el país.
Un llamado a la solidaridad, el amor y la justicia
Para el obispo, el significado espiritual de la Semana Santa radica en “un reavivamiento de los valores espirituales que dan sentido a la cosmovisión cristiana”. Se trata, dice, de hacer memoria viva de “la amistad y la solidaridad con todos, especialmente con los más débiles y pobres”, como expresión concreta del amor fraternal.
También la define como “una ocasión profética para recordar que el sacrificio de Cristo demanda amor por la verdad, implantación de la justicia y la reivindicación de la dignidad humana”.
En el país, la Iglesia vive esta conmemoración a través de celebraciones litúrgicas propias de cada día, pero también con espacios de reflexión y renovación. “Procesiones, retiros, lectura de la Palabra, confesiones, misas, vía crucis y visitas a los enfermos” son parte del calendario de actividades que buscan acercar a los fieles al misterio de Cristo.
Según el obispo Castro Marte, las parroquias desempeñan un papel clave como “espacio celebrativo y de vinculación comunitaria”, permitiendo que todo el pueblo participe activamente en la celebración de los Santos Misterios.