Someterse a una relación a base de mentiras, peleas y violencia no es ideal para obtener la paz mental que necesitamos. Quienes estén en una relación tóxica se ven doblegados a padecer de un gran desgaste emocional, y todo esto con el objetivo de demostrarse a sí mismos que pueden salvar esta unión.
Un problema actual es que las personas que tienen este tipo de círculo vicioso creen que son los encargados de resolverles la vida a los demás, sin embargo, es un tema mucho más profundo del que se suele ver, quizás, debido al que existen diferentes tipos de relaciones tóxicas con características distintas y que comprenden otras formas de relaciones.
Los adolescentes suelen ser más vulnerables ante la presencia de las relaciones tóxicas, ya que es la etapa de tomar decisiones importantes, y muchas veces sin certeza alguna de los resultados.
La psicóloga Heidy Camilo nos aclara que las “relaciones tóxicas” o más bien “relaciones de abuso”, son una especie de vínculo maltratante, en donde la unión está basada, en una relación: “dominio-poder-sumisión”.
Determinar los rasgos de este tipo de lazos dañinos nos garantiza una óptima salud emocional y bienestar espiritual a largo plazo. “Estas relaciones se basan en la necesidad acusatoria de dominio y control sobre el otro, además de exigencia de sumisión del otro, hacia mí, donde yo voy a utilizar la fuerza sea física o psicológica, sobre todo la última (implementada con mayor frecuencia actualmente), para que el otro me sirva”, explica Camilo.
Señales de que tu relación es tóxica.
El portal Psicología y Mente muestra alguna de ellas:Te trata con un exceso de sobreprotección, investiga tus redes sociales y tu teléfono móvil, no respeta tu privacidad, le molesta que pases tiempo con tus amigos, planifica tu vida sin tu opinión y te hace creer que sin él/ella no podrás ser nadie ni seguir adelante.
