El Miércoles de Ceniza, inicio del lapso de cuarenta días que, de acuerdo con la fe católica es un tiempo de expiación y conversión, que este año el Papa Francisco centró en la práctica de la misericordia.
“Arrepiéntete y cree en el Evangelio”. Este versículo del Evangelio según Marcos son las palabras centrales del rito del Miércoles de Ceniza, celebración en la que hoy participarán millones de católicos en todo el mundo y con la cual inicia el período de cuarenta días conocido como la Cuaresma, y en el que se invita al creyente católico a la penitencia, ayuno, reflexión y conversión.
La cuaresma antecede a la Pascua, que comienza el Jueves Santo, acontecimiento con el que la iglesia católica rememora la muerte y resurrección de Jesucristo, de acuerdo con la tradición cristiana católica.
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— Josep Manuel Prats (@josepmprats) February 10, 2016
El papa Francisco ha invitado a la feligresía católica a vivir este período bajo el lema “Misericordia quiero y no sacrificio’ (Mateo 9:13). Las obras de misericordia en el camino jubilar”, expresado en un mensaje que difundió el pasado 26 de enero y enmarcado en la declaración del Vaticano de este año como “Jubileo de la Misericordia”, para celebrar el quincuagésimo aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II.
Bajo este criterio, el pontífice convoca a los cristianos católicos a “salir por fin de nuestra alienación existencial, gracias a la escucha de la Palabra y a las obras de misericordia”
“Para la Iglesia, la Cuaresma no prepara sólo a un recuerdo histórico de la muerte y resurrección del Señor. Con estas celebraciones se quiere más bien actualizar en la propia vida y en la vida de la Iglesia ese hecho de salvación en que Jesucristo nos manifestó su amor hasta entregar su vida para dar vida eterna a los seres humanos por su Resurrección”, expresa el sacerdote católico Luis Rosario, coordinador de la Pastoral Juvenil dominicana.
Para el religioso, no valen la pena las críticas hacia aquellos que no acogen la Cuaresma, bajo el sentido de la conversión y la reflexión, y la utilizan para vacacionar o para “actividades que rayan en el desorden social, moral y espiritual”.
“Las quejas no resuelven el problema. Yo no me canso de decirles a los y las jóvenes que las quejas son una prostitución del carácter. Hay que rezar más bien por esas personas que no le dan el verdadero significado a estos días, y orientar a quienes se pueda, ofreciéndoles también el hermoso regalo del testimonio cristiano”, manifestó.
De acuerdo con la Enciclopedia Católica, el rito de imponer cenizas en la frente como signo de contrición y conversión aparece en las primeras copias del Sacramentario Gregoriano y probablemente data del siglo VIII.
Apunta que las cenizas utilizadas en esta celebración se hacen quemando los restos de las palmas del Domingo de Ramos del año anterior.
Este día y, según la costumbre católica, el sacerdote sumerge su dedo pulgar en cenizas previamente bendecidas y marca en la frente de cada uno la Señal de la Cruz. La Enciclopedia Católica antiguamente el oficiante decía “Recuerda, hombre, que del polvo vienes y al polvo volverás”, pero que actualmente pronuncia el versículo del Evangelio de Mateo “Conviértete y cree en el Evangelio”.
Con esta celebración, que se realizará en todos los templos católicos el día de hoy, se da inicio a la Cuaresma, tiempo reconocido desde los primeros siglos de la fe católica como un tiempo de ayuno y penitencia siguiendo la inspiración del relato bíblico sobre los 40 años de Israel en el desierto y los cuarenta días de ayuno de Jesucristo en el desierto al inicio de su vida pública.
La Cuaresma y la Semana Santa tienen en cada país sus características particulares, además de los ritos religiosos católicos que incluyen procesiones, ceremonias de adoración en las iglesias y viacrucis.
En el caso de República Dominica, son parte de esta época las habichuelas con dulce, como tradición culinaria. También se acostumbra en algunos pueblos a realizar la “quema de Judas”.
Es usual, además, que las comunidades de los bateyes realicen la celebración del gagá, una expresión mágico religiosa domínico-haitiana, que incluye bailes, y que se hace desde el Jueves Santo al Domingo de Resurrección.
Dentro de los ritos católicos son conocidos el Sermón de la Siete Palabras (el Viernes Santo) y la Adoración al Santísimo Sacramento. Esta último rito tiene un sentido especial en la Ciudad Colonial, donde los distintos templos construyen los denominados “monumentos”, en el que combinan una decoración llamativa, y en que colocan una hoja delgada y redonda de pan de ácimo que manifiesta, de acuerdo con la doctrina católica, la presencia de Jesucristo.
