Detectan por primera vez un cáncer maligno en un dinosaurio

482
0
Compartir

Los dinosaurios también padecían de cáncer. Esta es la conclusión a la que llega un estudio publicado en « The Lancet Oncology» y realizada por un equipo del Royal Ontario Museum (ROM) y la Universidad McMaster. La investigación ha descubierto y diagnosticado un cáncer de hueso maligno agresivo, un osteosarcoma, que sería el primero descubierto en un dinosaurio. No se han documentado previamente cánceres malignos (tumores que pueden propagarse por todo el cuerpo y tener graves consecuencias para la salud) en este tipo de gigantes prehistóricos.

El hueso en cuestión es el peroné (hueso de la parte inferior de la pierna) de Centrosaurus apertus, un dinosaurio que vivió hace 76 a 77 millones de años. Descubierto originalmente en Dinosaur Provincial Park en Alberta en 1989, se pensó en un principio que el extremo malformado del fósil representaba una fractura curativa. Al observar las propiedades inusuales del hueso en el Museo Royal Tyrrell en 2017, Mark Crowther, profesor de Patología y Medicina Molecular, y varios colegas decidieron investigar más a fondo el caso. Reunieron un equipo de especialistas en diferentes disciplinas como la patología, radiología, cirugía ortopédica y paleopatología.

«El diagnóstico de cáncer agresivo como este en los dinosaurios ha sido difícil y requiere experiencia médica y múltiples niveles de análisis para identificarlo adecuadamente -explica Crowther-. Aquí, mostramos la firma inconfundible del cáncer de hueso avanzado en un dinosaurio con cuernos de hace 76 millones de años, el primero de su tipo. Es muy emocionante».

Comparación entre secciones delgadas de la espinilla cancerosa (izquierda) y la espinilla normal del dinosaurio cornudo Centrosaurus apertus. Los fósiles fueron seccionados delgados para comparar la microestructura ósea y diagnosticar adecuadamente el osteosarcoma
Comparación entre secciones delgadas de la espinilla cancerosa (izquierda) y la espinilla normal del dinosaurio cornudo Centrosaurus apertus. Los fósiles fueron seccionados delgados para comparar la microestructura ósea y diagnosticar adecuadamente el osteosarcoma – Royal Ontario Museum / McMaster University

Después de examinar, documentar y moldear cuidadosamente el hueso, el equipo realizó una tomografía computarizada (TC) de alta resolución. Luego seccionaron finamente el hueso fósil y lo examinaron bajo un microscopio para evaluarlo a nivel celular óseo. Se utilizaron potentes herramientas tridimensionales de reconstrucción por TC para visualizar la progresión del cáncer a través del hueso. Usando este riguroso proceso, los investigadores llegaron a un diagnóstico de osteosarcoma.

Para confirmar este diagnóstico, compararon el fósil con un peroné normal de un dinosaurio de la misma especie, así como con un peroné humano con un caso confirmado de osteosarcoma. Así descubrieron que el espécimen fósil es de un dinosaurio adulto con una etapa avanzada de cáncer que pudo haber invadido otros órganos del cuerpo. Pero la enfermedad no fue lo que le mató: sus restos se encontraron en una tumba masiva de huesos, lo que sugiere que falleció junto a una gran manada de Centrosaurus debido a una inundación.

La masa tumoral principal está en la parte superior del hueso, y se puede ver en la reconstrucción 3D en amarillo; rojo gris es el hueso normal y rojo denota la cavidad medular.
La masa tumoral principal está en la parte superior del hueso, y se puede ver en la reconstrucción 3D en amarillo; rojo gris es el hueso normal y rojo denota la cavidad medular. – Royal Ontario Museum / McMaster University

«El hueso de la espinilla muestra cáncer agresivo en una etapa avanzada. La enfermedad habría tenido efectos devastadores en el individuo y lo habría hecho muy vulnerable a los depredadores de la época», explica David Evans, catedrático de Paleontología de Vertebrados del ROM y experto en este tipo de especies de dinosaurios. «El hecho de que este herbívoro viviera en una gran manada protectora puede haberle permitido sobrevivir más tiempo de lo normal con una enfermedad tan devastadora».

El osteosarcoma es un cáncer de hueso que generalmente ocurre en la segunda o tercera década de la vida. Es un crecimiento excesivo y desorganizado de hueso que se propaga rápidamente en ese hueso como a otros órganos, normalmente el pulmón.

Este estudio tiene como objetivo establecer un nuevo estándar para el diagnóstico de enfermedades poco claras en los fósiles de dinosaurios y abre la puerta a evaluaciones más precisas y seguras. Establecer vínculos entre la enfermedad humana y las enfermedades del pasado ayudará a los científicos a comprender mejor la evolución y la genética de diversas enfermedades. La evidencia de muchas otras enfermedades que compartimos con los dinosaurios y otros animales extintos aún puede estar presente en otras colecciones de museos que necesitan un nuevo punto de vista para ser examinadas.

No hay comentarios

Dejar una respuesta