El «boom» del cateterismo por secuelas del Covid

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    Una molestia en el pe­cho, fatiga, decaimiento y cansancio era lo que sen­tía Manuel cuando pidió ser llevado al médico. La atención fue rápida y lo primero que se determi­nó era que tenía la presión muy alta.

    Investigar el origen de la situación era necesario y así fue cómo lo sometie­ron a las analíticas y estu­dios de lugar.

    Los resultados de las muestras y pruebas rea­lizadas alertaron que al­go no andaba bien en su corazón. Referirlo a un centro especializado en el tema cardiovascular era lo que mandaba el diagnóstico preliminar. Así fue.

    Una vez llevado al lugar, lo someten a una angioplas­tía coronaria que arrojó que el paciente tenía sín­drome coronario agudo sin elevación del ST (Sca­sest). Dos arterias tapadas.

    Conocida la noticia, el car­diólogo les explicó a los fa­miliares que había que reali­zarle un cateterismo, que es un proceso que consiste en pasar una sonda delgada y flexible, conocida como caté­ter, hasta llegar al lado dere­cho o izquierdo del corazón. Este procedimiento facilita la exploración en el área y se hace desde la ingle o el bra­zo. Nada más qué hablar. Eso era lo que mandaba y había que someterlo al estudio.

    Aunque en algunos casos, es un proceso que se toma solo unos minutos, con Ma­nuel tardó más de media hora, porque había que re­parar el síndrome coronario encontrado a través del es­tudio y colocarle dos stent.

    No sucedió lo mismo con una de sus hermanas que, meses antes también había sido sometida al mismo tra­tamiento. Afortunadamen­te, ella no tenía ningún da­ño en sus arterias.

    Todo salió muy bien. El mé­dico que realizó el cateteris­mo explicó con lujo de de­talles lo que tenía Manuel, quien ya estaba en Cuida­dos Intensivos aguardando por las 24 horas de recupe­ración que ameritó su caso.

    Mientras la familia espera­ba noticias sobre la evolu­ción de su pariente, y lo ha­cía en una sala de espera en la que había representa­ción de alrededor de siete u ocho pacientes más, a quie­nes también les habían he­cho un cateterismo. A unos por la ingle y a otros, como a Manuel, por las manos.

    A todos en la sala les llamó la atención el alto número de pacientes que necesitaban de este procedimiento, y fue ahí cuando se les preguntó a dos empleados del centro, a modo de curiosidad, sobre cuántos cateterismos se rea­lizan allí diario o mensual. “Bueeeeno, son muchos, en un día se hacen 18 o más, y al mes, como algunos 200”.

    La respuesta no la ofreció un médico, pero sí una persona involucrada en esos menes­teres que, apegada a su expe­riencia, admitió que los casos han aumentado después de la pandemia por el coronavi­rus. “Es que ese Covid ha de­jado secuelas, ojalá todas las personas de cierta edad pue­dan acudir a un cardiólogo a revisarse, porque eso nunca está de más”.

    Una voz experta
    La doctora Mayra Melo, di­rectora del Instituto Do­minicano de Cardiología (IDC) admite que produc­to del Covid-19 y las secue­las que puede dejar, han aumentado los problemas cardiovasculares, debido a los trombos que se suelen formar tras padecer el vi­rus.

    Los cateterismos como par­te de los tratamientos para detectar y resolver algunas afecciones cardíacas, por supuesto que también han aumentado, dijo la espe­cialista.

    “También hay personas que han fallecido producto de esos efectos”, comenta Me­lo, quien da como dato im­portante que solo el doc­tor José M. Pantaleón, en uno de estos días hizo nue­ve cateterismos. “Solo él, imagínate que son varios doctores que hacen ese pro­cedimiento en el centro…”, enfatiza.

    Tras informar que en Car­diología se hacen entre 130 y 150 cateterismos al mes, contrasta la situación actual con la de los años 2019, 2020 y 2021. “En el año 2019 tuvimos una gran cantidad de pacientes a los que se les hizo cateteris­mo. En 2020, no fue tanta, pues por la pandemia solo trabajamos con esto, enero y febrero, ya en marzo pa­ramos la práctica, y en ju­lio volvimos, apegados a los protocolos, pero no tanta cantidad”, detalla.

    Ya para el año 2021 todo se regularizó y los casos se asemejan a los del año 2019, que eran bastantes. Todo esto pese a que, en al­gunas ocasiones por tener dañados los aparatos, había que referir a los pacientes a otros centros.

    Ahora en 2022 ha habido un aumento, que ella atribu­ye en gran medida a las se­cuelas del Covid.

    Salvando Vidas
    El doctor Ernesto Díaz Ál­varez, asesor del IDC, sos­tiene que en este centro no han podido registrar una mayor cantidad de proce­dimientos de este tipo en los últimos tiempos, debi­do a que han surgido otras instituciones que realizan cateterismo.

    Entiende que las cifras del Instituto tampoco son como deberían, porque la para­lización de la construcción del edificio, no le ha permi­tido dar la respuesta a la de­manda de la población en este sentido.

    “Pero hay que destacar que nosotros estamos dando un excelente servicio a través del programa 24 horas ‘Sal­vando Vidas’, que es el que trata a pacientes que llegan en la madrugada con un problema agudo al miocar­dio y se les da la atención. En ese programa atende­mos entre cinco y siete pa­cientes al mes y hemos sal­vado muchas vidas”, dice satisfecho.

    En el hospital Gautier
    El director de cardiología del hospital Salvador B. Gautier, Fulgencio Severi­no, consideró que la canti­dad de cateterismos que se realizan algunos ciuda­danos en el país es inferior a la demanda que existe.

    Detalló que en 2019 en las 11 salas de cateteris­mo que hay en República Dominicana se realizaron aproximadamente 3,732 procedimientos a pacien­tes con enfermedades car­diovasculares.

    “La cantidad que se re­gistran es inferior a la de­manda”, dijo el doctor, es­timando que cada año las cifras deberían de superar los 13,000 pacientes inter­venidos.

    SEPA MÁS
    Doctor Pedro Ureña

    El cardiólogo Pedro Ureña consideró que si estas cirugías han au­mentado quizás se deba a la demanda de los ciu­dadanos como también a la cantidad de centros especializados que han sido instaurando en el país.

    El especialista preci­só que pertenece a un grupo de cardiólogos que laboran en dos cen­tros médicos y estos ge­neran al menos dos o tres casos por día que requieren de este proce­dimiento, lo que corres­pondería a una canti­dad de mil pacientes in­tervenidos al año.

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