El Negacionismo Económico

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La visión que refleja el texto es una oportunidad idónea para que los profesores de las escuelas de economía dominicanas inciten a un debate entre sus alumnos

El libro ‘Le nésationisme économique’ (Editorial Flammarion), de los autores Pierre Cahuc (profesor de la Universidad Politécnica de Paris) y André Zylberberg (profesor de la Escuela de Economía de París) ha levantado un interesante debate en Francia que ya ha rebasado fronteras en Europa, debido a la sustancial y controvertida perspectiva desplegada por los autores. Para los dos profesores, la economía tiene en su esencia un contenido puro que debe alejarse de las interpretaciones que los ‘economistas heterodoxos’ formulan según su propio pensamiento, tendencia o ideología. Es decir, para los profesores Cahuc y Zylberberg, la economía ha alcanzado ya en la actualidad el grado de ciencia a la altura de las ciencias exactas, por lo que su aplicación debería admitir muchas menos visiones de las que se despliegan hoy en día, sobre todo, a través de los medios de comunicación.

Lo que reclaman Cahuc y Zylberberg es que se reconozca un status esencial de la economía. Como no es así en la actualidad, los profesores acusan a los medios de comunicación como distribuidores de una irrealidad económica, como también a “los economistas heterodoxos que se niegan a aceptar las teorías dominantes de esta ciencia”, las cuales fueron emanadas por el modelo neoclásico.

Veamos: la economía neoclásica, que nació a mediados del siglo XIX con los clásicos Adam Smith, Thomas Malthus y John Stuart Mill, se fue asociando con el tiempo a las matemáticas, sobre todo entrado el siglo XX. De esta forma, surgió la economía neoclásica, más ligada a fórmulas científicas, cuando se definen más específicamente los elementos de oferta y demanda, a la vez que se busca el equilibrio entre beneficio, empleo, crecimiento y dinero. (Entienda el lector que trato de hacer una descripción muy general).

El conflicto

La bomba estalla cuando Cahuc y Zylberberg cargan contra los economistas “que no quieren aceptar lo evidente y que insisten en que hay otras posibilidades de analizar los hechos económicos, una actitud que sólo tiene una razón: son personas ideologizadas”. Los profesores señalan con sus palabras a los economistas de corte marxista y keynesiano, incluyendo entre ellos a Krugman, Stiglitz y Piketty. Armado está el lio.

Los profesores no son suaves en sus acusaciones e incluso afirman que “las políticas de estos economistas están basadas en conceptos erróneos que dan lugar a millones de desempleados”. Por su parte, la posición de los heterodoxos es de rechazo a los valores científicos esenciales que defiende el libro, asociándolos al liberalismo existente. Cahuc y Zylberberg contraatacan diciendo que los economistas heterodoxos resucitan la visión intelectual de Sartre, en la que se ponen en oposición dos pensamientos: por un lado los argumentos y la razón (heterodoxos) y por otro las cifras y los modelos científicos predictivos (los autores del libro). No cabe duda de que es interesante.

Los profesores Cahuc y Zylberberg afirman que esta situación es desconocida por la mayoría de los ciudadanos porque los economistas son acogidos con mayor frecuencia en los medios debido a lo atractivo de su discurso, lo que provoca que no se escuche a los científicos y sus hechos.

Debate

El primer elemento por el que debería comenzar el debate es preguntarnos si en verdad la economía es una ciencia equiparable a las matemáticas. Quizás este primer punto nos lleve a uno de los últimos: las finanzas actuales, incluso las digitales, se gobiernan mediante algoritmos ejecutados por máquinas, lo que pudiera resultar preocupante. Otro elemento es considerar si existen los absolutismos de la argumentación humana por un lado, y del formulismo científico por el otro. Y el tercero, discutir si el modelo neoclásico de la economía puede considerarse como el conveniente para el sistema existente, independientemente de ideologías, hasta que aparezca otro o se interpreten escuelas para cambiar el curso de la economía. La pregunta concluyente para ambos bandos sería… ¿quién nos va a garantizar más igualdad?

Los opositores a la visión de Cahuc y Zylberberg sostienen que los economistas no neoclásicos ya no figuran en los libros de texto y planes de estudio. ¿Es eso cierto? Además, dicen que los principales ejecutivos del FMI, Banco Mundial y OCDE, así como ministros de Economía de los países desarrollados, son siempre economistas de la escuela neoclásica. Y sin embargo, tanto Krugman como Stiglitz son premios Nobel, mientras Piketty ha tenido difusión mundial con su libro sobre el capital. ¿Hay una contradicción? ¿Quién tiene la razón?

Personalmente, no sé por quién pronunciarme (o sí), pero de lo que estoy seguro es de que la sociedad necesita de ambas visiones económicas, la ortodoxa y la heterodoxa.

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