Estimulación cerebral profunda ayuda a los pacientes con Parkinson a recuperar el control

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Una de las prioridades a considerar cuando se sospecha de una enfermedad grave es saber cómo identificar los primeros signos. Es igualmente importante buscar una consulta médica para confirmar si lo que se está sintiendo es lo que se sospecha. Para una enfermedad como el Parkinson, que es difícil de identificar en sus etapas iniciales, saber exactamente qué buscar y cómo reaccionar es imperativo.

La enfermedad de Parkinson es una enfermedad neurológica progresiva crónica que afecta las células nerviosas (neuronas) en el cerebro. Los síntomas del Parkinson incluyen temblores (movimiento rítmico de los labios, el mentón, las manos y las piernas); rigidez y lentitud; problemas de equilibrio y marcha.

“La dopamina, un neurotransmisor, está disminuido en pacientes con la enfermedad de Parkinson”, comenta Ramón Lugo, neurólogo de Cleveland Clinic Florida. Para ayudar a controlar los síntomas, los pacientes pueden tomar levodopa, un medicamento que se convierte en dopamina cuando llega al cerebro. A menudo se receta con un segundo medicamento llamado carbidopa, que compensa los efectos de las náuseas causados por la levodopa sola.

Como alternativa, los médicos también pueden usar la estimulación cerebral profunda para tratar a los pacientes que no reciben alivio con medicamentos. La estimulación cerebral profunda es una forma de modular eléctricamente las partes del cerebro que son responsables de los movimientos causados por la enfermedad de Parkinson.

En la estimulación cerebral profunda, los electrodos se colocan en el núcleo subtalámico o globo pálido. Los electrodos están conectados por medio de cables a un generador de pulso implantable, un tipo de dispositivo de marcapasos colocado debajo de la piel del cofre debajo de la clavícula.

Una vez activado, el generador de pulso implantable envía pulsos eléctricos continuos a las áreas objetivo en el cerebro, modificando los circuitos cerebrales que son responsables de los síntomas motores del Parkinson sin cambiar de manera permanente partes del cerebro. Los pacientes reciben un programador simple para encender o apagar el generador de pulso implantable, verificar la vida útil del dispositivo o elegir entre diferentes funciones preestablecidas según sus síntomas y necesidades.

Badih Adada, neurocirujano y director del Braathen Neuroscience Center de Cleveland Clinic Florida, explica los beneficios de la estimulación cerebral profunda para pacientes con Parkinson.

“Un diferenciador clave con la estimulación cerebral profunda es que no daña ninguna parte del cerebro y también tiene menos complicaciones que otros tipos de cirugía. Se pueden hacer ajustes a medida que la enfermedad de la persona cambia sin cirugía adicional y se puede apagar si ocurren efectos secundarios excesivos, sin consecuencias a largo plazo. Más del 70 por ciento de los pacientes que se someten a este procedimiento muestran una mejoría significativa de todos los síntomas relacionados.”

También agrega que, como con cualquier cirugía, existen algunos riesgos. “En general, los riesgos pueden incluir infección, hemorragia intracerebral y cambios en la memoria o la cognición. Por lo general, los beneficios que obtienen los pacientes de la cirugía superan los riesgos. “

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