French Quarter: los músicos callejeros están por doquier

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En una esquina del French Quarter, el más famoso barrio de Nueva Orleans, escucho una voz. Un hombre canta con ritmo africano: “The whole world in his hands”… Se acompaña dando palmas. En un carruaje de estilo antiguo arrastrado por una mula pasan varios turistas. Son imágenes cotidianas de este barrio tan particular en el que, junto a mi hijo Alexis, me entretengo mirando.

Para curiosear entramos a la tienda Aunt Sally’s. Sobre un mostrador hay un par de canasticas con pralinés creole y otras ricuras. Son gratis: para probar. Comí tres, pero compré muchos más. En el local, entre sus artículos venden souvenirs y hasta alguna antigüedad. Además puedo ver a través de un vidrio cómo elaboran el ‘cotton candy’.

En una plazoletica detrás de Sally’s llama la atención un mural con representación de una época pasada, y la escultura de una mujer sentada en una pequeña fuente. No hay placa alguna que explique lo que representan. A unos pasos de la tienda está Evans Candy, cuyos dulces creole empezaron a prepararse en el 1900. En un muro explica que los pralinés fueron creados en Francia por el chef del Marshall du Plessis-Praslin, con almendras enteras cubiertas de azúcar caramelizada. Cuando las monjas ursulinas se asentaron en 1927, en Nueva Orleans, sustituyeron las almendras por pacanas (nueces lisas que había en la localidad) y las prepararon de manera diferente.

Nos encaminamos hacia otra plazoleta donde un trío de músicos entretiene a los viandantes. Son los Di Trani Brothers. Sobre el suelo, el estuche de un violín está abierto para recoger propinas. Ya hay varios billetes. Cruzamos hacia el French Market, el más antiguo mercado público de Estados Unidos. Abundan puestos de frutas y vegetales, comida, bebida, helados, mercado de pulgas con mesas donde ofertan los más disímiles objetos, incluyendo camisetas con promoción de Nueva Orleans pero confeccionadas ¡en Haití!. Recorremos de punta a punta el French Market, para luego tomar el bus hop-on hop-off. Tras un corto trecho escucho por los auriculares que pasamos junto al más antiguo barrio de negros en Estados Unidos: Tremé. Fue el primero donde los afro-americanos tuvieron sus propias casas (datan de los siglos XVIII y XIX). Entre los negros libres que aquí vivieron había algunos procedentes de Haití.

Barrio de Tremé
Toma su nombre de quien fue dueño del terreno: un fabricante de sombreros francés. En 1862, durante la Guerra Civil, nació aquí el primer diario hecho por periodistas negros. En el barrio se mantiene aún la primera iglesia católica negra: Saint Augustine.

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