Groenlandia tiene un problema con los suicidios

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¡Quién no querría visitar alguna vez Groenlandia! Una tierra desconocida, apartada, con impresionantes paisajes. Las fotografías que nos llegan desde ese rincón del mundo son de enorme belleza, con grandes extensiones de nieve sin pisar, bahías llenas de trozos de hielo sobre los que saltan osos polares, gigantes glaciares, montañas blancas, luces verdes por la noche… y silencio. Un estruendoso silencio que lo envuelve todo.

Una superficie gigantesca, comparable con la de México (país donde viven más de 100 millones de personas), habitada tan sólo por 56.000 vecinos. Una insignificante población, que, como mantequilla untada sobre demasiado pan, trata de sobrevivir al hielo y a la soledad. Las fotografías son preciosas, y nos gustaría hacer un viaje como turistas para conocer la isla, pero: ¿querríamos vivir allí? Vivir 24 horas al día todos los días del año, todos los años de nuestras vidas, en ese sitio congelado.

De nuevo, la instantánea es bonita. Pero si profundizamos más allá de los colores, de la luz y del paisaje, y nos sumergimos en el interior de cada una de esas casas de madera, veremos que la realidad social diaria de los groenlandeses es más bien gris y oscura. Estamos en la zona del mundo con más suicidios. Un terrible dato que esconde varias razones sociológicas.

Antes de analizar la sociedad groenlandesa, hay que recordar las características físicas y geográficas de la región, factor clave para más adelante entender el modelo de vida y la personalidad de sus habitantes. Como hemos dicho, Groenlandia es una tierra vacía y helada. Es una enorme isla a mitad del Atlántico Norte y el Círculo Polar Ártico, donde la temperatura anual media de la capital y ciudad máspoblada, Nuuk, es de -2,3ºC. ¡La temperatura media es dos grados bajo cero! ¡La media anual! En Enero la temperatura media es de -23,5ºC…

Además, no hay que olvidar los duros ciclos de luz y noche que se sufren en estas latitudes. A la noche polar se le suma el odioso Sol de medianoche, que provoca problemas para conciliar el sueño por la noche cuando el Sol está todavía brillando.

La noche polar implica no ver la luz del día durante largos períodos, y se ha demostrado que causa trastornos afectivos estacionales. Los groenlandeses no son muy dados a hablar, pero tienen una palabra precisa para expresar el sentimiento que les invade cuando llega la eterna oscuridad: perlerorneq. Significa literalmente “carga”.

La vida en Groenlandia es una carga. Estos ciclos de luz y el frío extremo hacen que las actividades sociales más comunes sean quedarse en casa haciendo maratones de películas durante horas o acudir al encanto de las bebidas espirituosas. En la actualidad la gran mayoría de las víctimas del suicidio son adolescentes: más de la mitad son chicos de entre 15 y 19 años. Un dato terrible.

En Groenlandia todos conocen a alguien o tienen un familiar que se ha suicidado. En este entorno social de depresión, oscuridad y frío es muy complicado construir alegría por la vida. Los expertos apuntan a la falta de profesionales de la psicología en la isla durante décadas como una de las causas, ya que el suicidio se ha traspasado durante generaciones como una práctica más que viable para solucionar los problemas.

Desde que en 1953 Groenlandia pasó a formar parte del Reino de Dinamarca y la modernización llegó a este rincón del mundo los programas de lucha contra el suicidio se han intensificado, y hace tiempo que es un tema principal para las autoridades. Hay varios programas y muchos profesionales que se encargan de tratar con las potenciales víctimas (que son buena parte de la población).

Pero incluso la modernidad ha ayudado según muchos estudios a empeorar la tasa de suicidios. Una población tradicionalmente inuit se ha encontrado con un choque cultural radical, y son muchos los que no han sabido o querido sumarse a la sociedad occidental.

Durante los años cincuenta y sesenta el proceso fue más crítico, y se obligó a los inuits a vivir en bloques de viviendas de hormigón. Provistos de agua corriente, luz, calefacción… nada que los inuits necesitaran. Se encontraron de pronto con toda su vida cambiada, viviendo entre paredes grises. Además con la modernidad llegó el alcohol.

Los estudios han demostrado que el alcoholismo es un grave problema en toda la región del Ártico. Parece existir una relación entre el clima gélido y el consumo de alcohol, lo cual no sería de extrañar por razones evidentes. En el caso de Groenlandia, el choque cultural permitió que a partir de los años cincuenta todo el que quisiera pudiera comprar botellas de alcohol. Una buena forma de escapar del frío y de los problemas.

Porque problemas hay muchos. Problemas personales (sentimentales, familiares), profesionales (desempleo, fracaso) incluso espirituales. La imposición de modelos de vida radicalmente diferentes en un breve espacio temporal es un proceso social peligroso, y Groenlandia es un claro ejemplo de ello. En la actualidad a las ya adversas características geográficas y climatológicas se les suman nuevos problemas como la pobreza, el desempleo o el alcoholismo.

Durante la primera mitad del S.XX los groenlandeses vivían como lo habían hecho durante 4.000 años. Pescaban, construían sus casas, elaboraban ropas con las pieles de los animales, contaban historias bajo las estrellas… El fenómeno del suicidio es claramente un mal asociado con la modernidad. Los datos no pueden ser más claros.

El 91% de las víctimas eligen el ahorcamiento o un disparo. El porcentaje restante se acerca a los acantilados o se produce heridas con objetos punzantes. Es una triste realidad con la que conviven en Groenlandia, una tierra de enorme belleza y atractivo natural, cubierta por una grave mancha social.

De nuevo nos planteamos la pregunta inicial: ¿quién querría vivir allí? En esas calles vacías, con ese frío constante…

Quizás no todos los lugares del mundo estén preparados para recibir a la modernidad y al progreso. Quizás no debiéramos haber tratado de imponer el estilo de vida occidental en todos los rincones del planeta. Quizás pescar en el hielo y vestir con pieles sea mejor que ver películas y beber alcohol.

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