Las escuelas de negocios son un invento americano que se ha extendido a todos los confines del mundo porque, en definitiva, hasta en los países menos desarrollados económicamente hablando existen empresas regidas por directivos. Y los ejecutivos deben prepararse para serlo y actualizarse cuando ya lo son para prosperar en un entorno cambiante y cada vez más competitivo. Por eso no es de extrañar que en África empiecen a brillar los centros de formación de directivos, una vez que en Asia ya han despuntado e incluso algunos de ellos se han colocado entre las mejores instituciones formativas del mundo.
Sí sorprende, sin embargo, que una escuela de negocios como la de Harvardhaya dejado de situarse al frente de todas las demás en el ranking más reconocido del sector, que es el que anualmente elabora Financial Times (FT). Tras toda una historia de liderazgo estadounidense que raramente se ha roto y después de seis años consecutivos en el podio, en 2016 Harvard Business Schoolha sido rebasada por la francesa Insead en el número uno de la lista que reconoce los mejores centros de formación para cursar un MBA (Master in Business Administration), la estrella de los másteres. Es la primera vez que una escuela francesa encabeza la clasificación y la segunda que lo hace una europea (en 2010 London Business School protagonizó este hito).
Y es que las escuelas europeas hace años que se colaron entre las más punteras del globo. Las españolas entre ellas. De hecho, de las 25 que encabezan la clasificación de FT, 13 son estadounidenses y 9 del viejo continente. No solo eso, la primera (Insead) y la tercera (London Business School) se asientan en Europa. “Actualmente hay casi tantas escuelas europeas como norteamericanas en los primeros puestos del ranking”, sostiene Santiago Íñiguez de Onzoño, decano de la española IE Business School, localizada en la decimosegunda posición, “dado que su calidad es absolutamente comparable”.
De ahí que muchos estudiantes se planteen si es mejor estudiar gestión de empresas en el país donde nació esta disciplina o, por el contrario, conviene hacerlo más cerca, en España (que cuenta con tres escuelas situadas en los puestos 12º, 14º y 23º mejores del mundo) o en el resto de Europa. “Esta es una de las primeras preguntas que se hacen los candidatos y después eligen la escuela en concreto”, explica el director general de IESE Business School, Franz Heukamp.
Todo depende de qué se pretenda estudiar. Así lo cree el director de The Lauder Institute de The Wharton School, Mauro Guillén. En su opinión, para hacer un MBA es preferible acudir a las grandes escuelas de negocios estadounidenses, ya que cuentan “con mayores recursos, mejor profesorado y redes de exalumnos más globales y extensas”. En cambio, si de escoger destino para cursar un programa de alta dirección se trata, la elección pasa por los centros continentales. “En educación para ejecutivos las primeras escuelas europeas son tan buenas e incluso mejores que las norteamericanas”, asegura. De hecho, el ranking que elabora FT para esta especialidad lo encabeza IESE en 2016.
No obstante, el profesor de gestión internacional de Wharton recomienda sopesar los objetivos que se plantea el interesado a la hora de realizar un posgrado. En el caso de los MBA, sea cual sea este fin, lo tiene claro, Estados Unidos se lleva la palma. “Es mejor para que el alumno amplíe sus perspectivas que se codee con gente de todo el mundo y acceda a los conocimientos más punteros”; lo mismo que si pretende buscar trabajo en ese país.
En Wharton (segunda escuela norteamericana del ranking en 2016, si bien lo ha liderado bastantes veces) más del 40% de los alumnos del MBA son internacionales. También españoles, normalmente entre cinco y una docena dependiendo del año, explica Guillén.
Aunque en el entorno multicultural los centros europeos no andan a la zaga de los prestigiosos estadounidenses. Es más, generalmente gozan de mayor diversidad. De hecho, esta ha sido una de las razones del ascenso de Insead, con el 90% de los estudiantes y los profesores del MBA internacionales. El mismo porcentaje que maneja IE. Para su decano, “si lo que se busca es un entorno más diverso, es mejor optar por Europa”. El viejo continente destaca, a juicio de Íñiguez, por una formación más práctica (de un año en lugar de dos para sus MBA), y por contar con docentes más clínicos, en general del ámbito profesional, en tanto que al otro lado del Atlántico son más académicos.
Cuidado con el dólar
Una cuestión añadida, la fortaleza del dólar hace que ahora EE UU se plantee como un destino más caro. Eso sí, asegura el decano de IE, si el propósito del estudiante es trabajar en aquel país, lo aconsejable es estudiar en una escuela norteamericana. Lo mismo opina Heukamp, que establece otro matiz más: “Si toda la carrera académica del candidato ha sido internacional, quizás sea preferible centrarse en la especialización en una materia concreta, como el marketing por ejemplo, y en ese caso igual Estados Unidos es la opción. En tanto que si lo que quiere es una visión internacional del negocio, conocer cómo se trabaja en otros países, es mejor elegir Europa”.
No obstante, el director de IESE cree que hay que fijarse en las diferencias que aportan las escuelas de negocios en lugar de en sus similitudes. Por ejemplo, su centro se caracteriza por la internacionalización y la enseñanza centrada en las personas, asegura Heupkamp.
De cualquier forma, según Bill Aulet, director del Martin Trust Center for Entrepreneurship del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), la elección entre estudiar en Estados Unidos y Europa “era más importante en el pasado”. “Hoy en día el negocio es cada vez más internacional y lo esencial es que los alumnos tengan una amplia perspectiva geográfica y cultural, y todas las grandes escuelas incluyen en sus enseñanzas casos prácticos de diferentes países.
Como dijo Thomas Friedman, el mundo es cada vez más plano y conectado, y las escuelas de negocios no son una excepción”. Por eso, continúa, en un momento en el que el valor del MBA está disminuyendo, las empresas han pasado de unas políticas de contratación centradas en las titulaciones a otras basadas en las habilidades. “Lo que quieren es a una persona que los ayude a producir un producto y a venderlo para que la compañía haga caja el próximo mes. Es un cambio enorme al que las escuelas de negocios se están adaptando”, agrega Aulet.
Gareth Howells, director ejecutivo de MBA y programas de finanzas de London Business School (LBS), coincide en que “los negocios son globales, por lo que es importante que una escuela tenga una fuerte reputación en el desarrollo de talento global”. Aunque la ubicación del centro de formación es un factor a considerar, opina, lo que realmente debe tener en cuenta el estudiante al elegir es el contenido del programa y el número de participantes, además de sus perspectivas laborales cuando lo finalice, y si la escuela tiene trayectoria de éxito en la colocación de candidatos en los sectores a los que se desea acceder, en el caso de LBS son: finanzas, consultoría y tecnología.
Las escuelas americanas tienen mayores recursos y experiencia. Las continentales son más internacionales
“En ambos continentes hay excelentes escuelas de negocios. Una alta calidad de los profesores, estudiantes y exalumnos”, asegura Urs Peyer, decano de programas de grado de Insead. Por eso vale la pena investigar antes de decidir el programa que mejor se adapta a los requerimientos del estudiante. La geografía tiene alguna relevancia en la búsqueda de empleo porque la contratación de las empresas está, por lo general, unida todavía a un continente concreto, indica.
“Insead ya no es realmente europea. Con nuestros tres campus en Francia, Singapur y Abu Dabi y nuestras alianzas con Wharton en EE UU y CEIBS en China, ofrecemos a los estudiantes una plataforma global. Pero lo más importante de todo es la diversidad geográfica de los estudiantes”, agrega Peyer.
Y es que precisamente esa globalidad es la que le ha servido a la escuela de origen francés para ponerse a la cabeza mundial. Sus responsables lo justifican así: “Innovamos al introducir el primer programa MBA de un año y al ser la primera y todavía única escuela de negocios verdaderamente internacional. Y esas innovaciones han dado lugar al reconocimiento como mejor MBA del mundo”, sostiene Peyer. Y añade una razón más: “El intenso programa MBA ofrece un valor excepcional, como demuestran los aumentos salariales de nuestros graduados. El carácter internacional proporciona una oportunidad única para que los estudiantes tengan acceso a puestos de trabajo en todo el mundo, especialmente en los mercados de mayor crecimiento, como Asia y Oriente Próximo, donde los aumentos salariales y desarrollo de la carrera es muy alto”, zanja.
Harvard Business School, sin embargo, no ha querido explicar el porqué de su retroceso en el ranking de FT ni ofrecer sus consejos para este reportaje.