Irán: condenan a 99 latigazos a 35 adolescentes por hacer una fiesta

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Asamblea de expertos de Irán

Treinta y cinco adolescentes iraníes han sido objeto de un castigo «ejemplar». Inmediatamente después de ser detenidos, han recibido 99 latigazos cada uno, lo que ha sorprendido a la sociedad iraní por su rápida ejecución y su brutalidad.

Todo, por cometer el «delito» de celebrar una fiesta de fin de curso mixta, es decir, de varones y de mujeres, según informó el viernes el diario El País.

«Espero que sirva de lección para quienes intentan violar las normas islámicas en sus domicilios», ha declarado Esmail Sadeghi Niyaraki, fiscal general de Qazvin, la ciudad en la que se produjeron los hechos y que está a 150 kilómetros al noroeste de Teherán.

«ESPERO QUE SIRVA DE LECCIÓN PARA QUIENES INTENTAN VIOLAR LAS NORMAS ISLÁMICAS EN SUS DOMICILIOS»

«Las chicos y las chicas no estaban relacionados entre sí y estaban bailando, (…) así que fueron detenidos y castigados», anunció Niyaraki citado el pasado jueves por Mizanonline, una web de noticias del poder judicial.

La condena contempla, a su vez, el hecho de que los jóvenes estaban consumiento alcohol y, siempre según la versión de la Fiscalía, las mujeres se encontraban «medio desnudas», lo que significa simplemente que no llevaban el pañuelo tradicional.

«Gracias a Dios, en menos de 24 horas se concluyeron los interrogatorios, la investigación, el proceso, el veredicto y su aplicación», celebró por su parte Niyaraki.

De acuerdo con el artículo de El País, las fiestas de fin de curso se han vuelto muy populares en Irán en los últimos años. No obstante, las celebraciones mixtas, los bailes y el consumo de alcohol están prohibidos en la República Islámica.

Hasan Rohani AFP

Contravenir esas normas se ha venido castigando con la flagelación desde la revolución de 1979, pero en los últimos años se trataba más de una amenaza que de una realidad. A menudo,la pena podía eludirse con la firma de un compromiso de no volver a repetir ese comportamiento.

La inmediatez en la aplicación de la condena refuerza las sospechas sobre el sistema judicial de la República Islámica, que ya está en la mira del relator de la ONU para los derechos humanos y al que distintas organizaciones nacionales e internacionales acusan de falta de garantías.

Pero también refleja la lucha de poder interna que se vive en el país persa. Las detenciones y castigos de Qazvin son los últimos conocidos de lo que parece una campaña más amplia emprendida por el ala de los ultras, que controlan el Poder Judicial y que buscan reafirmar su control ante los avances políticos de los moderados en las últimas elecciones.

Por tanto, se trata de un nuevo golpe para el gobierno de Hasan Rohani, quien intenta mostrarse partidario de ampliar las libertades personales para mejorar la imagen internacional de su país.

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