Nikola Jokic tuvo dificultades para decidir cuál había sido la mejor jugada del encuentro.
La primera candidata fue una en que el argentino Facundo Campazzo envió un pase hacia atrás y entre las piernas para que Monte Morris encestara en bandeja. La segunda fue una cátedra de drible por parte de Bol Bol, entre un extremo y otro de la cancha, antes de que el pívot rematara de forma espectacular.
“Las dos fueron bonitas”, dijo Jokic, ante las dificultades para contestar.