La energía renovable expande su luminosidad en República Dominicana

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“Energía asequible y no contaminante”, reza el número 7 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), con los cuales República Dominicana está comprometido.

Para lograr ese objetivo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) asegura que el mundo debe triplicar su inversión anual en infraestructuras de energía sostenible y pasar de los US$400,000 millones actuales a US$1.25 billones en 2030.

En el país el aprovechamiento de fuentes renovables es notable. Casi dos décadas atrás la producción de energía estaba liderada en un 88% por derivados del petróleo y el resto provenía del agua (9%) y el carbón (3%).

Fruto de las inversiones que siguieron al proceso de capitalización, se redujo de manera progresiva el protagonismo de los combustibles fósiles y dio entrada a otras fuentes: 72% derivados de petróleo, 4% gas natural, 12% carbón, 12% hidroeléctricas solo en cuatro años, explica el último informe de la Asociación Dominicana de la Industria Eléctrica (ADIE).

RD cuenta con dos parques solares fotovoltaicos, ubicados en las provincias Monte plata y Montecristi.

El año pasado la matriz de generación eléctrica estuvo compuesta por: 38.1% de derivados de petróleo, 32.9% de gas natural, 13% carbón, 11.2% agua, 3.1% viento, 1.3% biomasa y 0.5% sol. Es por ello que República Dominicana cuenta con una de las matrices de generación eléctrica más diversificadas de la región.

El 16% de la matriz de generación del Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI) en 2018 provino de energías renovables, con 2,525.77 gigavatios-hora.

En el período 2011-2018 la inversión en tecnologías de generación eléctrica con fuentes renovables ascendió a US$710.65 millones, según la Comisión Nacional de Energía (CNE).

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En 2018 fueron inaugurados los proyectos Montecristi Solar, con 57.96 megavatios, y el Parque Eólico Larimar II, con 48.30 megavatios, para un total de 106.26 megavatios, que, sumados a los que ya estaban en operación (194.95 megavatios), totalizan 301.21 megavatios de energía limpia.

Mientras que para este año se espera un crecimiento exponencial, debido a un aumento significativo en la inversión, con unos US$338 millones, para alcanzar 159 megavatios adicionales, que se corresponden con los proyectos eólicos Matafongo, Agua Clara (ya entró en febrero), Guanillo (Pecasa) y proyectos solares fotovoltaicos como Solar Canoa, Montecristi Solar II y Monte Plata Solar II.

“Prevemos que al cierre de este año 2019, incluyendo la inversión encontrada en el año 2012, alcanzaremos un total de US$1,048.6 millones y un total de 460 megavatios que se corresponden con el sector de las energías renovables, excluyendo las hidroeléctricas”, asegura el director ejecutivo de la CNE, Ángel Canó Sención.


Mientras Manuel Cabral, vicepresidente ejecutivo de la ADIE, atribuye la demora en la llegada de inversiones a la última reforma tributaria del país en 2012, en las que se bajaron los incentivos a la instalación de generación a base de fuentes renovables. Entiende que los inversionistas que tenían proyectos decidieron pausar o abandonar sus planes para esperar que el clima de inversión, que se afecta con cada cambio regulatorio, se estabilizara y ver si de verdad el país estaba interesado en apoyar la energía renovable.

A partir de ahí, no hubo más cambios en la regulación y el abaratamiento de los costos de instalación contribuyó, después de varios años, a que comenzaran a llegar los inversionistas interesados en multiplicar la energía renovable en el país.

Ventajas de la energía renovable

La energía eléctrica representa alrededor del 60% de todas las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Eso significa que la principal ventaja del uso de energía renovable consiste en reducir la contaminación ambiental.
Canó Sención destaca también la disminución de la dependencia de los combustibles convencionales para la producción de energía eléctrica y, por consiguiente, una reducción de la factura petrolera y la diversificación de la matriz de generación eléctrica.

Además, Manuel Cabral, destaca que la tecnología de generación es cada vez más eficiente y la productividad es mayor, lo que se traduce en un abaratamiento de los costos.

Debido a su posición geográfica, el país recibe mucho sol y viento, por lo que las inversiones se han inclinado más hacia la generación eólica y solar. Cabral considera que el aprovechamiento de esas fuentes de energía renovable se va a seguir incrementando en el futuro.

Retos

Para incrementar el uso de energía limpia en el país, los expertos coinciden en que se debe mejorar la red de transmisión eléctrica, considerando la expansión hacia las zonas con el mayor potencial de recursos de fuentes renovables, en la medida que se garantice la confiabilidad y seguridad del SENI.

También entienden que el país debe realizar ajustes desde la regulación, para permitir la instalación de fuentes renovables provenientes de fuentes variables (sol y viento) conjuntamente con sistemas de almacenamiento (baterías).

Manuel Cabral señala que para lograr que aprueben construir y poner en línea un proyecto de energía renovable hay una burocracia muy grande, por lo que esas iniciativas pueden durar hasta cinco años desde la concepción hasta la construcción y la puesta en línea.

Desde el punto de vista de los inversionistas, eso coloca al país en desventaja, porque la mayoría de las empresas del sector eléctrico tienen inversión en diferentes países de la región y comparan el clima de inversión en cada uno y el tiempo en el que pueden realizar su inversión.

“Es necesario, como país, si queremos seguir incentivando la energía renovable, que entendamos que ese es el camino: sentarnos y lograr simplificar el tema regulatorio del sector eléctrico completo”, expresa Cabral.

El vicepresidente de la ADIE también menciona dentro de los retos del sector eléctrico el flujo de pago de dinero. “No es desconocido que en el sector eléctrico los generadores, en muchos casos, tienen problemas en recibir su pago de la factura de generación de electricidad y eso impacta el flujo de caja de los proyectos”.

Resalta que algunos de esos proyectos son pequeños, de 30 a 50 megavatios en su primera fase, y si no cuentan con un flujo de caja bueno se ve en dificultad su operación.

De igual manera, considera importante tener instituciones regulatorias fuertes e independientes, que sean capaces de hacer cumplir la regulación vigente y el “apetito” que hay hoy en día por parte de los inversionistas para desarrollar proyectos de energía renovable.

Cabral considera que hay grandes ineficiencias en la distribución y comercialización de la energía eléctrica en República Dominicana.

“Eso es clave resolver, porque no haces nada teniendo energía renovable cuando hay cortes de electricidad y los clientes tienen que tener plantas de emergencia, eso es contraproducente. Puedes tener toda la generación de energía eléctrica, pero si una persona recibe seis u ocho horas de corte y se tiene que abastecer de una planta de energía eléctrica, obviamente esa generación va a ser contaminante”, detalla.

Para Roberto Herrera, presidente de la ADIE, el principal reto de la energía renovable es que no es continua, por lo que considera que se debe buscar la manera de integrarla con la energía convencional, para garantizar que no haya interrupción en el servicio.


Herrera sugiere establecer facilidades para incentivar el almacenamiento de energía, aunque aclara que esta tecnología tiene un límite de hora y de autonomía, además de que todavía es muy costosa.

En ese sentido, Cabral advierte que el desarrollo de la energía renovable va ligado al almacenamiento de las mismas, porque no siempre hay sol y viento.

“Tiene que haber, a la par, bancos de baterías en las cuales se pueda almacenar para cuando se necesite, porque en un momento se puede tener sobreabundancia de energía renovable y se puede inyectar en la noche, que no hay sol”.

En la actualidad, el país cuenta con un parque de baterías de 20 megavatios, propiedad de la empresa AES Dominicana, pero los directivos de ADIE insisten en que la regulación tiene que avanzar más para fomentar el desarrollo de tecnologías de almacenamiento.

El parque de almacenamiento de AES Dominicana se está usando para regular la frecuencia de generación del sistema, pero esas baterías están diseñadas para almacenar la energía, comenta Cabral.

Oportunidades

Además de promover e incentivar un mejor aprovechamiento de la biomasa para la producción de energía renovable, el director de la CNE, Ángel Canó Sención, propone lograr la promulgación de una ley que establezca una compensación por toneladas de residuos sólidos convertidos en energía, que permita la rentabilidad de proyectos energéticos a base de residuos sólidos urbanos (RSU).

“Eso solucionaría eficazmente el problema ambiental que producen todos los vertederos del país, principalmente a nuestras aguas subterráneas”.

En tanto que Manuel Cabral indica que por la demanda que existe a nivel mundial por las fuentes renovables, se está invirtiendo mucho en el desarrollo de nuevas tecnologías y los precios están bajando rápido.


“La caída de precios en los paneles solares en los últimos años ha sido traumática. Porque con el avance de la tecnología se puede invertir en nuevas fábricas, nuevas estructuras y materiales con los que se construyen”, explica.

Por esa razón opina que la energía renovable va a bajar de manera importante en los próximos años, lo que se convertiría en una mayor oportunidad para incrementar su uso en el país.

Iniciativas de energía renovable

De acuerdo con la Comisión Nacional de Energía (CNE), al mes de diciembre de 2018 en el país había una capacidad instalada en iniciativas de autoproducción de fuentes renovables de unos 110 megavatios pico (MWp), de los cuales 94,521 kilovatios pico (kWp) corresponden a usuarios registrados en Medición Neta, un programa para clientes con sistemas de generación propia que utilicen fuentes renovables de energía interconectadas a sus redes de distribución.

El restante (15,500 kilovatios pico kWp) corresponde a entidades (Usuarios No Regulados y/o empresas de Generación) con sistemas solares para autoproducción para suplir sus consumos propios. Según la CNE, los usuarios regulados que utilizan la autoproducción en el sector residencial representan un 26.94%, en el sector comercial un 26.33% y en el sector industrial un 46.73%.

Esos emprendimientos son, prácticamente en su totalidad, en base a paneles solares fotovoltaicos, debido a que los costos de esos sistemas han presentado una persistente tendencia a la baja.

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