La miseria empujó a Gregory Méndez a la minería en Cerro Maimón

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Los familiares más cercanos de Gregory destacaron que la necesidad de construir un hogar propio para su hija de seis años era la única razón por la cual el minero seguía laborando Cerro Maimón

María Tejeda LorenzoLa Quebradita, Sánchez Ramírez, RD.

Ya han pasado nueve días desde que Gregory Méndez y Carlos Yepez quedaron atrapados en la mina Cerro Maimón, en la provincia Monseñor Nouel, mientras realizaban trabajos para la Corporación Minera Dominicana (Cormidom).

La mañana del domingo, reunidos en una casa de cemento y madera, techada con zinc, los familiares más cercanos de Gregory destacaron que la necesidad de construir un hogar propio para su hija de seis años era la única razón por la cual el minero seguía laborando Cerro Maimón, pese al peligro que enfrentaba.

Méndez vive con su abuela materna Regina Martínez, de 77 años, y su hija de seis, en una humilde casa que hasta la cintura es de bloques de concreto, completada con madera desde las ventanas hasta el techo, que está formado por zinc y rodeada de mucha tierra, árboles y diversos frutos, en un pueblo llamado La Quebradita de la provincia Sánchez Ramírez, cercano a un río que hace frontera con Monseñor Nouel.

“Quería que dejara ese trabajo porque era demasiado peligroso, él me decía que hasta que no consiguiera el dinero para construir una casa y mejorar las condiciones de la familia, no iba a irse”, relata ahora Regina.

Isabel Inoa, tía del minero, expresó que eso daba “pena y tristeza” ver la cara de Gregory cuando iba a su jornada laboral de 7:00 de la mañana a 7:00 de la noche, en turno rotativo, y la cantidad de veces que este acudía solo para “cumplir con el compromiso”.

“Con todo y botas él no quería ir para allá, era como si presintiera lo que iba a pasar. Hasta se persignaba antes de ir”, aseguró su mejor amigo de infancia.

Las oportunidades de trabajo en esta localidad son tan escasas que la única opción es la minería, el cultivo de cacao, la siembra y cosecha de víveres en los conucos y el corte de hierba.

Adiós al túnel

“Cuando Gregory salga de ahí yo estoy de acuerdo que siga en la mina si quiere, pero en otra parte, no trabajando en el túnel”, comenta su abuela, la matriarca de la familia, mientras espera por noticias sentada en una silla de plástico vistiendo una falda color rosa y una blusa roja. 

Situación actual

La desesperación y angustia se apoderan de los familiares ante esta situación “difícil”, además de la tristeza que dice sentir Regina por la falta tan grande que le hace “su muchacho”, así como a la hija de Gregory que se encontraba presente en las afueras de la casa y se notaba muy preocupada y desanimada.

“Le pido al Señor que me lo saque de ahí con vida y salud”, imploró la abuela.

En lo que respecta al proceso de rescate para sacar a los mineros, Martínez manifestó que la Cormidom le ha informado que se encuentran trabajando día y noche, por lo que ella mantiene la esperanza.

Sobre Gregory

“El joven de 27 años nació en Tamayo de la provincia de Bahoruco, su papá falleció y luego su mamá se fue para Surinam (América del Sur) hace 18 años y me lo dejó aquí en La Quebradita, donde lo he criado desde pequeñito”, explicó Regina.

De igual forma, señala que Juana Méndez, madre del minero, tenía cinco años sin venir a República Dominicana y al regresar se encontró con la situación actual.

Gregory tiene dos hermanos que viven en esta zona, uno en el municipio de Maimón, donde se encuentra la mina donde está atrapado, y otros cuatro, que no son tan cercanos, en distintas partes del país.

“Desde niño siempre ha sido un niño amable, bueno y nos quiere a todos. Andábamos juntos para todos lados”, dijo con una sonrisa su prima Adalgisa.

En lo que se refiere a sus estudios, el joven solo pudo llegar hasta el sexto curso de la primaria debido a sus escasos recursos económicos. Posteriormente se dedicó a hacer labores de agricultura que es lo más común en esta localidad rural.

Es definido como un hombre trabajador, de pocas palabras pero de buen corazón, doméstico, servicial, buen amigo y tranquilo, una persona que nunca buscó problemas en la calle, un “muchacho completo”.

Según sus allegados, Gregory es “loco con los gallos” y tiene un criadero en la loma de su abuela, tanto que cuando llegaba a su casa era lo primero por lo que preguntaba.  

Faceta de padre

“Como papá él es muy bueno, dedicado y trata excelente a la niña. Ella lo es todo para él, ha  servido de padre y madre para ella, pasean, comparten, la peina, la cambia y juegan muchísimo”, explicó Regina.  

Vecinos

En un recorrido por periodistas de Listín Diario, también fue visitado el sector Buenos Aires,  lugar donde reside la mamá de Gregory en su estancia en el país. Los habitantes lo destacan como una persona muy trabajadora, seria y preocupada por su familia.  

“Es muy triste lo que está pasando ahí. Nada más se escuchan gritos de tristeza, la señora llega, se cambia y luego vuelve a la mina”, comentó Silvestre Suriel, uno de los que viven allí.

En ese orden, Enerolisa Bidó, una de las vecinas, dice que de solo pensar estar encerrada sin aire y en la oscuridad “hasta la presión se le sube”.

Asimismo, esperan que con “la ayuda de Dios” y la empresa ambos mineros puedan salir lo más pronto posible.

“Vivo en Santo Domingo y somos amigos inseparables. Estoy seguro que el único que le va a dar ánimos de verdad soy yo, se pondrá muy contento. Sé que saldrá pronto”, concluyó.

Fuente-Listin Diario.

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