La Unión Europea quiere aún más cerca a América Latina

“Unamos fuerzas para un futuro común” le propone Europa a América Latina. ¿Cómo se imagina ese futuro? El debate echa la vista atrás, detecta logros. Y se mira hacia desafíos que rebasan Venezuela, Nicaragua o Colombia.

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Federica Mogherini, Alta Representante de la Política Exterior de la UE, presenta el nuevo concepto para las relaciones con América Latina

En plena crisis venezolana y con voces europeas pidiendo sanciones para Nicaragua, la Unión Europea hace pública su visión de qué va hacer para intensificar sus relaciones con América Latina. Y cómo prevé hacerlo.

Una de las nuevas claves  estará en reconocer, en la práctica, la heterogeneidad del continente. ¿La propuesta?

«Compromisos que tengan en cuenta los diferentes niveles de desarrollo a través de acuerdos hechos a la medida”, declaró Neven Mimica, comisario europeo de Desarrollo.

Diez años después

La última vez que se publicó una propuesta conceptual de este tipo fue hace 10 años. En ese momento se preveían los nuevos acuerdos comerciales que ahora asocian a casi todos los países de América Latina con la UE (Centroamérica, Colombia, Ecuador y Perú) y también la modernización, casi lista, de los que se tiene con Chile y México.

Entretanto, la UE es el tercer socio comercial de la región y es el principal inversionista. Con 27 de los 33 países existen acuerdos comerciales. En este rubro sólo falta por cumplir el sueño que se viene gestando hace dos décadas: un acuerdo con los países del Mercosur.

Frankreich Vorstellung des Konzeptspapiers für Beziehungen zwischen EU/Lateinamerika (Europäische Union 2019/M. Dossmann
)

En reunión conjunta de Eurolat, Exteriores y Cooperación, europarlamentarios debaten sobre América Latina en la Estrasburgo

 Por otro lado, siguiendo un poco la imagen de la integración europea, de hace diez años data la iniciativa de, reunir a los 33 países, a: la CELAC. Este espacio, que reúne  desde México hasta Argentina pasando por el Caribe a todos los países del Nuevo Continente, nació en 2011. 

Pero ya para la programada cumbre de 2017 se mostró herida de muerte. Han sido sobre todo las divergentes visiones en torno a la crisis venezolana y las incertidumbres políticas en América Latina que han dejado en ascuas una tercera cumbre. 

Enfoque pragmático

En la propuesta para el siguiente lustro –lo que duran los mandatos en las instituciones europeas- no se descarta laborar con una fantasmagórica CELAC. Pero el foco se pone en intensificar la relación y el diálogo con otros espacios de integración, como Caricom y la Alianza Pacífico es el objetivo. 

Aparte del intercambio comercial y de inversión –capítulo del que se encargan ampliamente – contar con el apoyo de los latinoamericanos en las agendas internacionales –Acuerdo de París, Agenda 2030- es una palanca global que la UE no quiere perder.

«Nuestro enfoque va a ser pragmático; no vamos a quedarnos atrapados en el hecho de que América Latina no puede manejar su propia integración”, explicó Federica Mogherini, Alta Representante de la Política Exterior de la UE. A esta política italiana se le reconoce un gran esfuerzo por poner a América Latina en el radar de la UE y, con su enfoque pragmático, el haber avanzado en algunos  temas difíciles.

«Efectivamente, uno de los problema que hemos tenido los últimos años es cómo se ha ido desinflando el mecanismo de las cumbre UE-CELAC para ser un gran órgano de diálogo cooperación y trabajo conjunto”, explica a DW Javi López, eurodiputado español ponente del último informe de la Eurocámara sobre América Latina.

«Por ello tenemos  que ser lo suficientemente imaginativos para encontrar nuevos espacios constructivos. En los últimos años lo hemos hecho: creamos un espacio para el acompañamiento del proceso de paz en Colombia y logramos una reanudación de las relaciones diplomáticas con Cuba que sin duda abren una etapa nueva en nuestras relaciones con el Caribe”, dice López.

El liderazgo del Grupo Internacional de Contacto para la crisis venezolana –mecanismo controvertido para el ala más conservadora del Parlamento Europeo- sería otro ejemplo de esta búsqueda de espacios políticos.

Consolidar democracias

Cooperar en el tema de la movilidad y la migración está en la agenda. Cabe decir que la crisis de migración que impacta a toda la región sudamericana y centroamericana, también golpea a la UE. Venezolanos, colombianos y nicaragüenses han puesto en primer lugar a América Latina en la lista de orígenes de solicitudes de  asilo.

Para aportar a atajar el problema, la UE propone colaborar para consolidar los valores democráticos y los sistemas e instituciones electorales. También en apoyar a la sociedad civil, a los defensores de derechos humanos y medioambiente que están siendo diezmados en varios países latinoamericanos. 

Para lograr esto, según un comunicado del grupo VerdeLatino –diputados del bloque ecologista de la Eurocámara- habría que empezar con que «la directiva europea para la protección de los activistas pro derechos humanos sea parte de todos los acuerdos y diálogos con América Latina. Estos deberían prever también que las empresas europeas puedan ser juzgadas cuando se traten de violaciones a los derechos humanos”.  

Frankreich Vorstellung des Konzeptspapiers für Beziehungen zwischen EU/Lateinamerika (Europäische Union 2019/M. Dossmann
)

¿Convergencia de valores e intereses?

El papel conceptual presentado hoy no abunda en mecanismos concretos. Habla de promover la economía azul –proteger los mares-, facilitar la transición a una economía circular con una gerencia sustentable de los recursos naturales, invertir en capital humano y avanzar, conjuntamente, en la economía digital.

Que el primer capítulo de la propuesta europea se concentre en la prosperidad y que las consideraciones de la democracia y la cooperación sean el segundo y el tercero no tiene que ver con las prioridades de la UE, como ciertas voces críticas resaltan. «No creo que sea así”, explica López.

«Firmamos tratados comerciales con los cinco continentes. Lo que hace la diferencia con América Latina no es la relación comercial, sino que en ninguna parte del mundo existe  una convergencia entre objetivos, principios, valores e intereses como entre europeos y latinoamericanos”, concluye López. 

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