Sentada en una silla plástica en el patio de una pequeña choza de madera, en la comunidad Los García, Diolandita Cabrera, de 31 años, dice aún no comprender el motivo del rapto de su hija, que tras un año de desaparición ha resultado en la osamenta hallada el pasado día 15 de agosto en una finca de esta localidad del municipio Pedro Brand.
Mientras avanzan las investigaciones y el Instituto Nacional de Ciencias Forenses concluye con las pruebas de ADN, la madre de Carla Massiel está esperanzada que el sistema de justicia aplique la ley a los culpables del secuestro y posterior asesinato de su hija.
“Esta noticia ha sido bastante fuerte, porque uno no estaba esperando ese resultado”, expresa con profundo dolor Cabrera, acerca de la confirmación por parte de la Procuraduría General de la República de que la osamenta y la ropa hallada junto a los restos guardan estrecha vinculación con Carla, de nueve años de edad, quien desapareció el 25 de junio de 2015 luego de asistir a un culto evangélico en una cancha abandonada frente al parque de Los García, a escasos metros de donde residía.
Cabrera, quien lleva dos años en Los García, asegura que no conocía ni guardaba ningún vínculo con Juan Cabral Martínez, alias “Chutti” y Darwin Trinidad Infante, ambos imputados por el caso. Este último, fue quien supuestamente llevó a los investigadores al lugar donde se encontraron los restos, y quien en una grabación difundida por el programa televisivo El Show del Mediodía reveló que “hay gente poderosa detrás”, así como “millones y millones en riesgo”.
La mujer, quien tiene otros dos hijos -incluida la gemela de Carla Massiel-, no descarta la versión del tráfico de órganos que se ha rumorado en este caso, la cual ha sido desechada por las autoridades, pero que resultó en el cierre temporal de tres centros médicos del Grupo Integral, bajo sospechas que aún no ha revelado la Procuraduría ni Salud Pública.
Cabizbaja y con los brazos encogidos, la madre de Carla se lamentaba por la confirmación del asesinato de su hija, a quien tenía esperanzas de encontrar “sana y salva”.
El 25 de junio del 2015, Carla Massiel Cabrera y su hermana gemela acudieron a un culto evangélico en una cancha a escasos metros de su vivienda, frente al parque de Los García. Ambas salieron a las 6: 30 p.m. “Ese pastor fue directamente y las invitó a ellas dos. No me invitó a mí, ni invitó al papá que estaba ahí”, cuenta Diolandita Cabrera. A las 7: 30, la hermana de Carla fue a beber agua a su casa y la “dejó atrás”. Fue ahí cuando su madre se preocupó y dio la voz de alarma sobre la desaparición.
