Por qué “ponerse al día con el sueño” no funciona en la realidad

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Mucha gente trata de compensar en el fin de semana las horas de sueño perdidas de lunes a viernes, cuando entre el trabajo, la escuela de los hijos —y la prolongación de todo eso en el hogar debido a la pandemia, por no mencionar el estrés que en sí causa el COVID-19— hacen que la meta de 8 horas de descanso por noche sea ilusoria. Sin embargo, esa misma gente sabe que aun en la mañana del domingo no se siente como si hubiera logrado ponerse al día.

Melissa Pandika, bióloga y periodista, analizó en Mic las claves de la ciencia del sueño que explican esa sensación frustrante. El sueño tiene cuatro etapas, de 1 a 3 y luego el sueño REM, o sueño de movimiento ocular rápido, que se completan varias veces cada noche. Las primeras dos etapas son de sueño ligero; la etapa 3 es de sueño profundo y restaurador y la última, REM, es la más profunda, durante la cual se sueña.Si la meta de 8 horas por noche resulta ilusoria, hay estrategias mejores que una maratón de sueño en el fin de semana. (iStock)Si la meta de 8 horas por noche resulta ilusoria, hay estrategias mejores que una maratón de sueño en el fin de semana. (iStock)

“Cuando uno se priva de sueño durante la semana laboral, se acumula una deuda de sueño”, citó Mic a Xue Ming, profesor de neurología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey. “Y cuando uno paga esa deuda el viernes a la noche, pasa más tiempo de lo habitual en el sueño REM, un fenómeno conocido como ’recuperación REM’”. Por eso se tienen más sueños, o más vívidos: en realidad, uno se está poniendo al día con esa etapa específica de las cuatro del ciclo, el sueño en el que se sueña.

Sin embargo, esa recuperación no se da del mismo modo con la etapa 3 del sueño. “El sueño REM es bueno para uno —es cuando, se cree, el cerebro elimina las toxinas y consolida los recuerdos— pero no nos deja descansados como el sueño profundo”, agregó el artículo. De ahí que, al levantarse el sábado, por ejemplo, luego de haber pasado 10 horas en la cama, una persona no se sienta descansada y renovada.

“Si uno todavía está cansado después de dormir el domingo, es probable que tenga una deuda de sueño más grande de lo que pensaba, y por lo tanto todavía deba pasar mucho tiempo en el sueño REM y no suficiente en el sueño profundo”, agregó Pandika.La deuda de sueño que se acumula durante la semana no se paga en el orden en que permitiría lograr un buen descanso.La deuda de sueño que se acumula durante la semana no se paga en el orden en que permitiría lograr un buen descanso.

Otro culpable posible de esa sensación de descanso nunca logrado puede ser la “inercia del sueño”, según definió Sara Benjamin, profesora de neurología en la Universidad Johns Hopkins. Se manifiesta como una suerte de aturdimiento, y hasta de cierto deterioro del rendimiento cognitivo, sobre todo a los pocos minutos de haberse despertado. “Una noche de sueño particularmente larga puede hacer que uno experimente más inercia de sueño que habitualmente, lo cual podría contribuir aún más a la confusión mental” que causa la falta de descanso, observó.

Es decir que, aunque resulte paradójico, la regularidad del sueño es en el fondo algo que da mejores resultados que aumentar en sí la cantidad de horas que se pasan durmiendo. Esperar al fin de semana para ponerse al día con el sueño no es una idea tan buena como “mantener horarios fijos de sueño y vigilia”, dijo Benjamin. “La parte más importante de esto es mantener un horario fijo durante la semana: tanto para las noches de los días laborales de la semana semana como para las del fin de semana”.

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