Remedios fáciles para un mal común: el estreñimiento

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El estreñimiento crónico es un problema común que se comenta poco en público y solo se menciona, a regañadientes, en el consultorio médico. Aunque causa unas ocho millones de visitas médicas al año, solo “una minoría de quienes sufren estreñimiento buscan atención médica”, reportó el Dr. Arnold Wald, un experto en la materia.

Sin embargo, existen muchas creencias equivocadas sobre sus causas, consecuencias y tratamientos. La mayoría de las veces, los tratamientos sencillos resultan efectivos. Incluso los casos más complejos, como los que involucran un trastorno en la acción muscular de la pelvis, suelen responder bien a los remedios disponibles.

El estreñimiento crónico puede estar acompañado de una larga lista de problemas médicos. Algunos son mecánicos, como la estenosis o un tumor, pero también puede ser consecuencia de trastornos como el párkinson o la esclerosis múltiple, o puede estar relacionado con condiciones metabólicas como el hipotiroidismo severo y los bajos niveles de magnesio en la sangre.

El estreñimiento también puede ser un efecto secundario de los medicamentos, en especial los opiáceos que contienen oxicodona, así como algunos antidepresivos, antiepilépticos y antihistamínicos.

Como he sufrido de estreñimiento durante muchos años, me he interesado en aprender más sobre el tema desde un punto de vista personal y no solo académico. Decidí escribir esta columna motivada por el doloroso padecimiento de una amiga y por los resultados de nuevos estudios sobre el tema publicados en JAMA por el Dr. Wald, un gastroenterólogo de la School of Medicine and Public Health en la Universidad de Wisconsin.

Muchos creen que las ideas sobre el estreñimiento no están basadas en evidencia médica, según explican el Dr. Wald y sus colegas.

Una de las creencias más antiguas, persistentes y sin ningún fundamento, es que la incapacidad de vaciar el intestino a diario puede provocar autointoxicaciones o la absorción de sustancias tóxicas producidas por los alimentos ingeridos y los residuos de comida en los intestinos. A lo largo de los años, se ha pensado erróneamente que la autointoxicación produce una amplia variedad de enfermedades como la presión alta, artritis, arteriosclerosis, dolencias de la vesícula, distintos tipos de cáncer y trastornos de la piel.

La gente suele mencionar la autointoxicación cuando habla de la creencia común —y equivocada— de que es necesario defecar todos los días para tener una buena salud. Pero no hay evidencia de que la comida que permanece en el intestino provoque una acumulación de toxinas. La definición médicamente aceptada de estreñimiento es: “Menos de tres evacuaciones a la semana o evacuaciones duras, secas y pequeñas que son dolorosas o difíciles de expulsar”.

Desafortunadamente, cuando empecé la universidad, presentaba estos síntomas y una astuta doctora me ofreció unos consejos que me ayudaron a minimizar el problema. Me dio una lista de comidas que debía evitar porque causan estreñimiento ⎯el arroz blanco y otros granos refinados, los plátanos verdes, el té, queso y chocolate⎯ y de alimentos que deben consumirse regularmente como los frijoles, cereales de grano entero (en especial el salvado), pan, vegetales, frutas y nueces. Los alimentos ricos en fibra pueden ser muy efectivos para controlar el estreñimiento. También me recomendó tomar un vaso de agua antes de dormir para ayudar a reblandecer el excremento y beber otro al despertar para estimular mis intestinos.

Después de seguir sus recomendaciones nunca he tenido que recurrir a laxantes, aunque esos medicamentos también se asocian con mitos e ideas equivocadas. Una creencia errónea, que han mencionado el Dr. Wald y otros médicos, consiste en pensar que el uso prolongado de laxantes estimulantes como senna y bisacodyl (Senokot y Dulcolax, respectivamente) puede impedir el funcionamiento normal del colon.

Aunque es cierto que ingerir altas dosis de laxantes durante muchos años puede dañar los nervios y músculos del colon, el Dr. Wald y otros médicos dicen que los análisis diseñados para este tipo de medicamentos han demostrado que no dañan el colon cuando se toman en las cantidades recomendadas.
A falta de laxantes potentes, hay otros remedios sencillos que son útiles. Uno es el ejercicio que, entre más vigoroso, mejor. Otro es establecer un tiempo regular para ir al baño y responder de inmediato cuando se sienten ganas de defecar. Una taza de café caliente también puede resultar muy efectiva.

A veces los remedios comunes para el estreñimiento crónico son poco efectivos. Ninguno le funcionó a mi amiga, una neoyorquina que de repente desarrolló un problema extremadamente doloroso a los 73 años: finalmente, fue diagnosticada con una falla de los músculos en la base de la pelvis que impedía que se relajaran para permitir que pasaran las heces. En vez de relajarse, los músculos que rodean al recto se contraen. “Es un acto inconsciente que se aprende pero después no puede evitarse”, explicó el Dr. Wald.

A pesar de los habituales remedios de dieta, ejercicio y un costoso medicamento ablandador, que solo se consigue con prescripción médica, el problema se ha vuelto recurrente cada ocho o diez días, me comentó mi amiga. Ahora la están tratando con ejercicios de respiración profunda, diez veces al día y un masaje abdominal a la altura del colon dos veces al día; también ha comenzado una biorretroalimentación para “reentrenar” los músculos responsables del movimiento colorrectal.

La experiencia de mi amiga muestra la importancia de consultar a un experto cuando el estreñimiento persiste y no responde a medidas como la dieta, el ejercicio y los remedios que no requieren de prescripción médica.

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