Turquía, enclaves de la antigüedad

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Griegos y romanos vivieron durante siglos en el territorio que hoy ocupa Turquía y dejaron en esas tierras un importante legado. Templos, teatros y destacadas ciudades como Pérgamo, hacen de Turquía uno de los mejores destinos para sumergirse en el mundo clásico.

Canta, oh musa, la cólera aciaga de Aquiles Pelida que a los hombres de Acaya causó innumerables desgracias/ y dio al Hades las almas de muchos intrépidos héroes.

Con estos versos comienza La Ilíada, el poema Épico en el que Homero narra la guerra de Troya. Según la mitología clásica, el origen de esta guerra está en Helena, la mujer más bella del mundo, que fue raptada (o más bien se dejó raptar) por el príncipe troyano Paris. Su marido, el rey de Esparta, convocó a los ejércitos griegos y se encaminaron a la conquista de la ciudad.

No obstante, parece que la estratégica situación de Troya, junto al estrecho de los Dardanelos, punto clave para la navegación y el comercio, pudo ser la verdadera causa del conflicto.

DE LA LITERATURA A LA REALIDAD.
Durante muchos años se pensó que Troya no era más que un mito hasta que, en el siglo XIX, Heinrich Schliemann, un acaudalado alemán metido a arqueólogo, basándose en las teorías de un estudioso norteamericano y en los datos geográficos recogidos en La Ilíada, comenzó a excavar y encontró las ruinas de Troya.

En realidad, lo que descubrió fueron los restos de diez ciudades superpuestas que ocuparon ese lugar a lo largo de los siglos. La que parece corresponderse con la de La Ilíada es Troya VI, de la que se conserva parte de la muralla y una torre.

A la entrada del yacimiento se alza un gran caballo de madera que rememora la treta de Ulises.

Según cuenta el poeta Virgilio en La Eneida, este caudillo griego consiguió que los troyanos introdujeran en su ciudad un enorme caballo de madera como ofrenda a los dioses. Pero se trataba de un regalo envenenado, pues en su interior se escondían soldados que abrieron las puertas de la ciudad a los ejércitos griegos, lo que supuso la destrucción de Troya.

EN DETALLES

Al lado de la impresionante colina blanca de Pamukkale se encuentran los restos de la antigua Hierápolis, una ciudad construida junto a los manantiales de aguas termales, a la que acudían los enfermos en busca de curación.

ANTALYA Y ASPENDOS.
Antalya es una gran urbe situada a orillas del Mediterráneo, con una gran vida comercial y nocturna.
Uno de sus monumentos más emblemáticos es la puerta de Adriano, construida en el año 130 d. C. para conmemorar la visita del emperador romano.

Otra de las joyas de Antalya es su museo que, además de monedas, piezas de cerámica y otros objetos históricos de gran valor, cuenta con una impresionante colección de escultura de la Época romana.

Desde Antalya nos dirigimos a Aspendos, que se encuentra apenas 50 kilómetros. Allí nos espera uno de los teatros romanos mejor conservados del mundo, que fue construido en tiempos del emperador Marco Aurelio.

En sus gradas, terminamos nuestro recorrido por los principales tesoros greco-romanos de Turquía, una visita que embelesará a los amantes de la historia y el arte antiguos.

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