El bautizo del príncipe Louis, el tercer hijo de los Duques de Cambridge, se ha celebrado este lunes en la capilla real del Palacio de St. James. Una ceremonia entrañable y familiar que ha tenido algunas diferencias respecto a los sacramentos que recibieron sus hermanos mayores, los príncipes George, que recibió las aguas bautismales en 2013, y Charlotte, que lo hizo en 2015. Esta vez, la mayor diferencia ha sido la ausencia de sus bisabuelos, la Reina y el Duque de Edimburgo. Esta previsto que el matrimonio acudiera, pero horas antes, el Palacio de Buckingham anunció que no estarían presentes. Este lunes, Su Majestad ha viajado a Londres desde Norfolk para atender sus compromisos en una semana que se espera muy intensa en su agenda oficial y en la que se incluye una reunión con Donald Trump.
Los hermanos mayores de Louis sí tuvieron la oportunidad de contar con sus bisabuelos en sus ceremonias de cristianar, pero, por el contrario, el pequeño de los príncipes de Cambridge ha tenido a algunos nuevos miembros entre su selecta lista de invitados. Así, hemos visto como en esta ocasión que su tío paterno, el príncipe Harry, ha acudido con su mujer, la Duquesa de Sussex, que curiosamente fue bautizada el pasado marzo en el mismo palacio. En el bautizo de Charlotte, el Duque de Sussex no pudo estar presente pues estaba de viaje en África donde trabajó durante tres meses en proyectos de conservación. La tía materna de los niños, Pippa Middleton, ha ido en esta ocasión del brazo de su marido, James Mathews y con un nuevo primito en camino que nacerá en otoño.
Pero hay más diferencias, esta celebración se ha hecho por la tarde. La de sus hermanos tuvo lugar por la mañana. Los hijos varones del príncipe Guillermo y de Catherine sí comparten templo de bautismo: la capilla real del Palacio de St. James. Por el contrario, para su hermana se eligió la iglesia de St. Mary Magdalene de Sandringham, donde recibió las aguas sagradas su abuela, la malograda princesa Diana de Gales y la familia se dio un caluroso baño de multitudes.
La hija mediana ha sido la que menos padrinos ha tenido, cinco, mientras que su hermano mayor tuvo siete y el benjamín ha tenido seis. Todos tienen como guardas espirituales a amigos íntimos de sus padres y a algunos familiares y en las tres ocasiones visiteron el mismo faldón de cristianar, una réplica del que lució la princesa Victoria, hija de la reina Victoria en 1841. También tienen en común que han recibido el sacramento de manos de Justin Welby, arzobispo de Canterbury, el mismo que casó a los Duques de Sussex el pasado 19 de mayo en el Castillo de Windsor.
