El verano se acerca y con él se intensifican las temperaturas. Sin embargo, la tendencia en la decoración apunta a tonos vivos que, a simple vista podrían proyectar más calidez, pero que en el fondo no es así. “Estos solo añaden frescura, pues lo que cuenta ahora mismo es la textura, no el color”. Esta es la opinión de Yudelka Pimentel, decoradora de interiores y urbanista.
Azul, verde, naranja, amarillo, violeta y fucsia por ejemplo, son algunos de los tonos que “saltan a la vista” para añadir energía al verano que se aproxima. Desde su óptica, la gente tiende a confundirse con la intensidad de los colores, cuando en realidad, lo que hay es que saber usarlos.
Ojo con el área
Es importante evitar “forrar” la casa de los colores brillantes, “eléctricos”, vibrantes, intensos o como se les quiera llamar. “Estos deben ser colocados en áreas amplias ya que llaman mucho la atención y suelen llenar todo el espacio. Otra recomendación es usar solo algunos detalles. Por ejemplo, cojines, un paño de la cortina, un jarrón, piezas, un sofá, una manta… en fin, dar un toque de la tendencia”, comenta Pimentel.
Áreas ideales
Aunque en cualquier parte de la casa que tenga amplitud, se puede dar el toque vibrante, los espacios externos son los más indicados.
Texturas
Según la decoradora hay que saber escoger el tejido de las telas si el toque lo dará un sofá, cojín o una cortina.
