Aunque reconoce los avances que se han registrado en el país en materia de reducción de la pobreza, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) al presentar su Informe sobre Desarrollo Humanos, advirtió que el 45.7% de la población se encuentra en situación de alta vulnerabilidad, o sea, que podría volver a caer en situación de pobreza.
El informe, con base al 2014, presentado ayer a nivel regional indica que en República Dominicana, al igual que el promedio de países de la región, ha logrado reducir la base de la piramide económica- social y ensanchar la parte media. Sin embargo, destaca que estos 4.5 millones de dominicanos corren el riesgo de volver a caer en situaciones de pobreza ante cualquier eventualidad.
El organismo recomienda que para enfrentar los riesgos que plantea esta alta vulnerabilidad, los hacedores de políticas públicas deben trabajar sobre cuatro ejes básicos en materia de políticas: Protección social, ciudado, acceso a activos físicos y financieros, y calificación laboral.
En cuanto a las políticas de protección social señala que además de las transferencias sociales condicionadas, las autoridades deben enfocarse en asuntos como las pensiones no contributivas y el seguro de desempleo. Sobre las políticas de cuidado, se sugiere legislar para lograr que se garantice ciudado para la infancia, las personas mayores y con discapacidad. En las políticas para garantizar el acceso a activos físicos y financieros, se sugiere la implementación de políticas de viviendas, de fortalecimiento de la inclusión productiva y acceso financiero. En el tema laboral propone poner especial atención en la calificación de jóvenes y mujeres.
El informe de Desarrollo Humano señala que la intervención de políticas públicas orientadas a fortalecer las canastas de resiliencia (sostenibilidad de los logros) podrían potencialmente prevenir que entre 475,000 y 618,000 personas en vulnerabilidad vuelvan a caer en pobreza por ingresos.
Los datos sobre República Dominicana fueron expuestos luego de la presentación regional por la representante residente del PNUD en el país, Luciana Mermet; y la oficial de Desarrollo Humano, Melina Breton. Mermet sostuvo que “en el caso de la República Dominicana, este informe es particularmente relevante ya que examina el bienestar más allá del crecimiento económico, proponiendo políticas integrales para abordar los nuevos desafíos del desarrollo humano como parte de la agenda 2030”.
Informe Regional
La principal amenaza al progreso de la región es la recaída de millones de hogares en la pobreza, aunque la ralentización (lenta) económica no es la única culpable de tal regresión, señala el informe.
Afirma que para acelerar la salida de la pobreza, la atención se centra en el análisis de exclusiones duras que no pueden ser explicadas por la carencia de ingresos, como son exclusiones por condición étnica, racial, color de piel, identidad sexual, condición migrante y discapacidad.
Este informe hace énfasis en que los países se enfoquen en lograr “progreso multidimensional”, lo que define como un espacio de desarrollo con limites normativos, sustentado sobre la base de que “nada que disminuya los derechos de las personas y las comunidades, ni nada que amenace la sostenibilidad ambiental del planeta, puede llamarse progreso”, Refiere que en la región se consolidó un grupo, que si bien abandonó la pobreza por ingresos se encuentra en una situación de elevada vulnerabilidad y en riesgo de recaer.
El PNUD manifiesta especial preocupación por las 25 a 30 millones de personas, más de un tercio de la población que salió de la pobreza en la región desde 2003, y que corren riesgo de recaer nuevamente en la pobreza.
Muchos son jóvenes y mujeres con inserción laboral precaria en los sectores de servicios y forman parte de un grupo mayor, de 220 millones de personas (38%, casi dos en cada cinco latinoamericanos) que son vulnerables (oficialmente no son pobres pero tampoco lograron ascender a la clase media).
El IDH destaca que lo que incide en la salida de la pobreza es distinto a lo que previene que las y los latinoamericanos vuelvan a recaer en ella. Destacan que en la década pasada, los mercados laborales y la educación fueron los grandes motores para dejar la pobreza. Sin embargo, es fundamental que las políticas publicas de nueva generación fortalezcan los cuatro factores que impiden retrocesos: protección social, sistemas de cuidado, activos físicos y financieros (como un auto, casa propia, cuenta de ahorro o dinero en el banco que actúan como ‘colchones’ durante las crisis), y calificación laboral. Estos elementos clave componen lo que el IDH denomina canastas de ‘resiliencia’, que es la capacidad de absorber shocks y prevenir retrocesos.
