por Lori Chandler
El equipo de debate de Harvard, 2014 campeones del mundo, acaba de perder contra un competidor aparentemente poco probable – presos en el Centro Penitenciario del Este. El equipo ganador son parte de la Iniciativa de la prisión de Bard, que ofrece a los hombres y mujeres encarcelados la oportunidad de recibir una educación universitaria mientras cumplía su tiempo. La carga de trabajo es «riguroso … una mezcla inusual de atención a las habilidades de desarrollo y estudio de la universidad ambiciosa», según su declaración de misión. SegúnThe Guardian, que cubrió la historia:
«Se pidió a los reclusos para argumentar que las escuelas públicas se les debe permitir a negar la matrícula a los estudiantes indocumentados, una posición que el equipo se opuso. Uno de los jueces, Mary Nugent, dijo al Wall Street Journal que el equipo Bard hizo efectivamente el caso de que las escuelas que sirven a los niños indocumentados a menudo rendimiento inferior. Los polemistas propusieron que si estos llamados fábricas de deserción se niegan a inscribir a los hijos, sin fines de lucro y escuelas más ricas podría interceder, que ofrece a los estudiantes una mejor educación. Ella le dijo al periódico que polemistas de Harvard no respondieron a todas aspectos del argumento «.
Esto es notable por tres razones: los presos golpearon un equipo de debate de la Ivy League, Bard está humanizando la gente normalmente dejado fuera de la sociedad, y una institución educativa de prestigio está usando la palabra «ambicioso» en conjunto con los hombres encarcelados.
A primera vista, es fácil pasar por alto el cuadro más grande. Parece que las historias de interés humano que añadir en los últimos cinco minutos del noticiero de la noche, que le elevará después de 25 minutos de deprimir los acontecimientos mundiales. La historia no es que el equipo ganó, es que un segmento de la población que normalmente desechamos tan malo, malo, perturbado, y sin esperanza está siendo visto como lo que son: personas.
