Se vivió una final insólita en el inundado circuito de Yorkshire en el que se llevó a cabo el Mundial de ciclismo contrarreloj sub-23. La victoria del danés Mikkerl Bjerg quedó en un segundo plano después de las imágenes que dejaron varios competidores
“¡Era una locura!”, señaló Berg acerca de las constantes lluvias, el danés adelantó en 26 segundos al estadounidnese Ian Garrison, que salió en la primera mitad de la prueba, antes de que la fuerte lluvia creara grandes charcos, en una prueba que se disputó entre Ripon y Harrogate.
Varios corredores, entre ellos el actual campeón de Europa, el también danés Johan Price-Pejtersen, se fueron al suelo. En su caso perdió todas las opciones de victoria y quedó último.
“¡La contrarreloj más dantesca que he hecho! Mover wattios era importante, esquivar charcos primordial”, exclamó el futuro talento del ciclismo español Iñigo Elosegui, debido a las condiciones extremas en las que se disputó el campeonato.
En la imágenes se pudo ver a varios ciclistas cayendo de sus bicicletas debido a las fuertes inundaciones en distintas partes del circuito en el que también se disputará la prueba femenina de élite este martes.
Otra de las víctimas de las consecuencias que dejó el clima fue el húngaro Valger Attila. “Nos dijeron antes de la salida que había grandes charcos. Mi entrenador me dijo que modificara mi trayectoria y me adaptara”, explicó Berg, otra vez campeón sub-23 tras los Mundiales de Bergen-2017 (Noruega) e Innsbruck-2018 (Austria).
Miembro del equipo Axeon, dirigido por Axel Merckx, hijo del legendario Eddy, Bjerg competirá el año que viene en una formación WorldTour, al haberse comprometido por tres temporadas con el UAE Emirates.
Mikkel Bjerg encadenó su tercer oro en la contrarreloj individual sub-23 de los Campeonatos del Mundo de Ciclismo sobre un recorrido de 30,3 kilómetros.
El ganador ya marcó el mejor tiempo a mitad de recorrido y llegó a meta con una ventaja de casi medio minuto sobre los estadounidenses Ian Garrison y Brandon McNulty, que fueron de menos a más para acabar acompañándole en el podio.
Ambos, décimo y séptimo en el km. 14,2, mejoraron en la segunda mitad del recorrido los tiempos de un Bjerg quizás relajado en la parte final y “feliz” por su “triunfo más difícil” por “la presión” a la que se sentía sometido al valerle solo la victoria tras los dos oros anteriores.