“La Chilindrina” no ha derramado una lágrima tras la muerte de su esposo: “porque él no se ha ido, él está conmigo”

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El pasado 15 de septiembre murió el esposo de María Antonieta de las Nieves «La Chilindrina, el locutor Gabriel Fernández, a los 85 años de edad. Su matrimonio duró 48 años en los que fueron inseparables, por lo que su ausencia ha sido una prueba muy dura para la actriz.

Así lo confesó en una entrevista reciente en el programa “Ventaneando” de la cadena TV Azteca, donde la legendaria intérprete y locutora fue sincera al decir cuánto extraña a su marido y cómo han sido los primeros 10 días sin él.

Relató que aunque nunca ha dejado de trabajar, hizo una pausa para cuidar de Gabriel, pues solo una vez que lo dejó por un viaje de trabajo, su esposo “se vino para abajo”. Así que no se despegaron un solo momento. “La Chilindrina” y Fernández trabajaban juntos, pero tanta convivencia, a diferencia de a otras parejas, no hizo más que unirlos.

“Por estar trabajando todo el tiempo, nos unimos tanto, que dejamos amigos, dejamos hijos, que era lo que más nos dolía a nosotros. Los dos nos salíamos a trabajar juntos, era mi productor, el que me regañaba, todo el tiempo estábamos juntos. Y en la noche yo me ponía a llorar porque mis hijos estaban con las muchachas. Fue muy difícil para mí esa época”, confesó María Antonieta de las Nieves.

La Chilindrina y su esposo estuvieron 48 años juntos (Foto: Cuartoscuro)
La Chilindrina y su esposo estuvieron 48 años juntos (Foto: Cuartoscuro)

“Cuando teníamos tiempo viajábamos, ese era nuestro gusto, viajábamos trabajando y por placer. No nos dio tiempo de cansarnos”, reiteró.

Es por eso que ahora que Gabriel Fernández murió tras enfrentar severos problemas de salud, le cuestionaron a “La Chilindrina” cómo va a seguir con su vida, aunque por ahora, ni siquiera ha podido llorar.

“Ahorita no sé cómo la voy a retomar. No me ha caído el veinte todavía. No he podido derramar una sola lágrima. Yo que voy al cine y lloro, que veo a un perrito maltratado y lloro… ahorita no, porque él no se ha ido, él está conmigo. En eso quedamos muchos años nos lo decíamos: ‘El día que yo me vaya no te voy a dejar, voy a ser tu ángel de la guarda, cuidado con que te portes mal’. Siempre bromeábamos, y me pasó con mi mamá y ahora con mi marido”, confesó.

A decir de la actriz, no ha retomado su vida, pues su marido no ha dejado de estar. “Todavía lo tengo en mi casa, lo incineramos, tengo una chimenea y puse a Gabriel, le puse unas velas, sus santos que siempre llevaba a todos lados. No lo he podido extrañar porque ahí lo veo, y además puse la foto cuando lo velamos. No lo extraño, es más, lo siento pegado a mí, lo único que hace es que no me habla, y qué lástima porque tenía una voz tan bonita”.

Lo llevo a todos lados, lo llevé a una conferencia de prensa, porque realmente era para él la conferencia. Siempre traigo un león de peluche al que lo rocío con la loción de mi marido, y entonces siento que está conmigo mi león. Siempre le he dicho ‘león’ a mi marido, y él me decía ardilla.

También contó que ha dormido sintiéndolo cerca. “Junto a mi cama tengo una camiseta que le regaló mi nieta cuando se fue a Europa, y cuando regresó ya estaba el abuelo en cama. Sobre el camisón que le pusieron en el hospital, le puse la camiseta, le saqué fotos, y cuando ella salió del cuarto, me la echó en mi bolsa. Y esa es la camiseta de la almohada de mi marido”.

El matrimonio de María Antonieta y Gabriel se caracterizó por promesas que nunca fallaron. Sin embargo, a su muerte, él no le cumplió la última.

Siempre las cumplimos, pero él no me cumplió la última. Yo le dije: ‘Quiero que me jures que el día que te vayas yo te voy a agarrar la mano y en ese momento me vas a llevar, porque tú tienes muchas influencias allá arriba. Está tu mami, tus dos abuelas, mi mamá… pero no quiso jalarme’”.

“La Chilindrina” relató que estaban en Perú cuando su marido se puso mal con una octava neumonía. Viajaron en ambulancia aérea hasta México, en un vuelo de 8 horas en el que la actriz creyó que morirían. “Yo pensé que nos matábamos en el avión, yo decía ‘gracias Dios mío que me vas a cumplir lo que deseo, porque yo sin él, ¿qué hago?’”.

Pero la vida sigue… “No hay de otra, tengo que salir”, sentenció la actriz, quien había dicho que no sabe si quiere seguir viviendo. “Mi vida ha dado un cambio total, el amor de mi vida se fue, no sé qué más puedo hacer, y no quiero decirles nada más. Porque tengo que pensar muy bien. Para qué voy a vivir, si quiero seguir viviendo o ya no quiero seguir viviendo, si me voy al extranjero o no”.

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