Los científicos de la Universidad de Leeds (UoL) descubrieron que aplicar a mayores de 55 años una corriente eléctrica indolora en el oído estimulando el nervio vago, ayuda a protegerlos de algunas enfermedades, como la presión arterial alta, algunas dolencias cardíacas y la fibrilación auricular.
“Los resultados de este estudio son muy prometedores y emocionantes, por lo que ahora nuestro plan es probar la ‘terapia de cosquillas’ en otras afecciones, como la depresión y el síndrome del intestino irritable”, adelanta a Efe la doctora Beatrice Bretherton, autora principal del trabajo.
En una investigación previa en 2014 se aplicaron pulsos eléctricos en la zona del trago del oído a personas sanas de treinta años de edad, con una máquina TENS como las usadas para aliviar el dolor de parto, comprobando que esa estimulación nerviosa podría tener un efecto protector del corazón.
La deliciosa excitación nerviosa que experimentamos en algunas partes de nuestro cuerpo cuando nos tocan ligeramente con las manos o algún objeto, no solo nos provocan risa involuntaria e incluso placenteras oleadas de bienestar, sino que además podría ayudarnos a cumplir años de manera más saludable.
Hacer cosquillas en el oído de las personas mayores mediante una pequeña corriente eléctrica parece reequilibrar el sistema nervioso autónomo, lo que podría ralentizar uno de los efectos más importantes asociados al envejecimiento, según una investigación de la Universidad de Leeds, UoL, (www.leeds.ac.uk), en el Reino Unido.
Los científicos de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la UoL descubrieron que aplicar a personas de más de 55 años de edad una terapia diaria consistente en entregar una pequeña corriente eléctrica indolora en el oído durante dos semanas, condujo a mejoras fisiológicas, incluidas la calidad de vida, el estado de ánimo y el sueño.
Este método de estimulación transcutánea del nervio vago (tVNS), que envía señales al sistema nervioso del cuerpo, podría ayudar a protegernos de las enfermedades crónicas a las que nos volvemos más propensos a medida que envejecemos, como la presión arterial alta, algunas dolencias cardíacas y la fibrilación auricular.
Los investigadores sugieren que esta terapia de «cosquillas» tiene el potencial de ayudar a las personas a envejecer de manera más saludable, al recalibrar el sistema de control interno del cuerpo.
La doctora Beatrice Bretherton, de la UoL, explica que «el oído es como una puerta de entrada a través de la cual podemos manipular el equilibrio metabólico del cuerpo, sin la necesidad de medicamentos o procedimientos invasivos».
UN ÉXITO QUE ES SOLO ‘LA PUNTA DE ICEBERG’.
«Creemos que estos resultados son solo la punta del iceberg y nos entusiasma investigar más a fondo los efectos y posibles beneficios a largo plazo de la estimulación diaria del oído, ya que hemos hasta ahora visto una gran respuesta al tratamiento «, señala Bretherton, autora principal de la investigación.
“Los resultados de este estudio son muy prometedores y emocionantes, por lo que ahora nuestro plan es probar la terapia de «cosquillas» en otras afecciones, como la insuficiencia cardíaca, la depresión y el síndrome del intestino irritable”, adelanta la doctora Bretherton a Efe.
«Creemos que la tVNS puede marcar una gran diferencia en la vida de las personas, y esperamos realizar más estudios para ver si puede ser beneficiosa en otros trastornos», recalca la doctora Susan Deuchars, otras de las autoras del estudio.
Bretherton explica que el sistema nervioso autónomo controla muchas funciones del cuerpo que no requieren pensamiento consciente, como la digestión, la respiración, la frecuencia cardíaca y la presión arterial, y que se compone de dos ramas, la simpática y la parasimpática, que trabajan en equipo para mantener un equilibrio saludable de actividad en las personas.
La rama simpática ayuda al cuerpo a prepararse para la actividad de alta intensidad como la de «lucha o huida», mientras que la parasimpática es crucial para la actividad de baja intensidad como la de «descanso y digestión», añade.
CUMPLIR MÁS AÑOS SIN PERDER LA SALUD.
A medida que envejecemos y luchamos contra las enfermedades, el equilibrio nuestro organismo cambia de tal modo que la rama simpática comienza a dominar, provocando un desequilibrio que, a su vez, nos hace más susceptibles a nuevas dolencias y conduce al colapso de la función corporal saludable.
Investigaciones anteriores habían analizado la posibilidad de estimular eléctricamente el nervio vago, el principal nervio del sistema parasimpático, para combatir la depresión, la epilepsia, la obesidad, el accidente cerebrovascular, el tinnitus y las afecciones cardíacas, pero este tipo de estimulación requiere cirugía para implantar electrodos en la región del cuello.
«Afortunadamente, hay una pequeña rama del nervio vago que puede ser estimulada sin cirugía, ubicada en la piel de partes específicas del oído externo», señala Bretherton .
Una investigación anterior en Leeds con un dispositivo similar al que utilizó Bretherton en 2019, demostró que aplicar un pequeño estímulo eléctrico al nervio vago en el oído, que se suele percibir como una sensación de cosquilleo, mejora el equilibrio del sistema nervioso autónomo en personas sanas de 30 años, pudiendo mejorar la salud del corazón.
En aquel estudio de 2014, dirigido por Jim Deuchars, profesor de Sistemas de Neurociencias en la UoL, se aplicaron los pulsos eléctricos con una máquina TENS (Estimulación eléctrica transcutánea) estándar como las diseñadas para aliviar los dolores de parto, según Leeds.
En este último trabajo, los científicos de Leeds reclutaron a veintinueve voluntarios sanos, de 55 o más años de edad, y les aplicaron a cada uno la terapia tVNS durante 15 minutos por día, durante dos semanas, y enseñaron a los participantes a administrarse a sí mismos la terapia de cosquillas.
Algunas personas tuvieron mejoras en su salud mental y patrones de sueño, según la UoL.
Además los investigadores descubrieron que las personas que mostraron el mayor desequilibrio al comienzo del estudio, experimentaron las mejoras más pronunciadas después de recibir la terapia.