La mitad de las enfermedades mentales comienza antes de los 14 años

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    La mitad de las enfermedades mentales comienza antes de los 14 años, según ha advertido la psiquiatra de la Unidad de Salud Mental del Hospital Valencia al Mar y de Ivane Salud, la doctora Giovanna Legazpe, que ha alertado de que la cifra irá en aumento debido principalmente a factores ambientales.

    La Organización Mundial de la Salud cifra en alrededor de un 20% los niños y adolescentes que en el mundo tienen trastornos psiquiátricos o problemas mentales.

    «El niño o el adolescente se encuentra hoy con menos recursos o con menos armas para gestionar sus emociones y tolera mal la frustración cuando algo sale mal; han cambiado las pautas educativas, hay una falta de límites y de normas», ha apuntado la especialista, que cree que los cambios sociales de las últimas décadas, con consecuencias directas en las familias, «no parecen haber tenido resultados positivos».

    “El niño o el adolescente se encuentra hoy con menos recursos o con menos armas para gestionar sus emociones y tolera mal la frustración cuando algo sale mal.”
    Giovanna Legazpe, psiquiatra
    Legazpe ha indicado que los padres «dedican hoy menos tiempo a los niños; existen muchas familias desestructuradas en las que el niño está en medio de los problemas de adultos y se angustia, o se pueden dar casos de mucha exigencia que puede provocar ansiedad y estrés».

    A este escenario, la psiquiatra añade un mal uso de las redes sociales: «Hay miles de foros que explican cómo autolesionarse sin que se enteren sus padres, supuestos juegos online como el de la ballena azul, además de ser un arma muy fuerte para favorecer el bulling. Y en muchos casos, los padres se quedan fuera, por desconocimiento o por ser una red que no controlan, y si no hay una vigilancia puede ser peligroso».

    Los trastornos más habituales en la infancia y adolescencia son de ansiedad, de estado de ánimo (depresión o trastorno bipolar) o por comportamientos disruptivos (por ejemplo, el trastorno por déficit de atención/ hiperactividad o TDAH).

    «No hay diferencia entre los trastornos en los niños y en los adultos. Si bien es cierto que hay ciertas peculiaridades a la hora de presentar los síntomas. Por ejemplo, los trastornos de ansiedad, en los niños priman los síntomas somáticos, me duele el estómago, la cabeza, no querer ir al cole o en los trastornos depresivos, más que cursar con esa tristeza patológica del adulto, lo hace con irritabilidad, cambios de humor bruscos, todo le molesta», explica la doctora Legazpe.

    Donde sí hay diferencia es en el tratamiento. Aunque en general, en psiquiatría se trabaja para dotar al paciente de la «máxima funcionalidad», para que pueda vivir integrado en su ambiente, eso es mucho «más importante en el caso de la infancia y la adolescencia, donde educar a un niño con trastorno mental en un ambiente que le ayude a hacer su vida de manera más natural, es mucho más beneficioso».

    Psicoterapia

    En la Unidad de Salud Mental del Hospital Vithas Valencia al Mar- Ivane Salud el tratamiento es individualizado, ya que depende del niño y de la patología e interviene un equipo multidisciplinar en el que trabajan psicólogo, psiquiatra y terapeuta ocupacional y donde la familia, los tutores y los profesores desempeñan un papel «clave».

    En la mayoría de los casos el tratamiento se basa en la psicoterapia, en utilizar distintas técnicas como el juego o el dibujo para comunicarse con el niño y que se sienta cómodo para expresarse, complementado con pautas de conducta, tanto para los niños como para los padres. En casos más graves es necesario medicar antes de empezar con la psicoterapia, para que el niño se encuentre mejor, comenta la doctora Legazpe, que advierte que las consecuencias de no tratarlo son graves.

    Desde la Unidad de Salud Mental del Hospital Vithas Valencia al Mar se insiste en la necesidad de prestar atención a cualquier cambio de comportamiento o de conducta. «En muchos casos el papel de los profesores o tutores es clave y son los que primero pueden avisarte de qué algo pasa, porque se han dado cuenta que el niño no juega con sus amigos, se sienta solo en un rincón en el recreo, no participa en clase, suspende cuando antes iba bien», ha indicado la especialista, que recalca que el estigma y los prejuicios de muchos padres son el principal obstáculo para vigilar la salud mental de niños y adolescentes.

    Por ello ve necesario incrementar las campañas de sensibilización, «para dar visibilidad a este problema para que se deje de ver a los niños con un trastorno mental como ‘los raros'». Además de dotar a los colegios y a los padres de las herramientas necesarias para saber detectar el problema a tiempo.

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