El Gobierno dominicano emitió un decreto que manda a los mineros de ámbar y larimar a cumplir el reglamento de Energía y Minas, el cual les obliga a implementar medidas de seguridad en sus excavaciones, así como buenas prácticas ambientales, incluida la reforestación de las áreas minadas.
El texto legal establece la obligación de presentar informes de producción al Ministerio de Energía y Minas, así como el pago de tributos para aportar “al Estado por los beneficios de la explotación de dichos recursos”.
Mediante el citado decreto se establece que las zonas de extraer esas piedras son los linderos El Pescado Bobo y Juan de Nina, en Puerto Plata; La Cumbre, en Santiago, todas ellas en el norte; El Valle, en Hato Mayor, y el municipio de Bayaguana, en Monte Plata; en Barahona, en el suroeste.
El reglamento se publicó días después del fallecimiento de tres mineros por un brote de gases tóxicos en un yacimiento de ámbar en el municipio de El Valle.
Tentando la muerte
La extracción de estas piedras preciosas puede ser a cielo abierto o subterráneo.
En el caso de la subterránea, los mineros entran arrastrándose y atados a la cintura, sin ningún tipo de seguridad en su vestimenta, casco protector, guantes ni mascarillas para respirar contra partículas, ni linternas, así lo observó EL DÍA en ambas minas.
Los mineros reciben salario solo si encuentran ámbar o larimar, de lo contrario se irán a su casa sin nada, pero cuando obtienen la piedra reciben ganancia como socios de la mina.
Negocio lucrativo
Joyería
La belleza y particularidad del ámbar y el larimar las posicionan entre las más valoradas y exclusivas en el mundo de la joyería. El costo de estas sortijas oscila entre RD$500 hasta 60,000 mil pesos, según la calidad de la piedra.