Un estudio pionero de la diversidad genética entre peces de todo el mundo ha resultado en un mapa que servirá como herramienta para mejorar la protección de especies y la diversidad genética.
En una población de animales o plantas, la diversidad genética puede disminuir mucho más rápidamente que la diversidad de especies en respuesta a diversos factores de estrés: enfermedades, cambios en el hábitat o el clima, etc. Sin embargo, no se sabe mucho sobre la diversidad genética de peces en todo el mundo.
La ayuda en ese frente ahora está en camino de un equipo internacional de científicos de universidades francesas y ETH Zurich han producido el primer mapa de distribución global para la diversidad genética entre peces de agua dulce y marinos.
Además, identificaron los factores ambientales que son fundamentales para determinar la distribución de la diversidad genética. Su estudio fue publicado recientemente en la revista Nature Communications.
Para comenzar su estudio, los investigadores analizaron una base de datos que contenía los datos de más de 50.000 secuencias de ADN que representan 3.815 especies de peces marinos y 1.611 especies de peces de agua dulce. A partir de esta secuencia de datos, los científicos estimaron la diversidad genética promedio en secciones de cuerpos de agua, cada una de 200 kilómetros cuadrados.
Su análisis reveló que la diversidad genética se distribuye de manera desigual entre los peces marinos y de agua dulce. La mayor diversidad genética se encontró entre los peces marinos en el Océano Pacífico occidental, el norte del Océano Índico y el Caribe. Entre los peces de agua dulce, la diversidad genética fue mayor en América del Sur, pero relativamente baja en Europa.
Además, los investigadores determinaron que la temperatura es un factor clave que influye en la diversidad genética entre los peces marinos: a medida que aumenta la temperatura, también lo hace la diversidad. Por el contrario, los determinantes clave de la diversidad genética en los peces de agua dulce fueron la complejidad de su estructura de hábitat y cómo sus hábitats han cambiado con el tiempo.
Los investigadores ven su estudio como una herramienta para mejorar la conservación de la diversidad genética y, a su vez, la biodiversidad. Su mapa hace que sea más fácil detectar puntos críticos de especies y diversidad genética y planificar acciones protectoras apropiadas. Mantener la diversidad genética es crucial, dicen los investigadores. «Cuanto más diverso es el acervo genético de una población, mayor es el potencial de adaptación a los cambios ambientales», explica en un comunicado Loïc Pellissier, coautor principal del estudio y profesor del Instituto de Ecosistemas Terrestres de ETH.
Con base en los hallazgos, Pellissier predice que las poblaciones de peces tendrán niveles de adaptabilidad potencialmente diferentes en varias áreas de su área de distribución. «Al establecer áreas de conservación, esta característica debe tenerse en cuenta con respecto a la ubicación, el tamaño y la conectividad ecológica», dice.