Existen algunas cuestiones personales que quizás no desees hablar con otras personas, ¿no? Entonces qué mejor que enterarte de todo lo que tienes que saber sobre este tema para informarte y tratar de solucionarlo. ¡No pierdas más tiempo!
Qué es la impotencia sexual
Conocida también como disfunción eréctil, podemos definir a la impotencia sexual como la incapacidad tanto para lograr como para mantener una erección durante una relación sexual. No debes sentirte mal si crees que tienes esta patología porque cada vez es más normal y sus causas son tan variadas que hasta el estrés puede provocarlo, ¿sabías?
Lo primero que debes hacer es consultar con un especialista. Algo a tener en cuenta siempre es que, por más que parezca un hecho aislado, el médico siempre es una buena opción. La impotencia puede ser aislada o crónica, pero nunca debes auto diagnosticarte ni tampoco medicarte por tu cuenta. ¡Esto es muy importante!
Las causas
Si crees que tienes impotencia sexual también puede que te interese saber qué causa esta problemática. La realidad es que es una caja de Pandora y son varias las cosas que pueden provocarlo. Por un lado, los malos hábitos para la salud nunca ayudan: el consumo excesivo de alcohol o el cigarrillo pueden incidir en esto.
Por otro lado, la vida sedentaria no ayuda. La actividad física genera que la sangre bombee mejor, y éste es tu principal aliado para la impotencia. Si no llega suficiente sangre al miembro masculino no se producirá la erección, ¿sabías? También es común que con el paso del tiempo empieces a tener impotencia, sobre todo luego de los 60 años.
Finalmente, está la cuestión psicológica que no es menor. Cumplir las expectativas de la otra persona, así como el estrés y la depresión son factores decisivos a la hora de tener disfunción eréctil. La cabeza juega un rol importantísimo y no debes pensar que esto sucede porque algo está mal contigo.
Las soluciones
Una vez que consultes con un especialista el tratamiento dependerá de él.
Animarse a hablar es un primer paso. Te prometemos que hacerlo te traerá un montón de ayuda ya que te generará alivio compartir esto con alguien. Puede ser con un amigo o con un médico, pero la idea es que cuentes con otra persona para encontrar una solución. La vergüenza es un factor importante en esta patología y algo a trabajar es, justamente, el miedo a no cumplir las expectativas propias y ajenas.
Una vez que consultes con un especialista el tratamiento dependerá de él. Existen una gran cantidad de medicamentos en el mercado que te pueden ayudar, así como inyecciones intravenosas o incluso cánulas o prótesis, ¿sabías? Solucionar esto no es imposible.
Tanto si conocías o no esta información, quizás es hora de visitar a un especialista para ver cómo solucionar esta situación. Es hora, ¿no te parece?