Apagar el celular: una de las claves para lograr el «work life balance»

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La tecnología es muchas veces la culpable de que se trabaje durante el tiempo de descanso.
Una reciente investigación realizada por la Escuela de Negocios de Harvard arrojó una cifra contundente a la hora de analizar el equilibrio entre la vida profesional y personal de los trabajadores.
Un 94% de los empleados encuestados indicaron que trabajan más de 50 horas por semana, es decir, 10 horas por día. Y en la mayoría de los casos no fue porque lo establecía el contrato de trabajo con la compañía, sino por el compromiso y dedicación hacia su tarea. Esta cantidad de horas dedicadas al ámbito laboral «choca» con la idea de hallar el equilibrio con la vida personal.

La misma investigación estableció siete puntos para sortear el estrés y determinar que disfrutar del tiempo libre sea algo posible.

1- Evitar realizar múltiples tareas a la vez

Los días duran sólo 24 horas y eso es imposible cambiarlo. Por eso, la gestión eficaz del tiempo es esencial para lograr el equilibrio, que requiere priorizar y centrar la atención directamente en una tarea para poder realizarla adecuadamente. Establecer metas cada día y luego minimizar cualquier distracción para alcanzarlas implica una concentración total para cada tarea. Recién una vez que esté completa se debe pasar a la siguiente. Dividir la concentración solo retrasa la finalización de las tareas, generando un día eterno de trabajo.

2- Ser selectivo con el tiempo

Una de las principales causas del estrés es tener demasiados compromisos que sean casi imposibles de completar en un solo día. Lo ideal es convertirse en una persona crítica con los elementos imprescindibles de la vida (tanto personal y profesional) y poder decirle ‘no’ a todo lo que hace descarrilar el equilibrio necesario para alcanzar dichos elementos de primera necesidad. Logrado esto, se pueden chequear regularmente estos compromisos, reordenarlos y reestablecer prioridades si fuera necesario.

Para algunos, esto puede parecer egoísta. «Pero no es egoísta», dice el psicoterapeuta Bryan Robinson, quien también es profesor emérito de la Universidad de Carolina del Norte. «Si usted tiene un niño en el avión, uno se pone la máscara de oxígeno primero y después al niño». Cuando se trata de ser un buen amigo, pareja, padre o trabajador, funciona igual. «Cuanto mejor está uno mismo, mejor se va a desempeñar en todas esas áreas también», explicó.

3- Que la tecnología no sea algo negativo

Desde el teletrabajo a las millones de aplicaciones que facilitan las actividades laborales, la tecnología ha revolucionado y facilitado la forma en que se trabaja actualmente. Sin embargo, ha creado un sistema de accesibilidad constante: de repente una persona se encuentra chequeando mails de trabajo a las tres de la mañana fuera de su horario de trabajo y esto da la idea de una jornada laboral sin fin.

«Hay momentos en los que lo mejor es apagar el teléfono y disfrutar del momento», opinó Robert Brooks, profesor de psicología en la Escuela de Medicina de Harvard y co-autor del libro El poder de la resiliencia: Logrando equilibrio, Confianza y Fuerza personal en la vida. Brooks dice que las notificaciones telefónicas interrumpen el tiempo libre e inyectan el estrés en la vida personal.

Por eso, el especialista recomienda no enviar mensajes de texto ni hacer llamadas durante actividades familiares o con amigos. Se trata de hacer que el tiempo libre sea verdaderamente de calidad. Al no reaccionar a las notificaciones del trabajo, se desarrolla un hábito más fuerte de resiliencia. «Las personas resilientes tienen un mayor sentido de control sobre sus vidas», señaló Brooks, mientras que las personas reactivas tienen menos control y son más propensos al estrés.

LA TECNOLOGÍA NO DEBE INCENTIVAR QUE EL TRABAJO INTERRUMPA LA VIDA PERSONAL

4- Dejar ir al perfeccionismo

Una gran cantidad de personas que triunfan en sus estudios en la adolescencia tienden a desarrollar actitudes perfeccionistas a una edad temprana (cuando las exigencias de su tiempo se limitan a la escuela, hobbys y tal vez un trabajo después de la escuela). Es más fácil mantener ese hábito perfeccionista en la juventud pero, a medida que se crece, la vida se vuelve más complicada. Cuando comienzan las grandes responsabilidades en el trabajo o cuando crece la familia, el perfeccionismo se vuelve algo fuera de alcance y, si ese hábito no se controla, puede llegar a ser destructivo, según señaló el entrenador ejecutivo Marilyn Puder-York, autor de La Guía de Supervivencia de Oficina.

«La clave para evitar el estrés es dejar de lado el perfeccionismo», aseguró Pruder-York. «A medida que la vida se vuelve más complicada, es muy difícil, tanto biológica como psicológicamente, mantener ese hábito de perfección». La opción más saludable es esforzarse no por la perfección, sino por la excelencia.

5- Tomar vacaciones y tener tiempo libre

Nunca parece ser el momento ideal para tomar vacaciones para los workaholics porque siempre va a suceder algo en el trabajo que parezca muy importante. El tiempo de inactividad es necesario para recargar energías, refrescar la cabeza y pasar tiempo de calidad en soledad y con los seres queridos. La realidad es que las vacaciones donde se trabaja no son vacaciones. Se debe aceptar que otros pueden manejar las cosas mientras uno está fuera y que descansar es una gran inversión para la calidad de trabajo en el futuro.

6- Hacer ejercicio y meditar

Incluso estando absolutamente ocupados, es imposible no hacer tiempo para las cosas importantes en la vida. Inevitablemente se debe comer, ir al baño o dormir. Y, sin embargo, una de nuestras necesidades más cruciales –hacer ejercicio es a menudo a lo primero que hay que hacerle lugar cuando la agenda se llena. El ejercicio y la meditación son potentes reductores de la tensión por la gran liberación de endorfinas. Media hora de ejercicio al día basta para que el cuerpo se relaje y no permita ningún tipo de estrés.

7- No minimizar la importancia de tener una vida personal

En estudios recientes con pacientes terminales, los hospitales han registrado los remordimientos repetidos en la mayoría de los casos. Uno de los mayores remordimientos registrados es haber estado trabajando demasiado y no haber pasado más tiempo con los seres queridos. Por eso, aunque suene cursi, es importante desenchufar la cabeza del trabajo y valorar lo que pasa por fuera.

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