Aunque cuando pensamos en un prototipo de belleza, tal vez lo primero que nos llegue a la mente sea una mujer de tez clara y cabello lacio, la realidad es que esa imagen ha cambiado bastante con el paso del tiempo, sobre todo en la industria del modelaje.
Un ejemplo de ello es que la prestigiosa revista New York Times Style (T Magazine) decidió honrar a la mujer dominicana, dedicando una edición a la nueva generación de modelos que han logrado destacarse en las pasarelas y demostrar que «belleza» también es ser mulata y de cabello afro.
Quienes protagonizan la portada de esta publicación son las modelos Ámbar Cristal, Hiandra Martínez y Lineisy Montero. A ellas, en el interior de la revista, también se suman las dominicanas Licette Morillo, Lissandra Blanco, Martha Massiel, Melanie Pérez, Annibelis Báez y Luisanna González. A todas, además del modelaje, las une el hecho de venir de familias de escasos recursos y de barrios de República Dominicana en los que eran consideradas de todo, menos dignas de ser embajadoras de sellos tan importantes a nivel mundial como Valentino o Prada, como en efecto lo han sido.
“Lo que busca New York Times con este homenaje es celebrar la diversidad y la puerta que se les ha abierto a las mujeres étnicas que en tiempos anteriores era muy difícil ver en las pasarelas, pero que ahora se han apoderado del mercado”.
Así lo deja saber Sandro Guzmán, que desde hace 25 años se dedica a reclutar chicas con potencial para el modelaje, y quien a través de su agencia Ossygeno Models ha formado parte esencial de este logro. Para él, la publicación de New York Times es una oportunidad importante de que el mundo pueda conocer a la mujer dominicana y descubrir cómo estas han redefinido la industria de la moda con su encanto innato.
Para el cazatalentos, esta hazaña puede definirse como uno de los momentos más importantes de la historia del modelaje, por lo que es algo que, como país, debe ser celebrado. “Esto es un antes y un después. Ya habíamos visto que (las modelos) han triunfado en pasarelas internacionales, pero no ser portada y tema principal de todo un documental. Esto algo sin precedentes que nos pone en el ojo de todo el mundo”.
Si bien con esto se demuestra que el prototipo de la industria del modelaje a nivel internacional ha cambiado, Sandro considera que este logro también ayudará a que el país aprecie mucho más lo que se tiene a nivel local.
En ese sentido dice: “Poco a poco todo ha ido cambiando y va a seguir así, pero falta mucho porque se trata de algo cultural. El trabajo que están haciendo estas chicas es digno de admirar porque sobre todas las cosas están poniendo en alto el nombre de nuestro país”.
