Se hicieron pasar por ejecutivos y robaron 1.800 millones de dólares

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Era un correo electrónico común y corriente: un pedido de rutina del director ejecutivo de la empresa Mattel Inc. para que se le pagase a un vendedor a través de China.

Llegó en el momento justo, el jueves 30 de abril, un período caótico para el fabricante de las muñecas Barbie. La empresa estaba en un momento floreciente, sobre todo en el exterior, y el CEO Christopher Sinclair había asumido hacía apenas un mes. Mattel había despedido a su predecesor.

La ejecutiva del departamento de finanzas que recibió la orden quería complacer a su nuevo jefe. Revisó dos veces el protocolo por seguir. Las transferencias de fondos requieren la aprobación de dos ejecutivos de alto rango. Ella podía ser una, y el CEO, el otro, según una persona familiarizada con la investigación que pidió no ser identificada porque no estaba autorizada a hablar del tema. Por eso se abstuvo de revelar el nombre de la ejecutiva que hizo el giro.

 Convencida de que todo estaba en orden, transfirió 3 millones de dólares al Banco de Wenzhou, China.

Horas después, le mencionó el pago a Sinclair. Pero él no había enviado ese pedido. Alarmados, los ejecutivos de Mattel llamaron a su banco de los Estados Unidos, a la policía y al FBI. Están de malas, les dijeron. El dinero ya estaba en China.

Los millones de Mattel pasaron a ser parte de una ola de dinero sucio que pasa por China y que las autoridades de Occidente están recién empezando a comprender. La estafa de la que cayó víctima Mattel, en la que alguien se hace pasar por el CEO o el presidente de una firma y ordena un pago, les ha costado a las empresas 1.800 millones de dólares, según el FBI. Y la mayor parte del dinero pasa por bancos de China o de Hong Kong, indicó el FBI.

Una investigación de la Associated Press reveló esta semana que China ha pasado a ser un importante centro de lavado de dinero. El dinero sucio que circula por China era considerado un asunto local, entre chinos. Bancos chinos recibían dinero sucio de otros chinos. Pero eso ya no es así. Abunda la evidencia de que China es el banquero de numerosos delincuentes, de acuerdo con entrevistas con policías, documentos legales de los Estados Unidos y Europa y documentos de servicios de inteligencia a los que tuvo acceso la AP.

Años de desconfianza mutua han complicado la cooperación de las fuerzas de seguridad de China y Occidente, lo que contribuye a aumentar el atractivo de China como centro de lavado de dinero. El Departamento de Estado estadounidense dijo en un informe de este mes que China «no coopera lo suficiente en las investigaciones de actividades financieras». El que China no acate órdenes judiciales emitidas en Estados Unidos «sigue siendo una barrera importante en la cooperación chino-estadounidense», señaló el informe.

En su encuentro de rutina con periodistas, el vocero del Ministerio chino de Relaciones Exteriores, Hong Lei, dijo que el Gobierno «pone mucho énfasis» en la lucha contra delitos como el lavado de dinero y está trabajando para ampliar la cooperación internacional. «China no es, no ha sido ni será un centro de lavado de dinero mundial», aseguró.

Mattel no iba a despedirse de sus 3 millones sin dar pelea. Las perspectivas de recuperar el dinero, sin embargo, no eran alentadoras dada la mala suerte que la empresa ha tenido en China.

En 2007 Mattel tuvo que retirar del mercado 19 millones de juguetes fabricados en China, incluidos autitos Pixar coloreados con pintura con plomo y muñecas Barbie con magnetos tóxicos. En 2009, Mattel abrió una espectacular tienda de Barbie de seis pisos en uno de los principales bulevares de Shánghai, pero el negocio no funcionó y cerró a los dos años.

Mattel, no obstante, insistió en conquistar el mercado chino y en 2015 registró un aumento del 43% en sus ventas en ese país.

Los estafadores estudiaron a fondo sus operaciones a través de las redes sociales y probablemente hackeando sus cuentas y observando sus patrones de pagos, de acuerdo con la persona al tanto de la investigación.

Hicieron que el dinero fuese enviado a Wenzhou, una ciudad de la costa oriental, que asoma como un punto importante en el lavado de dinero.

Las autoridades de la ciudad declinaron hablar con la AP.

Pero por una vez, la fortuna le sonrió a Mattel. El viernes 1 de mayo fue feriado, el Día del Trabajo. Eso le dio tiempo a la empresa, que informó lo sucedido a la policía china, la cual inició rápidamente una investigación, según una carta de Mattel a las autoridades chinas para agradecer su colaboración. La AP obtuvo una copia de la misiva.

Cuando el Banco de Wenzhou abrió el lunes siguiente, un ejecutivo de Mattel, con base en China, pasó junto a los leones a ambos lados de la puerta de ingreso y se dirigió al Departamento de Negocios Internacionales, donde presentó una carta del FBI, según dos personas al tanto de la investigación que no estaban autorizadas a hablar del tema en público.

La policía china congeló la cuenta esa misma mañana. Dos días después, el 6 de mayo, Mattel recuperó su dinero, según la carta. Mattel dijo que la policía de Wenzhou «demostró un gran sentido de responsabilidad y capacidad de hacer cumplir las leyes». Agregó que esperaba que este caso despejara el camino para una mayor cooperación internacional en la lucha contra los delitos transnacionales.

El catedrático Huang Feng, director del Instituto para las Leyes Penales Internacionales, dijo que «el problema no es que las autoridades chinas no quieran cooperar, sino que no hay un marco legal» apto para librar esta batalla.

El Banco de Wenzhou confirmó que había colaborado con Mattel, pero no dio detalles. Desde ese episodio, Mattel detectó una docena de ataques similares. Todavía no se sabe quién está detrás de ellos.

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