Tras la convincente victoria de Manny Pacquiao sobre Timothy Bradley el sábado en el MGM Grand Arena de Las Vegas, la pregunta obligada tanto de medios deportivos así como de los aficionados del boxeo, era sí en verdad el filipino colgara los guantes.
El mismo día del pesaje, el filipino comentó a su equipo de trabajo: «Voy a extrañar esto, no se sí me pueda alejar de estos momentos».
El primer nombre que surgió como posible rival para Pacquiao fue una vez más el de Floyd Mayweather, pero este perdió fuerza tras palabras del mismo Floyd durante una fiesta privada de celebración del filipino en donde comentó: «No creo que nos volvamos a enfrentar, yo estoy retirado para darle oportunidad a Shawn (Porter) y Keith (Thurman), además ya le gane sin dejar dudas que soy mejor que él», señaló Mayweather Jr.
Al parecer, los que dirigen a Pacquiao ya tienen un plan B por sí Manny decide volver a los encordados. Esta sería una pelea ante el mexicano Saúl «Canelo» Álvarez a finales del año. Esta idea no suena nada descabellada ya que anteriormente ya hubo acercamientos entre ambas promotoras, llegando a algunos acuerdos como el de hacer el pleito en un peso pactado.
El factor decisivo para realizar el pleito sería si Pacquiao logra obtener uno de los 12 puestos en el Senado.