El histórico documento del siglo XVII había permanecido en manos privadas durante la mayor parte del siglo pasado, pero en febrero pasado la Chemical Heritage Foundation (CHF) finalmente lo consiguió por intermedio de una subasta en la ciudad californiana de Pasadena en la que pagó más de 100 mil dólares.
Tras haber obtenido el texto, los investigadores se dieron cuenta de que se trataba de una copia a mano casi ilegible realizada por el propio Isaac Newton del procedimiento creado por George Starkey, alquimista de Harvard, para fabricar mercurio sófico, una sustancia fundamental para la «piedra filosofal».
«Este manuscrito es importante porque nos ayuda a entender las lecturas alquímicas de Newton, y nos provee evidencias de otra de sus metodologías de laboratorio», explicó James Voelkel, curador de libros de la CHF.
LOS ALQUIMISTAS CREÍAN CON UN PEQUEÑO TROZO DE «PIEDRA FILOSOFAL» PODRÍAN FABRICAR ORO
Considerado como uno de los padres de la física, Newton también estudió de una manera exhaustiva a la alquimia, una «ciencia medieval» que en aquel entonces buscaba convertir a losmetales comunes en oro.
Los alquimistas creían que añadir un material innoble fundido, como por ejemplo el plomo, a un pequeño trozo de «piedra filosofal» convertiría dicho material en un elemento completamente distinto. Y ésta pasaría de ser una sustancia cerosa roja a un metal noble, como el oro.
Aquellos investigadores que se dedicaban a la alquimia eran capaces de llevar a cabo un gran número de manipulaciones importantes, tales como separar el oro y la plata de una aleación, según publican la cadena CNN y el periódico Washington Post.
En el contexto de su época, convertir plomo en oro podría haberle explicado algo a Newton sobre cómo está compuesta la materia, según indicó Voelkel.
CONVERTIR PLOMO EN ORO ERA UNA OBJETIVO SOÑADO EN LA ÉPOCA DE NEWTON
Aunque los historiadores no pueden asegurar si Newton concretó el experimento de Starkey, Voelkel cree que es probable que lo haya hecho a pesar de que se desconocen los resultados.
La aparición de estos textos de Newton se remonta hasta el 13 de julio de 1936, cuando la prestigiosa casa de subastas londinense Sotheby’s abrió la licitación de un cofre de metal que contenía un lote con documentos privados y páginas de laboratorio escritas a mano por Newton.
Este universo de papeles huérfanos incluía una serie de transcripciones en una mezcla de los idiomas latín, griego e inglés antiguo, junto a símbolos alquímicos de los que se desconoce su significado.