A más de dos años de la pandemia desatada por el COVID-19, aún existe un número de personas que no contrajo la enfermedad y desvela a los científicos. Los investigadores están investigando cómo es que lograron esquivar la infección, incluso después de que la variante Ómicron altamente contagiosa provocara brotes en casi todo el mundo desde que fue identificada en Sudáfrica, en noviembre de 2021.
Según las cifras oficiales de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de los EEUU, la mayoría de los estadounidenses contrajeron el nuevo coronavirus desde que comenzó a propagarse en ese país a principios de 2020.
Por todo esto, los expertos creen que estudiar a las personas que hasta ahora evitaron la infección puede ofrecer pistas, quizás ocultas en sus genes, que podrían evitar que otros se infecten o tratar de manera más efectiva a quienes contraen el virus.
András Spaan es microbiólogo clínico y miembro de la Universidad Rockefeller de Nueva York, y uno de los que encabeza la búsqueda de material genético responsable de la resistencia al coronavirus, y reconoció que lo que buscan “son variantes genéticas potencialmente muy raras con un impacto muy grande en el individuo”, en declaraciones al diario The Washington Post.A más de dos años de la pandemia desatada por el COVID-19, aún existe un número de personas que no contrajo la enfermedad y desvela a los científicos (Reuters)
El experto señaló que el estudio internacional ya inscribió a 700 participantes y está evaluando a más de 5.000 personas que se presentaron como potencialmente inmunes a la infección por coronavirus.
Uno de los participantes del estudio es Bevin Strickland, una enfermera anestesista de 49 años de High Point, en Carolina del Norte, quien se ofreció como voluntaria en un hospital de Queens durante seis semanas a partir de abril de 2020, justo cuando esa parte de la ciudad de Nueva York se convirtió en el epicentro de la pandemia.
“Para el segundo día, ni siquiera me importaba contraer COVID porque los pacientes eran simplemente desgarradores”, dijo Strickland, quien reconoció que a menudo trabajaba sin máscara para conectarse mejor con pacientes confundidos.
Pese a que fue examinada semanalmente durante la primera ola de la pandemia en ese país, ella nunca dio positivo. Y cuando terminó su período como voluntaria, también se hizo una prueba de anticuerpos que no mostró evidencia de una infección previa.«Los bajos niveles de propagación comunitaria en ciertas regiones o la capacidad de trabajar desde casa también pueden haber protegido a algunas personas mejor que a otras» (Getty)
Al igual que ella, ni sus padres ni su hermana gemela, que trabaja como médica de atención primaria contrajeron la enfermedad. Fue cuando tanto ella como uno de sus hijos gemelos lograron evadir la enfermedad incluso después de que su otro hijo sufriera la y compartieran la casa, Strickland comenzó a sospechar que podría tener una inmunidad natural al virus. Así que buscó el estudio científico que analizaba la composición genética de personas como ella que nunca contrajeron el coronavirus a pesar de las exposiciones repetidas.
“Realmente tengo la esperanza de que van a ver algún tipo de similitud, algún tipo de gen en nuestro ADN”, dijo Strickland.
Para la profesora de epidemiología en la Escuela de Educación Pública de la Universidad de Brown Jennifer Nuzzo, “estudiar los genes y otros rasgos biológicos de las personas que nunca contrajeron el coronavirus podría arrojar luz sobre cómo se desarrolla el virus, o cómo infecta el cuerpo humano y enferma a las personas”.
Los hallazgos, aseguran los expertos, podrían conducir a mejores medicamentos y consejos de salud pública más específicos.
Y si bien los científicos no saben por qué algunas personas pueden ser inmunes al coronavirus, Nuzzo cree que una hipótesis podría ser que algunas personas tienen menos receptores en la nariz, la garganta y los pulmones a los que se une el virus. Otras posibles explicaciones podrían ser la exposición previa a un virus relacionado o simplemente haber nacido con un sistema inmunitario más adecuado para combatir el SARS-CoV-2.
Pero encontrar personas que realmente nunca hayan tenido una infección por coronavirus, no sólo aquellos que tuvieron una infección asintomática o un caso menos grave de COVID-19 y no sabían que habían contraído el virus, es complicado para los investigadores.Los hallazgos, aseguran los expertos, podrían conducir a mejores medicamentos y consejos de salud pública más específicos (Efe)
“Esas personas deberían ser extremadamente raras en los Estados Unidos en este momento”, sostuvo Christopher Murray, director del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington y quien ayuda a desarrollar modelos que estiman qué tan lejos se ha propagado el virus.
Los modelos IHME sugieren que la cantidad de personas que contrajeron la enfermedad en los Estados Unidos puede ser incluso más alta que las estimaciones recientes de los CDC basadas en análisis de sangre, dijo Murray. Así, pese a que los CDC aseguran que casi seis de cada 10 estadounidenses tuvieron el virus al menos una vez, IHME estima que el total está más cerca del 76% de los residentes de EEUU.
Las pruebas de anticuerpos, en tanto, pueden descartar a las personas que tienen una respuesta inmunitaria al virus, pero algunas de esas pruebas no pueden distinguir entre las personas que tienen anticuerpos debido a las vacunas y las que han tenido el coronavirus, según explicó Murray.
Asimismo, la precisión de muchas pruebas de anticuerpos disminuye con el tiempo, por lo que es posible que no identifiquen a alguien que se infectó hace meses.
El objetivo del trabajo
Muchas personas que aún no contrajeron el virus no entienden completamente cómo hicieron para evadir la infección (Europa Press)
Una vez que los investigadores encuentren personas que evitaron la infección por coronavirus, el próximo desafío es determinar cómo lo hicieron.
Debido a que las máscaras, las vacunas y el distanciamiento social pueden reducir significativamente la transmisión, estos factores pueden eclipsar cualquier diferencia biológica entre las personas que no fueron infectadas y las que dieron positivo.
Lo cierto es que muchas personas que aún no contrajeron el virus no entienden completamente cómo hicieron para evadir la infección, y algunos creen que eventualmente se enfermarán de COVID en algún momento.
“Tiene que ser una combinación de precaución, circunstancia y suerte”, dijo Bob Wachter, profesor y presidente del departamento de medicina de la Universidad de California en San Francisco, que es uno de los que tuvo coronavirus.
Para él, “las personas que siempre usan máscaras en espacios públicos interiores, se mantienen al día con las vacunas y los refuerzos, se hacen pruebas con frecuencia y evitan reuniones o viajes de alto riesgo pueden haber tenido menos posibilidades de contraer el virus”.
Y agregó: “Los bajos niveles de propagación comunitaria en ciertas regiones o la capacidad de trabajar desde casa también pueden haber protegido a algunas personas mejor que a otras”.
Los expertos dicen que otra forma de concentrarse en las personas que realmente nunca tuvieron el coronavirus es estudiar a las personas, como los proveedores de atención médica y los atletas profesionales, a quienes se les exigió constantemente que se hicieran la prueba durante la pandemia.
“Si usted es un médico que ha estado practicando, no hay forma de que no haya estado expuesto considerablemente”, dijo Murray, investigador de salud global de la Universidad de Washington.
En otro orden, un reciente estudio científico publicado en la revista científica Nature Immunology, dio cuenta de que “la inmunidad innata es un ancestro funcional de los anticuerpos”, lo que ayuda a explicar por qué algunas personas son menos susceptibles a los efectos de la infección. Frente al SARS-CoV-2, este nuevo mecanismo de resistencia del organismo podría conducir al desarrollo de nuevos fármacos y marcadores para evaluar la gravedad de la enfermedad.