El papa termina visita a Canadá mostrando indignación por abusos a indígenas

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El papa viajó este viernes hasta Iqaluit, a 300 kilómetros del círculo polar ártico, donde concluyó su viaje a Canadá, para pedir perdón a las poblaciones inuit y desde aquí volvió a mostrar su «indignación y vergüenza» por «el mal que cometieron no pocos católicos» en las escuelas de asimilación cultural en las que internaron a los niños indígenas canadienses.

Ningún papa había llegado tan al norte en sus viajes, para visitar una ciudad que tiene una población de 7,429 habitantes y la mitad de ellos son miembros de los inuit, que viven en un lugar donde los 8 meses del año están aislados y sufren temperaturas árticas, aunque el cambio climático es visible aquí con la retirada de los glaciales.

Infografía

En Iqaluit, donde prácticamente la mayor parte del año no existen carreteras, ni conexiones ferroviarias o marítimas con el resto del Canadá, el papa visitó el colegio de la ciudad, un edificio que recordaba un enorme iglú, donde se reunió con las víctimas de estas escuelas residenciales.

Perdón por el mal que causaron no pocos católicos

«Los testigos que escuché me explicaron. Sufrimientos que yo no hubiera imaginado», dijo el papa.

«Eso ha reavivado en mí la indignación y la vergüenza que me acompañan desde hace meses. También hoy, también aquí, quisiera decirles que estoy muy apenado y quiero pedir perdón por el mal que cometieron no pocos católicos que en esas escuelas contribuyeron a políticas de asimilación cultural y desvinculación», dijo Francisco.

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