Tras fracaso en las negociaciones, España volverá a las urnas el 26 de junio

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Este martes terminó la legislatura más breve de la historia de España.

El rey Felipe VI y el presidente del Congreso hasta la disolución de las Cortes, Patxi López, firmaron el real decreto de convocatoria de elecciones generales, que pone fecha a los nuevos comicios: el 26 de junio.

El Parlamento surgido de las elecciones del pasado 20 de diciembre apenas se instaló el 13 de enero, pero, desde entonces, los partidos han fracaso en las negociaciones para lograr un nuevo gobierno, obligando a la convocatoria de unos nuevos comicios, algo inédito en España.

Cuando se publique la tarde de martes el nuevo decreto en el Boletín Oficial del Estado se pone ya en marcha un nuevo período electoral. Los partidos tendrán del 18 al 23 de mayo para presentar sus candidaturas y la campaña electoral se desarrollará entre el 10 y el 24 de junio.

El nuevo Congreso surgido de las elecciones del 26 de junio se instalará el 19 de julio.

¿Cómo llegamos hasta aquí?

Desde el pasado 20 de diciembre, la vida política española vivió una serie de acontecimientos sin precedentes. En primer lugar, las elecciones de entonces dejaron un parlamento muy fragmentado, con la irrupción de los nuevos partidos: Podemos, de izquierda, y Ciudadanos, liberal, de centro.

Pese a que el conservador Partido Popular ganó las elecciones con 123 escaños -muy lejos de los 176 para obtener mayoría, su líder y actual presidente del gobierno en funciones, Mariano Rajoy,declinó someterse al debate de investidura por no tener los apoyos suficientes. Una posible alianza para el PP planteada antes de los comicios era con Ciudadanos, pero los 40 escaños que obtuvo este hacían insuficiente la suma de ambos.

Se dio entonces otra situación inédita en España: sería el líder de la segunda fuerza más votada, el PSOE -90 escaños- quien se sometería a la investidura. Pero Sánchez no logró los votos suficientes para formar gobierno, ni en primera ni en segunda votación.

Se requiere mayoría absoluta -176 escaños- para ganar en primera votación y mayoría simple -más votos favorables que negativos- en la segunda. De nuevo llegamos a una situación inédita en España: no se lograba formar gobierno en el primer debate de investidura.

Sánchez solo obtuvo los votos favorables de Ciudadanos, con el que firmó un pacto, pero la suma de ambos -los 90 escaños del PSOE y los 40 de Ciudadanos- fue insuficiente para contrarrestar el voto en contra de PP y Podemos -123 y 69 escaños respectivamente-.

Iglesias emplazó al líder socialista a abandonar ese pacto y girar hacia su izquierda, para lograr un acuerdo con la formación que él representa (y marcas regionales afines a la misma, En Comú Podem, En Marea y Compromís) y con Izquierda Unida. Pero las negociaciones entre Podemos y PSOE, que se negó a abandonar su pacto con Ciudadanos, no dio frutos, haciendo irrevocable la convocatoria de las nuevas elecciones.

¿Qué cambiará con unas nuevas elecciones?

Y mientras los partidos políticos se echan la culpa unos a otros del fracaso en las negociaciones, el 27 de junio España podría estar en una situación similar a la del 21 de diciembre.

Eso es lo que indican hasta ahora las encuestas, que prevén un escenario muy similar a los resultados de los anteriores comicios y que podría alterar un factor: la alianza de Podemos con Izquierda Unida, que según algunos sondeos situaría a esta coalición de izquierda como segunda fuerza, por delante del PSOE.

Otro de los factores será si el crecimiento de Ciudadanos -que muchos de los sondeos dan por hecho- sea suficiente para permitir una alianza con el PP con los escaños necesarios para gobernar.

Y también está la incógnita de saber qué tanto desgaste ha hecho en los electores este proceso infructuoso de 4 meses y cómo afectará a la participación.

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