Ucrania es un país que atraviesa tiempos muy difíciles. Desde que Rusia decidiera anexionar la región de Crimea en 2014 hasta la guerra que se desató en el este del país entre el ejército de la capital, Kiev, y los separatistas prorrusos y que ha dejado al menos 8.000 muertos. Pero más allá del conflicto, el país sigue intentando sobrevivir y hasta se atreve a vivir. De ello da cuenta el movimiento contracultural que ha estallado últimamente a las afueras de Kiev, promovido precisamente por ese ambiente bélico, y abanderado por el grupo de artistasGorsad Kiev.
Porque, ¿quién protagoniza esta nueva corriente? Los jóvenes, obviamente, porque la permisividad de la juventud es el mejor remedio para las peores situaciones.
Gorsad Kiev. Casi suena a grito de batalla. O a consigna de un partido libertario. Pero nada más lejos. Kiev es la capital del país, y Gorsad significa, literalmente, “Jardín Urbano”. Detrás de Gorsad Kiev están tres jóvenes artistas: Víctor, Julián y María que son amigos desde hace 8 años y decidieron juntarse para captar la insolencia con sus cámaras. Sus fotos buscan plasmar el lado más sensual, más demente y más inapropiado del mundo, orgullosos de la liberación que supone ser joven y desvergonzado. Todo para alejarse de los militares y de los políticos. Sólo pensando en ser auténticamente independientes.
Las mujeres enseñan los pechos, se los estrujan y cuelgan de sus pezones confetis y cintas de colores. Los niños estiran sus chicles despreocupados, miran directamente a la cámara sacando la lengua o bizcan sus ojos subidos a un monopatín. Hay fotos de piñas con piercings, de tacones pisando latas de refresco o de chavalines fumando un cigarro. ¿Por qué? Pues porque sí. De hecho, esa no es la pregunta. La cuestión sería, más bien, ¿por qué no?
Son imágenes que no juzgan y que, por eso, tampoco quieren ser juzgadas.Imágenes que plasman instantes de los que nadie se arrepiente. Retratos que pretenden mostrar cómo el país no es solamente un territorio militarizado que se debate entre la fidelidad a Europa o a Rusia. Fotografías que muestran que la vida es ácida como las piñas y los limones, cruda como las manitas de cerdo pero que también puede ser espontánea como la mirada de un niño y desafiante como la pisada firme de un zapato de tacón.
Gorsad Kiev están comenzando a generar interés en las galerías de Barcelona o Berlín, donde ya han vestido sus paredes con las instantáneas del grupo ucraniano. Los tres prometen seguir aliviando los tiempos convulsos que vive su país con estas fotografías que, aunque todavía resulta imposible disfrutarlas en ninguna exposición en Ucrania por la censura, sí congelan para la eternidad que la juventud, aquí y allá, es la única capaz de romper las normas sin tener ningún miedo a las consecuencias.