Septiembre es un mes extraordinario según distintas costumbres. Los celtas se refieren a septiembre como “Haleg-Monath”, el “mes sagrado”. Fue el séptimo mes del calendario romano, partiendo de marzo, cuando se inicia la rueda zodiacal, primer mes, y el último, diciembre. En China celebran “Chung Chiu”, fiesta que indica el final de la cosecha arrocera. En la cultura judía, celebran el final de la cosecha “Succoth”. Para los romanos, suceden las “Fiestas Dionisiacas”, en las que consumen el vino hecho de la cosecha anterior. Dentro del ciclo del año, se celebra Mabon, una fiesta llena de simbología y rituales. La “Rueda del año”, como se le conoce al calendario del año, donde observan los ciclos naturales de la tierra, observa ocho períodos en que inician las festividades o Sabbat.
Estos Sabbat son: Imbolc (l 2 de febrero), Ostara (equinoccio primavera), Beltane (1 de mayo), Litha (solsticio del verano, en torno al 20 de junio), Lughnasadh (1 de agosto), Mabon (equinoccio de otoño), Samhain (1 de noviembre) y Yule (21 de diciembre). En el caso del que nos ocupa, Mabon es la recogida de la cosecha. Se exhibe el cuerno de la abundancia. Para exaltar la prosperidad, el cuerno además hace alusión a las energías masculinas y femeninas. Este día se celebra con allegados y amigos la cosecha de los campos. Agradecen a Dios la provisión recibida. Es referencia de la prosperidad. Los rituales se hacen utilizando los colores dorados y rojizos y anaranjados propios del otoño. Además de los rituales con frutas.
El día 22 sucede el equinoccio de otoño, tiempo en que la noche y el día tienen la misma duración. El sol entra al signo de Libra, busca armonía y equilibrio, con su signo diametralmente opuesto, Aries, en la mitología, el Dios de la guerra, igual que el Arcángel Miguel, usualmente representado empuñando la espada y la balanza.
¿Cómo podemos nosotros utilizar las energías del momento? El mejor ritual comienza cada día con la gratitud por todo lo que tenemos y lo que nos falta. Comienza por enumerar situaciones que sembraste en el pasado, tus logros, y mira que cada uno de ellos viene de tu acción pasada. Tu siembra, ¿te animas a compartir? Recuerda que lo que das, te lo das. Lo que quitas, te lo quitas. Es tiempo de los frutos y de equidad. Puedes elegir comenzar de nuevo, con nuevos bríos. Puedes también elegir lo que se debe salir de tu vida, como las hojas secas del otoño, para volver a comenzar con una nueva piel.
Esta temporada sugiere liberarnos de lo que ya ha caducado en nuestras vidas, material o espiritualmente, y balancear, sintonizarnos con la energía de prosperidad. Ser justo contigo y con los demás. Si resuena contigo, decora con frutos y flores de colores otoñales. Limpia, remueve de tu vida lo que ya no deseas más, comparte de ti. Si entiendes que no posees nada material, seguro tienes afecto y tiempo que dar a personas que lo valoren.
Fuente-Listin Diario.