Clinton confía en los latinos para sentenciar las primarias en California

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Clinton, en el Este de Los Ángeles, el jueves

El ambiente en el que planteó Hillary Clinton el inicio de su campaña en California este jueves fue toda una declaración de intenciones: coincidiendo con la fiesta del Cinco de Mayo, en una universidad pública del Este de Los Ángeles, el corazón latino de la ciudad, amenizado con una banda de mariachis y rodeada de la élite de los políticos latinos californianos. Clinton, cuya campaña por la nominación demócrata ha llegado sorprendentemente hasta el último estado en votar, confía en su tirón entre el público latino para sentenciar las primarias contra Bernie Sanders y además iniciar la difícil movilización de este segmento de población de cara a noviembre.

Mientras Sanders llevaba su campaña a San Francisco, Clinton debutó en estas primarias californianas en el East LA College, la universidad pública que sirve al Este de Los Ángeles. California vota el próximo 7 de junio y es el estado que más delegados otorga en ambos partidos. En el caso de los demócratas, con 475 delegados, casi uno de cada cinco delegados que elegirán al candidato son de este estado. También es el estado con más población que se define como hispana, casi el 40% de sus 38 millones de habitantes. De ellos, la mayoría están alrededor del condado de Los Ángeles. El voto de los hispanos es una de las claves que explican el dominio demócrata en California.

“No se me ocurre un sitio mejor donde estar en el Cinco de Mayo”, arrancó Clinton. Estados Unidos ha adoptado esta fecha, en la que se conmemora la batalla de Puebla, como una fiesta mexicana oficial. Clinton dejó claro desde el principio que ya está en campaña contra Trump. A pesar de que esta es todavía una campaña de primarias, ni mencionó a Sanders. Y también dejó claro que va a jugar fuerte el contraste en inmigración. La candidata fue presentada en la tribuna por una dreamer de 20 años que explicó como las medidas migratorias del presidente Barack Obama le habían cambiado la vida, pero temía que un día su madre no volviera a casa y fuera deportada. “Trump se ha reafirmado en su plan de crear una fuerza de deportación para detener a millones de personas. Lo mejor para que eso no pase es asegurarse de que ni se acerque a la Casa Blanca”, dijo Clinton nada más empezar.

La candidata se reafirmó en preservar los programas de protección contra la deportación puestos en marcha por Obama y promover una reforma migratoria. Sus 11 minutos en el escenario se redujeron prácticamente a inmigración y Trump. También aseguró que seguiría el «ejemplo de California» en el nivel federal para aprobar leyes de igualdad salarial para mujeres, baja médica pagada y una subida del salario mínimo. California acaba de aprobar una subida a 15 dólares la hora, ella propone 12.

Clinton contó en su discurso con el apoyo de los latinos más prominente de la política de California. El congresista Xavier Becerra, del centro de Los Ángeles y que es el jefe de los demócratas en la Cámara de Representantes, empezó por recordar a los asistentes, un público mezclado pero eminentemente latino y joven, pidió que levantara la mano quien era inmigrante o hijo de inmigrante y lo hizo una gran mayoría del público. “Es probable que os pase como a mí, que esta elección es personal. Están hablando de nosotros”.

Salieron a hablar también en favor de Clinton el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, que se presenta como latino porque tenía un abuelo mexicano. “No quiero un presidente obsesionado con el tamaño de sus manos sino uno que piense en el tamaño de la clase media”, dijo Garcetti en referencia a Trump. “Trump está haciendo esto porque para él es un juego. Pero con nuestras vidas no se juega”.

El presidente del Senado de California, Kevin de León, el latino más poderoso del estado, dijo: “Tengo un mensaje para Donald Trump y cualquiera que demonice los inmigrantes y los vulnerables. Esto es California, esto es East LA. No construimos muros, los tiramos”. Y recordó una especie de profecía que hace temer lo peor a muchos republicanos: “California refleja el futuro de nuestra nación. Es América antes de que América lo sea”.

La campaña de Clinton no pensaba que la contienda llegaría hasta California. Durante estos meses, ha ido a menudo al estado a eventos de recaudación. Lo normal, explican en su campaña, es que en California los candidatos abran una oficina en Los Ángeles y otra en San Francisco. Clinton ha abierto ocho oficinas. El miércoles, Bill Clinton hizo campaña por ella en San Diego, algo que no se veía desde hace décadas.

Fuera del gimnasio del East LA College, unas decenas de manifestantes muy jóvenes la llamaban mentirosa. La principal amenaza para Clinton con este grupo es que la mitad de los latinos de California son de la generación del milenio, precisamente el grupo que se ha volcado con Bernie Sanders.

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