«En estos días en los que nos preparamos para Pentecostés, pido al Señor para que el país, en estos momentos de dificultad, proceda por el sendero de la armonía y de la paz con la ayuda de la oración y del dialogo», dijo el papa Francisco, durante la audiencia general celebrada este miércoles en la Plaza de San Pedro en el Vaticano.
Es la primera vez que se expresa el Sumo Pontífice sobre la profunda crisis política que atraviesa el gigante latinoamericano.
El Senado de Brasil se dispone a suspender este miércoles a Dilma Rousseff para someterla a un juicio político por maquillaje de las cuentas públicas, en una histórica jornada que podría convertirse en el último día de su mandato. Los sondeos coinciden en que la oposición ya tiene votos suficientes para apartar por seis meses del poder a la mandataria que gobierna la mayor economía latinoamericana desde 2011.
Además, el Papa pidió que «Nuestra Señora de Aparecida (patrona de Brasil), que como una buena madre no abandona nunca sus hijos, sea defensa y guía en este camino».
En la víspera de la votación del Senado, se registraron piquetes en 14 de los 27 estados de Brasil, como parte del llamado Día Nacional de Paralización y Movilizaciones Contra el Golpe. Éste fue promovido por grupos sociales afines al Gobierno de Rousseff, como el Movimiento de los Sin Tierra y la Central Única
de los Trabajadores, la mayor unión de sindicatos del país.
Se esperan nuevas movilizaciones para este miércoles.